¿Qué previsiones hay sobre el IPC?

A pesar de que desde el Gobierno se tiende a pensar que la inflación ha tocado techo, tras alcanzar el 9,8% anual en marzo, nadie puede asegurar que eso sea así. En mayo, el indicador avanzado del Instituto Nacional de Estadística (INE), que aún es provisional, se situó en el 8,7% después del 8,3% de abril, lo que supone mantenerla en los niveles de hace casi cuatro décadas.

Esta escalada del índice precios de consumo (IPC) afecta a diversas variables, que van desde los salarios, que pierden poder adquisitivo, así como el ahorro o los alquileres, que el Ejecutivo decidió limitar al 2% hasta el próximo 30 de junio, aunque probablemente se prolongará hasta el 30 de septiembre y ya ha provocado la voz de alarma del sector.

Una de las medidas estrella para paliar los efectos del encarecimiento de los precios es la rebaja de 20 céntimos en los carburantes, En todo caso, el incremento desde marzo pasado absorbe ya el 75% de la subvención. Además se ha abierto un debate en el seno de propio Gobierno sobre si esta medida debería aplicarse solo a las rentas bajas y los consumidores más vulnerables y en el que ha entrado el Fondo Monetario Internacional (FMI), que defiende medidas más selectivas, dirigidas a los consumidores y hogares vulnerables.

Las previsiones, que en un entorno de tanta incertidumbre marcado por la guerra en Ucrania y problemas en las cadenas de suministros, apuntan a unos niveles todavía elevados en lo que va de año, que harán que la media sea alta. El panel de Funcas, que recoge las estimaciones de numerosos organismos y servicios de estudios, calcula una media del 6,9% este año. El Banco de España, que el próximo viernes anunciará la revisión de previsiones después de que lo haga el día anterior el Banco Central Europeo (BCE) calculó que la tasa anual media este ejercicio será del 7,5%.

A esos niveles, el instituto emisor estima que el coste en el pago de pensiones, cuyo aumento está ligado ahora a la inflación media que se registre en noviembre, tendrá este año un sobrecoste de 13.500 millones de euros. La OCDE, que agrupa a los países más industrializados, además de rebajar el crecimiento español al 4,1% este año, ha elevado este miércoles la previsión de inflación media al 8,1%.

La escalada de la inflación, que empezó con la subida del del gas, la electricidad y los carburantes se ha trasladado al conjunto de la economía. Lo refleja la tasa anual de la inflación subyacente, aquella que excluye los precios de la energía y de los alimentos no elaborados, situada en el 4,9%, el nivel más elevado desde 1995. Eso indica que el aumento sostenido de los precios de los precios ha contagiado al conjunto de la economía y alimenta reclamaciones salariales por parte de los sindicatos. De ahí que desde el Gobierno se reclamara un pacto de rentas, que no solo se centra en la contención salarial sino en la de márgenes y beneficios de las empresas. Pero el acuerdo no ha podido alcanzarse. Aún así, la contención en los salarios se mantiene de facto con un incremento medios en los convenios del 2,4% hasta abril.

Debido a esta tendencia, que afecta al conjunto de la zona euro, que alcanzó una tasa anual del 8,1% en mayo frente al 7,4% de abril, se ha convertido en un problema que anticipa próximas subidas del precio del dinero, como ya ha admitido la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. Está previsto que el primer aumento se produzca en julio, con lo que abandonará el 0% en el que está desde 2016 y con un alza progresiva hasta un nivel del 1% o 2% que la banca prevé que, en principio, no tendrá una gran incidencia en la morosidad.

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