Balance del ejercicio 2023

La economía catalana crece, el empleo bate récords, pero los asalariados catalanes son más pobres

La Generalitat celebra que el PIB catalán haya aumentado cinco veces más en 2023 que la media de la zona euro

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Gabriel Ubieto

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Parafraseando como pregunta el eslogan de José María Aznar, ¿Catalunya va bien? O en su versión más reciente y entonada por Pedro Sánchez, ¿va Catalunya como un cohete? La economía catalana registra notas de notable alto en cuanto a datos macroeconómicos se refiere, si bien gran parte de esa bonanza no llega con suficiente intensidad al bolsillo de la mayoría de catalanes.

La Generalitat de Catalunya ha presentado este miércoles su informe anual del estado de la economía, referente al ejercicio 2023 y este deja un balance agridulce. Buenos registros y perspectivas en materia de actividad empresarial y empleo, pero insuficientes en cuanto a salarios.

“La economía catalana va bien, presentamos una muy buena evolución y sobre todo, disponemos de fundamentos sólidos de cara al futuro [...] Somos uno de los motores de crecimiento de Europa", ha destacado el president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès. Sin embargo, también ha apostillado que esa bonanza "no se traduce tanto como querríamos en oportunidades y bienestar para el conjunto de la ciudadanía”.

Según los datos presentados este miércoles, la economía catalana creció un 2,6% durante el 2023, en comparación con un año anterior. Un avance notable tanto si se compara con el ritmo medio de crecimiento del PIB catalán durante el periodo prepandemia, así como si se mide con el avance registrado el año pasado por economías con las que Catalunya aspira a compararse. El PIB medio de la zona euro aumentó en dicho periodo un 0,6%, cinco veces menos que el catalán. 

Atrás quedan los efectos del covid y adelante ha seguido avanzando la economía catalana -al igual que la mayoría de occidentales- pese a los baches que ha supuesto la escalada de precios, el encarecimiento de la financiación aplicado por los bancos centrales o los diferentes conflictos bélicos. El volumen del PIB catalán supera en un 2,7% los niveles que registraba en 2019.

Desde la Generalitat destacan que ese crecimiento, a diferencia de la bonanza vivida en épocas pasadas, como, por ejemplo, durante el ciclo previo al crack del 2008, es una bonanza más “diversificada”. El sector servicios avanza de manera “robusta”, con un alza del 3,1%, la industria se recupera (3,5%) de los problemas vividos durante los primeros compases de la guerra de Ucrania y la reactivación del comercio internacional tras el parón covid, la construcción modera su crecimiento, en un contexto de tipos altos de interés, y la agricultura gestiona como puede la sequía.

La actividad empresarial crece y precisa de manos para sustentarla, lo que explica que 2023 haya batido récords de empleo, tanto en Catalunya como en España. El año pasado cerró con cerca de 3,75 millones de catalanes ocupados, un registro que ha ido mejorando durante el presente año y que hoy ya supera los 3,8 millones, máximo histórico.

El informe de la Generalitat destaca que, no obstante, ese auge de las contrataciones no es solo cuantitativo, sino también cualitativo. Cuatro de cada 10 empleos creados fueron en puestos de alta cualificación.

El paro, por su parte, descendió hasta el 9,3%, el menor registro en Catalunya desde 2008; si bien todavía tres puntos por encima de la media europea. Para los dos próximos ejercicios, este 2024 y el 2025, la Generalitat espera que la ocupación crezca en unas 100.000 personas y que la tasa de paro se modere hasta el 9%.

La llegada de población migrante ha sido en los dos últimos años y se espera que siga siendo uno de los motores clave de crecimiento del empleo. De los casi 200.000 nuevos empleos creados durante 2023, seis de cada 10 los ocuparon personas venidas de fuera para sustentar el actual momento de bonanza económica que vive el país.

Menos poder de compra

Esa calidad se mide también por el grado de la estabilidad en el empleo, un déficit que históricamente ha lastrado al mercado laboral catalán y español. Los efectos de la reforma laboral del 2021 se plasman en las estadísticas de 2023 y el porcentaje de ocupados con un contrato eventual descendió hasta el 14,1% en Catalunya. Antes de la reforma era habitual que dicho porcentaje estuviera por encima del 25% (y hasta por encima del 50% en el caso de los más jóvenes) y hoy está por debajo de la media de la zona euro (14,5%).

No obstante, toda la bonanza que destilan esos datos macroeconómicos no es suficiente (o no está suficientemente repartida) para compensar la mordida que la crisis de precios ha pegado sobre el bolsillo de los catalanes. Según los datos recopilados en el informe de la Generalitat, el coste salarial por trabajador y mes, una aproximación a las remuneraciones medias a partir del gasto salarial que informen las empresas, creció un 5,0% en 2023 y acumula un incremento del 10,9% desde 2021, por debajo de lo que han subido, en acumulado, los precios (11,7%).   

"La negociación colectiva ha tenido un factor de moderación", ha destacado la directora general de análisis y prospectiva económica, Marta Curto Grau. Es decir, las cantidades pactadas entre patronales y sindicatos no han sido suficientes para proteger, mayoritariamente, el poder adquisitivo de los trabajadores.