Barcelona sale de compras

Las rebajas de la inflación: "Los Reyes me han traído más vales que regalos para ahorrar con las ofertas"

Los barceloneses se echan a la calle y llenan los ejes comerciales en la campaña de descuentos, aunque con un ojo puesto en la cuesta de enero

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Barcelona se ha echado a la calle este sábado para aprovechar la mañana soleada y el simbólico primer día de la primera campaña de rebajas post navideñas. Las tiendas del centro y los ejes comerciales se han llenado de carteles en rojo exhibiendo sus descuentos y los transeúntes han copado el centro y los principales ejes comerciales, con las calles repletas pero no atestadas de gente. Los consumidores han salido a gastar este año con especial vista para los descuentos y prudencia dado el presupuesto disponible, tras unos meses en los que la escalada de precios ha mermado las economías familiares y un 2023 que se plantea casi tan incierto como el 2022.

Los comercios han dado este sábado simbólicamente el pistoletazo de salida a las compras post Reyes Magos, si bien muchas firmas hace días que anuncian promociones y raro es el portal 'on line' que no oferta casi todo el año. En la era de la sociedad hiperacelerada del 'aquí, ahora y en todo momento', tradiciones como las rebajas han quedado desdibujadas y los descuentos se extienden desde noviembre, con el 'Black Friday', hasta finales de enero. Lola es en ese sentido una 'antigua'. "Yo comprar por internet no me acabo de fiar. Me gusta ir a la tienda, tocar y probármelo todo. Se que te voy a parecer muy poco moderna, pero soy así", explica, mientras su hija adolescente la fulmina, vergonzosa, con la mirada.

Esta vecina del barrio de Sant Martí de Barcelona ha sido de las 'madrugadoras' que se han acercado al centro comercial de Les Glòries. Otros han optado por remolonear un poco más y pedir que les traigan el desayuno a casa, tal como atestigua un grupo de 'riders' que espera a las puertas de un local para recoger sus pedidos. A medida que avanza la mañana el centro comercial va sumando 'rebajistas' con las manos repletas de bolsas. Lola y su hija han venido a comprar sin presupuesto fijo, o al menos eso es lo que cuenta la madre, sabedora que en toda negociación revelar cartas como esa condiciona la partida. Cada español gastará una media de 135 euros en las rebajas de invierno, según los resultados de una encuesta realizada a más de mil consumidores a pie de tienda por la Asociación Española de Consumidores (Asescon).

"He madrugado porque pensaba que el centro estaría lleno y al final no ha sido para tanto, me siento un poco idiota. Bueno, así tendremos más tiempo para echar el vermuth", cuenta Sofía, que ha venido a cambiar ropa que le han regalado durante Navidades. Tenía más margen -algunas firmas dejan hasta 60 días y la compra 'on line' habitualmente ofrece un mínimo de 14 días-, pero ha preferido acercarse al centro el primer día de rebajas para evitar que "vuele todo". Ha venido con su pareja, Gerard, a quien los Reyes Magos le han traído tres pagarés para gastar estos días. "Este año me han traído más vales que regalos, para que así ahorre con las ofertas", cuenta. La inflación ha dejado buena mordida en el poder adquisitivo de la mayoría de salarios y las familias se buscan la vida para con menos lograr más o menos lo mismo.

El pequeño comercio compite como puede

El Portal de l'Àngel, la histórica calle comercial barcelonesa, ha recuperado el color tras dos años marcados por la pandemia y las restricciones sanitarias. El sexteto Jinx Jazz Band, con su desenfadado bebop, ameniza el desfile de transeúntes, que en años precovid era más numeroso. "El auge de la venta 'on line' ha diluido un poco las rebajas. La manera de comprar ha cambiado", explica el presidente de Pimec Comerç, Àlex Goñi. "Esperamos una buena campaña de rebajas, claramente mejor que la del año pasado. Históricamente cuando empieza en fin de semana suelen ir bien, aunque no será hasta finales de enero, cuando hayamos sumado lo facturado durante el 'Black Friday', el 'Cibermonday' y navidades, que podremos saber si ha ido mejor o no que antes del covid", explica.

Los barceloneses no solo han recurrido al centro y las grandes superficies, sino que también han llenado los barrios y las históricas calles comerciales, como carretera de Sants. Allí, no obstante, hay más paseantes que compradores, a tenor del número de bolsas que cada transeúnte lleva. En algunos tramos casi hay más gente agarrada a una correa de perro y un simpático can a su vera que con una bolsa de papel de una conocida marca de ropa. En esta calle los descuentos de los escaparates son sustancialmente menos agresivos que en las grandes superficies, dados los estrechos márgenes con los que compite el pequeño comercio.

En los escaparates de Ros Moda 1926 luce un cartel con un 20%. "Yo no engaño a nadie, estos días todo está rebajado a un 20%, no como en otros sitios que te ponen en la puerta un 70% y luego cuando entras todo es de la nueva temporada", cuenta Vicenç Ros, el dueño de este negocio casi centenario. "Esperamos que la campaña vaya bien, aunque llevar un pequeño negocio es duro. Hace 17 años que no tengo vacaciones. Mi padre no pudo hacerlas en 20 años. Cuesta competir con las grandes superficies, porque además a los pequeños nos fríen a impuestos y ellas parece que siempre encuentran alguna trampa para pagar menos", se queja Ros. Todavía es pronto para hacer un balance de la campaña, pero este comerciante teme que lo que gane de más se lo coma el repunte de gastos que ha tenido vía luz y género. El pequeño comercio no ha vivido un buen 2022 y en el último ejercicio se han perdido casi 19.000 autónomos de dicho sector en toda España.

La incierta cuesta de enero

Willy ha venido con su mujer y sus hijos a pasar el día en el centro comercial Gran Via 2. Este vecino de l'Hospitalet de Llobregat espera frente a la tienda de una popular firma de videojuegos a que su hijo cambie el juego que los Reyes no acertaron a traerle. Una vez lo cambien irán a comer algo y luego a ver la nueva de Avatar en el cine. "Habíamos venido con la intención de solo mirar, pero luego siempre te animas y acabas comprando algo", cuenta con una sonrisa.

Las rebajas de después de Reyes son el colofón de un maratón de compras, después de las cuales llega la todos los años empinada cuesta de enero. ¿Será más dura esta que la del año pasado? "No esperamos que las rebajas de este año sean históricas, las familias llegan con un cansancio económico acumulado. Las luces de Navidad son muy bonitas y lo tapan todo, pero luego habrá que echar cuentas y ver que nos depara la cuesta de enero", concluye el presidente de Pimec Comerç.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS