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Quién es quién en el capital riesgo empresarial en España

El interés por estos vehículos alternativos ya mueve más de 3.000 millones de inversión al incorporar a nuevas generaciones de emprendedores y herederos de negocios familiares

Quién es quién en el capital riesgo español.

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Guillermo Sánchez-Herrero

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En lo que va de año, ha sido rara la semana sin que al menos un empresario se haya embarcado en una sociedad de capital riesgo (SCR). El interés por estos vehículos (inversiones temporales, directas o indirectas, en compañías no cotizadas) es el nuevo fenómeno de la industria financiera alternativa y va más allá de veteranos como los Abelló, Koplowitz, Lao (ex-Cirsa), Entrecanales, Lladró (figuras cerámicas), Lladó (Técnicas Reunidas), Fluxá (rama Camper), Del Pino (más concretamente, Leopoldo), Carulla (Agrolimen) y Ramón Bernat Serra (ex-Chupa Chups), entre otros. Al club se han ido incorporando actores menos conocidos que arrancaron hace tiempo sus negocios familiares y los han vendido o han dado entrada a socios, sus herederos o incluso empresarios que siguen al pie del cañón pero quieren rentabilizar sus excedentes. El ritmo se acelera: las nuevas sociedades ya operativas hasta agosto, más de 30, superan en número a las de todo 2022, que ya mejoró a 2021.

Si se suman las partidas correspondientes de los balances de las SCR empresariales o patrimoniales, sin discriminar por antigüedad, la inversión total estimada superó holgadamente los 2.000 millones de euros en 2021, cifra que sube hasta los 3.250 millones al añadirle los compromisos firmados ese año pero aún no ejecutados a 31 de diciembre. Afinando más, existe un reducido grupo de sociedades pioneras de las que no se conocen ni su inversión ni sus compromisos, y habrá que esperar a que las 68 SCR autorizadas entre 2022 y lo que llevamos de este 2023 inviertan y/o se retraten con sus primeros números.

La eclosión se inició hace dos años, cuando se barruntaba un endurecimiento para las sociedades de inversión de capital variable (sicavs). La reforma acabó obligando al centenar de accionistas mínimo a aportar 2.500 euros por barba para seguir tributando al 1%. Esto originó una migración masiva hacia otros instrumentos, entre ellos las SCR, que ofrecen a sus accionistas ventajas fiscales, especialmente si cumplen con la Agencia Tributaria vía impuesto de sociedades (exención del 100% por dividendos y ganancias patrimoniales), y efectos positivos en la tributación por patrimonio y sucesiones y donaciones, muy beneficioso para las empresas y fortunas familiares en proceso de relevo generacional.

A buen seguro muchos de los candidatos potenciales seguirán recibiendo la llamada de las gestoras actualmente más activas en este nicho, entre las que se encuentran MDEF, Altamar, Arcano e Inveready, lo que favorecerá su propagación junto a las decenas de SCR y fondos minoristas.

Del cemento a las 'start-ups'

La senda que arranca con Begoña Serratosa Luján es muy ilustrativa del origen, las conexiones y la retroalimentación de este fenómeno. Se trata de una de las herederas del patrimonio basado en la venta, en 1992, de Valenciana de Cementos y que hasta ahora se había centrado en la inversión inmobiliaria. En este proceso coincidió con otras familias (alguna con SCR) y, especialmente, con Enrique Martinavarro Ferrer, que entre otras muchas sociedades preside una en cuyo consejo figuran también Borja y Mónica Martinavarro… Serratosa.

La saga de los Martinavarro, compuesta por tres ramas, participa en el mayor exportador español de cítricos y acaba de vender Foodiverse, proveedor de ensaladas de Mercadona. Los Ferrer de segundo apellido tienen también su SCR (Tagowind), y Enrique fundó y encabeza otra, Queka Real Partners PEF 1, que en 2018 adquirió el 70% de la compañía malagueña Instituto Oficial de Formación Profesional Medac.

Uno de los fundadores de esta última, Francisco Ávila Romero, constituyó en 2022 su SCR, lo que conduce a una bifurcación en el itinerario. Por un lado, ha dirigido sus inversiones personales posteriores a Medac al emprendimiento digital y de la mano de Félix Ruiz Hernández, a quien se deben iniciativas como Tuenti, Jobandtalent, Auro (VTC) y Playtomic. Como prolongación no digital de su apuesta por esta última, dedicada a la reserva de pistas de pádel, Ávila acaba de adquirir la Ciudad de la Raqueta. Por otro lado, los orígenes educativos de este llevan a otra SCR, Educa Vehículos de Inversión, que acaba de comprar su segundo colegio privado, el Khalil Gibran Bilingual School, en Fuenlabrada. Educa es de Pedro Alcaraz.

¿Por qué una y no varias?

Pedro y Juan Alcaraz vendieron en dos fases su compañía de alquiler de coches Goldcar, aunque siguen muy activos; tanto, que tienen su family office y, aparte de la SCR ya citada, constituyeron otras dos: Alishares Investment Opportunities y Gemba Private Equity. Cabe apuntar otro par de sociedades de capital riesgo originadas en la industria del motor: Xaló Capital Invest, en manos de la familia Durá (Montalt), y Moregal Finance (familia Nieto), que deben sus patrimonios a sus concesionarios.

Los Alcaraz no son los únicos reincidentes. Este es también el caso de Cristian Pablo Abelló, vástago del pionero Juan Abelló y que ha desplegado su apuesta mediante tres SCR, las dos primeras enfocadas a los párkings subterráneos y la tercera algo más diversificada. En el capital de la primera está la familia Suqué (Grupo Peralada). Abelló y sus socios acaban de vender su negocio principal.

Sin embargo, quienes se llevan la palma en cuanto a reincidencia son los Entrecanales. Los que tienen Domecq como segundo apellido (como el presidente de Acciona, José Manuel) han promovido Paninver Global Investments y Varini Inversiones, mientras que de los apellidados Marsans depende La Verdosa Private Equity. Los Entrecanales Franco (Juan es el vicepresidente de Acciona) controlan Copenav Inversiones y HEF Inversora, y el marido de Inés (Pelayo Primo de Rivera), Kiwayu.

No les van a la zaga los Baringo, cuyas empresas crecieron al abrigo de Mercadona y, después de su venta, han apostado por triplicado por el capital riesgo. En 2007, los Carbó, Botet y Elías (estos últimos al frente de los supermercados ecológicos Veritas) vendieron la cadena Caprabo. Hoy siguen compartiendo inversiones, primordialmente inmobiliarias, lo que no ha impedido a cada uno apuntarse individualmente al capital riesgo; una por barba salvo los Botet, que se han dotado de dos. 

Riesgo 'embotellado'

Elena Campins Daurellauna de las cuatro primas de la presidenta de la embotelladora Coca-Cola Europacific Partners (CCEP), Sol Daurella, ha montado una SCR con su marido y sus hijos. A través de la sociedad Pefarval, de la que es administradora única, estuvo hasta hace unos meses como consejera de otra sociedad de capital riesgo, Siroco Capital, dedicada a la inversión en renovables, promovida por Talenta y cuyo capital está diseminado entre fortunas catalanas como los Costafreda (exPanrico), los Asensio (ex-Grupo Zeta), los Ferrer-Salat (grupo farmacéutico Ferrer), los Elías (ex-Caprabo) y los Simón (del grupo de iluminación del mismo nombre).

Vía Olive Partners, propietaria del 36% de CCEP, aparecen los cuatro hermanos Usó Ferrera, promotores de Valasana. También acaban de estrenarse, por separado, otros accionistas de la embotelladora, Alicia y Pablo Gómez-Trenor Aguilar (en sagas de esta raigambre, es conveniente incluir el segundo apellido).

Salud de hierro

Juan y Pedro Knuth, tercera generación, vendieron en 2016 Palex, una empresa de soluciones hospitalarias avanzadas que había fundado su abuelo con un objeto y denominación sociales inequívocamente agrícolas (Patatas y Lechugas Exportación) pero que, no obstante, sirvió para confeccionar el acrónimo de la compañía transformada en sanitaria.

El sector goza de buena salud. Tres de los cuatro hijos del fundador de la multinacional de diagnóstico médico Werfen (Xavier, Marc y José Luis Rubiralta Giralt) controlan la SCR autogestionada Klimcap, actualmente con un capital social de 87 millones, mientras que el cuarto (Jordi) posee Yukon. Lo mismo cabe decir de dos de los miembros de la familia Gallardo Ballart (Almirall) y de Néstor Oller (heredero de Prodesfarma, que Almirall adquirió en su momento), así como de los Uriach Torelló, expropietarios de los laboratorios del mismo apellido, los Gutiérrez Fuentes (ex-Gadea), los Raneda de la Hoz (Proclinic) y José Sáez Mateos e hijos (Deltalab).

El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) ha contribuido a la creación de otras tres: dos constituidas por Rosa María de Castellví, baronesa de Torres-Torres y cofundadora del Instituto, y por otro lado, la de David Jiménez Moreno y Carlos Simón Vallés, que permanecieron en Igenomix, spin-off de IVI hasta su venta en 2021.

Industriales de toda la vida

La lista de empresarios familiares o sucesores que, venta mediante o no, se han subido al carro es larga. Aparte de los ya mencionados, la engrosan los Cosentino, Chova (Asfaltos Chova), Fradera (con origen en Uniland), el tándem Vicente Bagán-Antonio Blasco (Altadia), los Baigorri (Esmalglass), Benavent (Kerabent) y Royo (muebles de baño), todos ellos del sector de materiales y suministros de construcción; en alimentación/agricultura, las dos ramas de los Vall Pla (Vall Companys), los Villagrá (Pipas Facundo), Casanova (biofertilizantes Probelte), Ventura (Adam Foods), Lamsfus (Cream Factory Comaker), Medina Martínez (Elaborados Cárnicos Medina) y Cantarero (Alvinesa), así como Alexandre Pierron-Darbonne (expresidente y CEO de Planasa); en restauración y distribución, los Leg (Áreas y Serunión), los hermanos Font Fabregó (Bon Preu) y las familias Sánchez Sáiz, Sánchez Posada y Fernández de Barrena (supermercados BM y Amara); en la industria textil, los hermanos de Adolfo Domínguez, dueños de Lonia, los Palatchi Ribera (Pronovias), los Pich-Aguilera (Sedatex) y los Navarro-Pertusa, fundadores de la marca alicantina de calzado Gioseppo, recién autorizada; los Bella (juguetes coleccionables), Ángeles Aristrain (con orígenes siderúrgicos), los Calabuig (infraestructuras), Revoredo Gut (seguridad), Baños (envases plásticos), Pérez-Nievas (defensa), Urgell (ocio, más concretamente Pachá), Conesa (logística) y Colomer (perfumes y productos de peluquería).

También los grupos diversificados de los Coves, Amador de Castro, Nogueira García y Vivancos Muñoz, así como la SCR del empresario cántabro y hasta hace unas semanas presidente del Racing Club Alfredo Pérez Hernández; entre otros.

¿Y el ladrillo?

Escasa representación: los Soliveres Tur (Vapf), los Mencos Valdés (El Arvejal/Silicius), Rueda (Rujoma), Modesto Rodríguez Blanco (exFadesa), José del Pilar Moreno (Sacyr/Altec) y Gloria Montoro Alemán e hijos. Cabe recordar que las SCR tienen vetado invertir en este sector y en el financiero.

De renovables, robots y telecos

Solarpack fue la iniciativa con ingredientes de capital riesgo de dos hermanos Galíndez Zubiría (segunda generación de la saga empresarial y financiera) y de un sobrino de ambos, Pablo Burgos Galíndez. En compañía de los Ybarra Careaga, pusieron en marcha la idea en 2005 y vendieron en dos fases (salida a bolsa en 2018 y opa en 2021). Con parte de las ganancias obtenidas, los primeros montaron su SCR (333 Bush St. Ventures), y el segundo, Compounding Yield Assets 101.

En 2005 también arrancó Opdenergy, sobre la que Antin acaba de lanzar una opa. Los promotores de la opada, Alejandro Chaves y Gustavo Carrero, ya han dicho que venderán sus acciones, aunque reinvertirán parte de lo ganado; el resto, o parte, podrá vehicularlo a través de sus respectivas sociedades de capital riesgo. El fundador de Grenergy, David Ruiz de Andrés, y Xabier Platero, exaccionista mayoritario de STI Norland (estructuras fijas y seguidores solares para plantas fotovoltaicas de gran tamaño) también se han pertrechado de SCR.

Alberto Poza, fundador de Ibercom y, por tanto, uno de los padres del MásMóvil que ahora se está fusionando con Orange, ha mostrado una actividad inusual en la consolidación del ecosistema de las telecos uniendo fuerzas con otras SCR (la de los Isidro Rincón, expropietarios de Europac, que dieron entrada a los Ybarra Careaga) y gestoras (Inveready), asociación que también ha entrado en el proyecto de rehabilitación de la antigua fábrica de Nissan en Barcelona. Por descontado, Poza tiene su SCR.

Completan este capítulo la de Verónica Pascual, consejera independiente de Telefónica y con una amplia experiencia en robótica, y la del trío formado por Gonzalo del Pozo, Gonzalo Ortiz y Marcelo Badimón, fundadores del agregador de anuncios clasificados Mitula, adquirido en 2018 por los empresarios japoneses de Lifull.

Predicar con el ejemplo

En Altamar, la mayor gestora independiente del país y una de las más activas en la captación empresarial y patrimonial para la causa del capital riesgo, han lanzado un mensaje contundente: sus dos fundadores y CEO, Claudio Aguirre y José Luis Molina, han constituido sendas SCR personales, el primero con su esposa e hijos, y el segundo, con su hermana; por supuesto, con Altamar como gestora.

Se acabó el verano

Los más madrugadores del nuevo curso han sido los Puig, que además planean salir a bolsa y cuyo primer accionista, Manuel Puig Rocha, ya invierte desde hace dos años en su SCR; el matrimonio José Vilata-Ana Darder, socio de la tecnológica valenciana Edicom; Joan Font Fabregó, dueño de la cadena Bon Preu, que tiene ya operativa su segunda (ColldeBanyuls); y una de las dos ramas de la familia Sendagorta, propietaria de la ingeniería Sener.

En lista de espera

Una ojeada a la lista de espera de las sociedades que tramitan la autorización para operar que otorga la CNMV corrobora lo variopinto de los candidatos y refuerza la incógnita de cuándo este nuevo mercado alcanzará su punto de madurez. 

En esta situación están los Sáinz de Vicuña y Primo de Rivera (con tres SCR); los Ferrero Jordi (Cola Cao y Nocilla), y los hermanos César y Rafael Orts, fundadores de Cecotec, que lo mismo te fabrica y vende un electrodoméstico como un patinete eléctrico e incluso un colchón, todos ellos low cost, así como Gabriel Abascal y Enrique Puig, fundadores de Newshore, empresa de software de comercio electrónico para aerolíneas que hace un año anunció su integración en Flyr Labs. Hay más con SCR constituidas, pero todavía no han visitado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).