Día Mundial del Reciclaje

El pago por uso se fija en las oficinas

Los objetivos de reciclaje se alían con el alquiler de los ordenadores en las empresas, especialmente las pequeñas

Desechos electrónicos.

Desechos electrónicos.

Eduardo López Alonso

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Este martes 17 de mayo es el Día Mundial del Reciclaje. La economía circular se ha convertido en los últimos años en uno de los objetivos colaterales de todas las empresas a la hora de lograr retos medioambientales ineludibles. Los desechos tecnológicos se han convertido en pieza fundamental de esas metas de reciclaje. Mientras el gigante Amazon, por ejemplo, ofrece productos de segunda mano en sus estanterías virtuales, bajo el epígrafe 'reacondicionado', el pago por uso se ha consolidado como elemento de competitividad empresarial estratégico, especialmente entre las empresas en las primeras etapas de crecimiento.

Las grandes multinacionales tecnológicas fueron las primeras en vislumbrar el auge del pago por uso. Eso fue especialmente evidente en el caso de las firmas de 'software'. Les pareció evidente el hecho de que las empresas pueden suscribirse a todas las herramientas necesarias para sus operaciones, en las que se incluye soporte técnico y actualizaciones. El poseer daba paso al uso. El concepto del pago por uso es especialmente útil para las pequeñas y medianas empresas a las que resulta difícil mantener un departamento de tecnología interno o seguir el ritmo de las mejoras tecnológicas. Amazon Web Services, Microsoft Azure o Google Workspace, son el ejemplo habitual. Pero además de las firmas de 'software', en el 'hardware' también aparecen iniciativas interesantes. Para los expertos, uno de los elementos clave en el futuro para esas empresas basadas en el pago por uso será el uso intensivo de técnicas de 'big data' y de inteligencia artificial para analizar las necesidades de los clientes y poder equilibrar costes y gastos de manera precisa.

Techaway, compañía impulsada por Wedid Ventures, uno de los principales Company Builders de España, es uno de esos ejemplos de firmas que ha visto en el pago por uso una vía de negocio atractiva. Integra en sus servicios la reintroducción en el mercado de los productos y servicios tecnológicos sustituidos a sus clientes, dando una segunda oportunidad a estos equipos (al retornarlos al circuito empresarial, o mediante la reventa). "Los empresarios están continuamente buscando alternativas para poder ser más competitivos, tener la tecnología actualizada, ahorrar costes y fomentar la sostenibilidad. El pago por uso tecnológico se está consolidando, ya que tiene ventajas frente al renting, por ejemplo, que tiene costes más elevados, es menos flexible a la hora de cambiar los equipos más obsoletos y sus costes son menos transparentes", defiende Karina Riera, máxima responsable de Techaway. Una particularidad de este tipo de alquiler de equipos informáticos es que se incorporan herramientas o paneles de control que permiten monitorizar con precisión el uso de esos equipos y los pagos a realizar por parte de los clientes. "El pago por uso es ya la mentalidad de las nuevas generaciones. No solo porque están dispuestos a afrontar nuevos retos y asumir los cambios que ya están aquí, sino porque entienden la importancia de la economía circular, de dar una segunda vida a las cosas... de reciclar, de no malgastar... El pago por uso, además de hacer al usuario más competitivo en el mercado es un paso hacia el bien común y el buen uso de las cosas", dice la CEO de Techaway.

Panorama europeo

El pago por uso tecnológico en las empresas reduce en un 80% los residuos electrónicos en las compañías usuarias, fomentando la economía circular. Según datos de la Unión Europea, menos del 40% de todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de la UE se reciclan, y el resto está sin clasificar. Las prácticas de reciclado varían de un Estado miembro a otro. La tasa de reciclaje de España se sitúa en torno al 41%. Por otra parte, también advierten los expertos que los residuos o basura electrónica pueden contener sustancias peligrosas, como el cadmio, mercurio, plomo, arsénico, fosforo, aceites peligrosos y gases que agotan la capa de ozono o que afectan al calentamiento global como los clorofluorocarbonos (CFC), hidroclorofluorocarbonos (HCFC), hidrofluorocarbonos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoniaco (NH3), que si bien son necesarias para garantizar su funcionalidad, pueden emitirse al medio ambiente o ser perjudiciales para la salud humana si, una vez que se convierten en residuos, los aparatos no se gestionen y se tratan adecuadamente.

El pago por uso se ha hecho realidad con claridad en el sector de la automoción. La adquisición de un activo por 30.000 euros cuando se recorren 10.000 kilómetros al año no responde a un interés económico, cuando es evidente que aparecen gastos de mantenimiento asociados importantes. En el caso de la tecnología, un análisis de costes y gastos de los equipos necesarios puede tener también una conclusión similar.

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