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De ingredientes para hacer palomitas con sabor a callos a máquinas para marinar a lo grande: así es Alimentaria Foodtech 2023

Alimentaria Foodtech espera llegar a 22.000 visitantes tras cinco años sin celebrarse

Los costes de producción industrial de los alimentos siguen subiendo pese a la caída de la energía

Una de las máquinas que Handtmann promociona en la feria

Una de las máquinas que Handtmann promociona en la feria / ANA PUIT

Paula Clemente

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Cinco años después, Alimentaria Foodtech ha vuelto a abrir sus puertas en Barcelona. El salón dedicado a los equipos, la tecnología y los ingredientes para la industria alimentaria no se celebraba desde 2018 por culpa de la pandemia de covid y ha regresado formalmente este lunes al recinto Gran Via de Fira de Barcelona con un centenar más de empresas expositoras (en torno a 370), una superficie de exposición mayor (16.000 metros cuadrados) y un protagonista completamente diferente al de entonces: la proteína y los ingredientes alternativos.

Así lo demuestra que la primera atracción del salon sea un pequeño museo con cacahuetes aderezados con cloruro potásico y sódico en vez de sal, un alga gracilaria en polvo que se convierte en lo que aparenta ser una crema catalana, vinagre tamponado que funciona como harina para rebozar calamares o micelio de hongos fermentados que resulta en una golosina con suplemento de cafeína.

Además, si bien la mayor parte del espacio lo ocupan máquinas para trabajar con la carne, siendo el objetivo de la feria –según cuentan varios de sus participantes– la exhibición de innovaciones para el sector, muchas de estas compañías lo que más promocionan son inventos y soluciones para producir alimentos con proteína que no sea solo animal.

Vaessen, una de las empresas que forman la que sería la milla de oro en esta feria (la de los estands que se ven solo entrar), es experta en máquinas grapadoras, aquellas con las que se protegen los embutidos, y distribuye todo tipo de maquinaria para completar el proceso de elaboración y preparación cárnica, pero su puesta en escena en esta feria gira en torno a un ‘showcooking’ a cargo de uno de sus socios, Source Technologies, en el que muestra y deja probar productos que parecen convencionales pero que en realidad son veganos y lo son con una textura, dicen, mucho mejor a la de la competencia.

Cerca de ella, Handtmann expone casi 20 máquinas esencialmente porcionadoras de carne con las que obtener hamburguesas o salchichas, pero su gran novedad es una línea que permite recubrir al momento un alimento con una tripa natural y vegana, con lo que se podría hacer una hamburguesa vegana y recubrirla al momento con un “plástico” que sea también vegano y comestible.  

De todos modos, la maquinaria que se ve en la feria va mucho más allá: desde un sistema de cocción por agua que permite procesar alimentos distintos de forma simultánea de Middleby Food Processing, a una línea automática para embuchar, tensar y grapar productos en tripas o mallas de Pujolàs o las lavadoras de cajas y palets capaces de eliminar etiquetas que exhibe Mimasa. Hay máquinas para tamizar industrialmente, aparatos para deshuesar o separar la piel de la grasa en grandes cantidades de carne, y equipos para marinar a lo grande, hay conjuntos para que el trabajador de una fábrica limpie sus zapatos y manos de forma automática al entrar y salir de la planta, pavimentos, y un espacio específico para los elaboradores de ingredientes.

Proteína vegetal y de insectos

En este rincón del Alimentaria Foodtech la protagonista vuelve a ser la alimentación vegana y la proteina procedente de insectos como mayor promesa de futuro. Pilarica, una empresa centenaria que hace combinaciones de ingredientes para dar el sabor que se quiera a un alimento, muestra en la feria unos polvos que, añadidos industrialmente a unas palomitas (por ejemplo) les pueden dar sabor a queso, a salsa teriyaki o incluso a callos a la madrileña.

IMCD exhibe también un paté ‘plant-based’, una madalena sin gluten o gominolas y hamburguesas veganas. Y Lactotencia, el listado de empresas productoras de proteína (vegetal y animal) con las que trabajan y que pueden hacer llegar a grandes productores. “Si Heura abriera una fábrica, nosotros les podríamos hacer llegar toda la proteína vegetal que necesitaran”, ejemplifica uno de sus portavoces.

Con perspectiva similar, aunque no esencialmente centrada en el universo de la proteína alternativa, Taberner promociona sus mezclas de ingredientes con las que alterar de forma fácil y rápida el sabor de un producto: por ejemplo, trufa o pimientos del piquillo en polvo para que una pequeña carnicería pueda vender hamburguesas con ese sabor. Disproquima también centra su participación en la feria en hacer gala de su capacidad de dar con ingredientes que mejoren un producto tradicional sin que se note: desde una bebida vitaminada a un bote de kétchup con una reducción de sodio en vez de azúcar

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