Perfil

Ignacio Redondo, un abogado maratoniano en Caixabank

El director jurídico del banco, casado y padre de dos niñas, pierde la vida con 47 años en un accidente de tráfico en Formentera

Ignacio Redondo, el valenciano que más manda en Caixabank.

Ignacio Redondo, el valenciano que más manda en Caixabank.

Gemma Martínez

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Si hubo alguien que fue feliz por el traslado de la sede social de CaixaBank desde Barcelona a València fue Ignacio Redondo, responsable de Asesoría Jurídica del banco. Aunque nació en Granada en 1976, porque sus padres -Eugenio y Teresa- vivían entonces allí, se sentía y se definía como valenciano y como tal estaba considerado en la entidad financiera presidida por José Ignacio Goirigolzarri.

Este abogado del Estado, fallecido a los 47 años a causa de un accidente de moto en la noche de este sábado en Formentera, durante sus diez primeros años de vida siempre iba a València en Semana Santa, Navidad y verano. Allí estaban sus abuelos y el resto de su familia. Finalmente, cuando tenía diez años, sus padres volvieron a casa y con ellos, Redondo.

Formado en el colegio de El Pilar, desde siempre se sintió atraído por el mundo jurídico. Licenciado en Derecho por el CEU San Pablo de València (1994-1999), decidió iniciar su trayectoria profesional en el sector público. Opositó para convertirse en abogado del Estado (aprobó a la primera y fue el número uno de su promoción) y ejerció durante cuatro años en el Ministerio de Justicia, encargándose de procedimientos laborales, penales y contenciosos administrativos.

Casado con la valenciana Carmen Asins y padre de dos niñas -Carmen y María-, se mudó a Barcelona en 2006 al ser nombrado secretario del Tribunal Económico Administrativo Regional de Catalunya (Tearc). Este organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda y Función Pública, resuelve las reclamaciones económico-administrativas que se presentan contra las distintas Administraciones.

Después de un año y tres meses, en 2007 Redondo dejó el puesto para convertirse en el secretario general de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en sustitución de Jaime de Almenar. Cuando Redondo estaba en la CMT, su presidente era Reinaldo Rodríguez, que fue el primer dirigente que tuvo el organismo regulador de las telecomunicaciones -propuesto por el socialista José Montilla- después de su polémico traslado de Madrid a Barcelona. Desde su puesto de secretario general de la hoy extinta CMT, Redondo conoció las tripas del sector de las telecomunicaciones españolas en un momento histórico.

Abogado del Estado en excedencia

El valenciano de adopción, que en vida mantuvo un bajo perfil público, estuvo en el puesto durante algo más de tres años, hasta que le sustituyó Jorge Sánchez Vicente. Redondo se convirtió en ese momento en abogado del Estado en excedencia y abandonó el sector público para incorporarse a La Caixa como director de Asesoría Jurídica. Por entonces la caja estaba presidida por Isidro Fainé.

De este modo, Redondo protagonizó un camino cada vez más habitual entre los abogados del Estado, funcionarios de élite que dejan la Administración pública para pasar a trabajar en los consejos de administración de empresas del Ibex 35.

Fallero, aficionado del Valencia Club de Fútbol y veraneante en Xàbia-, dio el salto a CaixaBank cuando La Caixa creó su propio banco en el marco de la reestructuración de las cajas de ahorros. Previamente completó su formación con estudios de Administración de Empresas en Esade.

Corredor y triatleta

Los que le conocieron, que le definen como "una gran persona con una cabeza privilegiada", sabían que fue un deportista muy activo. Corredor y maratoniano, era habitual verle disputar pruebas populares de 42 kilómetros inscrito como empleado de CaixaBank y en la categoría de veteranos.

Una de las carreras que corrió fue el maratón de València de 2017, que realizó en un tiempo de tres horas y 26 minutos. Redondo también participó en triatlones (prueba de resistencia que combina natación, ciclismo y carrera a pie), como el Olímpico de Xàbia (1,5 kilómetros en el mar, 40 kilómetros en bicicleta y 10 kilómetros de carrera a pie).

Su muerte, "un horror" en palabras de Goirigolzarri, causó una gran conmoción en el seno de CaixaBank.

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