Apunte

La economía y el rosario

Rosarios y protestas de nuevo en Ferraz durante el Día de la Constitución

Rosarios y protestas de nuevo en Ferraz durante el Día de la Constitución / EP

Agustí Sala

Agustí Sala

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Seguro que quienes han convocado el rezo del rosario ante la sede del PSOE en Madrid en plena jornada de reflexión y el día de las votaciones del domingo, avalados por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid pese a la oposición de la junta electoral, no rezan para que se consolide la buena marcha de la economía. No creo que oren para que haya más empleo, menor precariedad laboral y una mejor distribución de la riqueza.

La verdad es que la leve brisa que algunos consideraban que iba a soplar las velas del producto interior bruto (PIB) español se ha transformado en unas rachas de viento que han elevado la velocidad de crucero de la embarcación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de revisar al alza la previsión de crecimiento de España para este año en cinco décimas, hasta el 2,5%, muy por encima del 2,1% que estimaba el Gobierno.

Y el Banco de España también tiene en cartera aumentar su estimación para el ejercicio actual, como adelantó durante su intervención en la reciente Reunió Anual Cercle d'Economia. Los datos sobre el empleo, aunque con un fuerte peso estacional, también invitan al optimismo: el mejor mayo en afiliados a la Seguridad Social en seis años y con la cota de mujeres ocupadas en los 10 millones por primera vez.

No sé yo si la economía va como un cohete, como ha afirmado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero lo cierto es que el consumo y la actividad en su conjunto siguen tirando. Al menos por ahora, pese a que, ciertamente, existen retos y asignaturas pendientes como lograr un crecimiento más sostenible e inclusivo, con más productividad y una mejora de la renta per cápita real.

Los datos actuales, en general, son positivos, lo que puede transformarlos en unos buenos cimientos para edificar una economía más robusta si se sabe aprovechar. Quizás por ello es que los supuestos creyentes de la calle Ferraz y quienes les jalean vuelven a sus ceremonias. Pero más que plegarias a Dios para que el barco siga navegando a buen ritmo, lo que buscan es invocar al Maligno o celebrar un ritual de vudú contra la democracia.

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