diálogo social

Los sindicatos avisan a Sánchez: "Derogar la reforma laboral de PP es una obligación, no una opción"

"No habrá reforma laboral sin acuerdo social", declaró el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista con EL PERIÓDICO este domingo. Tal como le ha insistido la patronal desde que llegó al poder y con amplios recelos entre los sindicatos, que ven en esas palabras un poder de veto otorgado a los empresarios.

CCOO y UGT presionan al Gobierno para retomar las negociaciones y no dar a la CEOE poder de veto

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Gabriel Ubieto

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La espera para que el Gobierno materialice su promesa de contrarreforma laboral se le está haciendo larga a los sindicatos. Las últimas declaraciones del presidente, Pedro Sánchez, no cayeron bien entre las filas de CCOO y UGT. "No habrá reforma laboral sin acuerdo social", declaró Sánchez en una entrevista este domingo en EL PERIÓDICO. Unas palabras que han despertado el rechazo de las principales organizaciones sindicales, que recuerdan al presidente del Gobierno que derogar los aspectos más lesivos de la herencia del PP figura en su programa electoral. Y por ello le piden que no conceda, con esa promesa de diálogo social, poder de veto a la patronal.

La pandemia hizo saltar por los aires el calendario de negociaciones para desmontar los pilares de la reforma laboral del PP, levantada en el 2012. Las mesas del diálogo social no han vuelto a reunirse desde que llegó el virus y el Ejecutivo no ha acallado rotundamente a las voces que afirman que desde la UE plantean subordinar la llegada de los fondos para la reconstrucción a la no modificación de parte de esa reforma laboral. "No es una opción, es una obligación que está en su programa del Gobierno y en el de investidura", afirma el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

La contrarreforma laboral del PSOE y Unidas Podemos (y sobre todo su dimensión) no ha estado exenta de polémica en los últimos meses. Este mayo ambos partidos pactaron en el Congreso con EH Bildu la derogación "de manera íntegra" de la reforma laboral del PP, un entente fugaz del que el propio PSOE se desmarcó pocas horas después y que provocó un rechazo frontal por parte de la patronal. "Siempre y cuando los actores sociales quieran esa reforma laboral, el Gobierno está dispuesto a acompañarla", afirmó Sánchez en su entrevista con EL PERIÓDICO. "Una cosa es apostar por el diálogo social, que es importante y nos ha dado acuerdos importantes durante esta pandemia, y otra cosa es conceder poder de veto a una de las partes", replica el secretario general de CCOO, Unai Sordo, a EL PERIÓDICO.

Las declaraciones de Sánchez dan tranquilidad a la patronal; recelosa de tocar una reforma laboral que el PP no negoció con ellos, pero a la que no quieren renunciar. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, suele insistir en sus discursos que la música que suena bien en la partitura de los empresarios es la de "mejorar", no la de "derogar" la reforma laboral. Que en esos términos pueden entrar a hablar, no así en otros. Y siempre en el marco del diálogo social, nunca desde la unilateralidad. "En este contexto, lo que es importante es garantizar la paz social y, por lo tanto, vamos a apostar decidida y rotundamente por el diálogo y el acuerdo social", afirmó Sánchez. "Es evidente que sí el Gobierno no cumple con sus compromisos los sindicatos entraremos en un escenario de movilización. Y pondría difícil continuar con el diálogo social", declara el líder de CCOO.

Mesas paradas

Las negociaciones para consensuar un desmontaje progresivo de la herencia laboral del PP fueron interrumpidas en marzo por la pandemia. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aparcó las conversaciones que ya estaban en marcha y que versaban sobre la recuperación de la ultraactividad (la prórroga automática de los convenios) y la recuperación de la prevalencia del convenio sectorial, sobre el de empresa. Dos herramientas que facultan a las compañías para devaluar salarios sin el consenso de sus trabajadores. El compromiso de Díaz es reabrir las mesas y reanudar las negociaciones donde se dejaron. De hecho, el Gobierno en su Plan Anual Normativo, se comprometió a reiniciar dichas conversaciones antes de acabar el año.

No obstante, el actual calendario dificulta que ello suceda este 2020. Pues a solo tres semanas de finalizar el año los agentes sociales todavía tienen pendiente cerrar las propuestas para la nueva ley del trabajo en plataformas digitales. Y también tienen pendiente abordar la consulta para actualizar el salario mínimo interprofesional. Otro tema que se plantea espinoso, con una patronal que sostiene que "ahora no es el momento de subir salarios", según ha reiterado Garamendi en varios foros, y con las centrales apretando para subirlos. UGT plantea pasar de los 950 euros actuales a los 1.000 euros en el 2021. Y el 31 de enero vencen las actuales condiciones para los ertes de la covid, por lo que, presumiblemente y tal como han ido las anteriores prórrogas, enero estará monopolizado por los ertes.

Reanudar las negociaciones para derogar la reforma laboral del PP "a partir de enero es una condición indispensable para continuar la concertación social", alerta el líder de UGT, Pepe Álvarez. Las centrales temen que la llegada de los fondos Next Generation EU acabe estando supeditada a no modificar determinados aspectos de la reforma laboral del PP, descafeinando el programa del Gobierno de coalición. Un texto que ya de por sí no contempla todos las medidas introducidas por Mariano Rajoy, como la supresión de la autoridad administrativa de los eres o la reducción de la cuantía de las prestaciones de paro a partir de los seis meses; entre otros.