sector financiero

El Santander plantea recortar 4.000 empleos y reubicar a 1.090 trabajadores

Banco Santander

Banco Santander / periodico

P. Allendesalazar

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El Santander pretende recortar su plantilla en España en 4.000 empleados, en torno al 13,8% del total (27.053 en la filial del país y 1.744 en los servicios centrales al cierre de septiembre). Asimismo, quiere reubicar a otros 1.090 trabajadores en otras sociedades del grupo y cerrar entre 900 y 1.000 sucursales (hasta un 32% de las 3.110 con las que cuenta tras clausurar 742 en los últimos doce meses). Así se lo ha trasladado este viernes a los sindicatos, si bien se trata de las primeras cifras de recortes que les da el banco tras cuatro reuniones y lo previsible es que las vaya reduciendo como suele suceder en estos procesos de negociación.

La mesa de negociación se constituirá oficialmente el martes, lo que abrirá el periodo legal de 30 días para tratar de llegar a un acuerdo. Lo que parece claro es que la entidad presidida por Ana Botín está dispuesta a realizar el mayor ajuste de plantilla de su historia, lo que ha superado las expectativas de los sindicatos. El recorte planteado supera con mucho a los realizados en los últimos años en los servicios centrales y al centro corporativo (1.380 trabajadores en el 2016 y 1.100 en el 2018) y en la red de oficinas (3.223 empleados en el 2019). Entonces la razón principal esgrimida era rentabilizar vía ahorros de costes la compra del Popular, que llevó al Santander a contar con 36.349 empleados y 4.987 oficinas en España.

El argumento ahora es que la pandemia ha acelerado el uso de los canales digitales del banco por parte de los clientes, con lo que las sucursales ya no son tan necesarias. El grupo tiene previsto realizar recortes similares en Reino Unido, Portugal y Polonia con el objetivo de ahorrar 1.000 millones de euros en dos años en sus cuatro filiales europeas. Lo cierto es que el Santander, como el resto del sector, afronta un futuro complejo. Los ingresos llevan años penalizados por los tipos bajos del Banco Central Europeo (BCE) y a ello se ha sumado el previsible incremento de la morosidad y las provisiones para pérdidas a causa del coronavirus, con lo que las entidades estudian o preparan recortes de gastos para mejorar su rentabilidad.

Prejubilaciones e incentivos

El banco prevé que la mayoría de las salidas se produzcan mediante prejubilaciones (cuenta con unos 4.000 trabajadores de más de 55 años) y bajas incentivadas. Para que no se conviertan en despidos, las recolocaciones están condicionadas a ser obligatorias para el trabajador (se mantendrá el sueldo y la antigüedad, pero se aplicará el convenio colectivo de la filial de destino). El empleado podrá ser destinado a un puesto a hasta 400 kilómetros del actual (con una compensación en la nómina de entre el 10% y el 15%). Buena parte de estas reubicaciones tendrán como destino Santander Personal, la unidad que atiende a los clientes a distancia a través del teléfono, el correo electrónico y otros canales remotos.

En reuniones anteriores, el banco ya había ofrecido a los representantes de los trabajadores un plan de recolocación externa encargado a la consultora Lee Hecht Harrison, del grupo Adecco, para ayudar a encontrar un nuevo empleo a las personas que salgan y quieran seguir trabajando. En el expediente de regulación de empleo (ere) del 2016, se encontró una salida para el 100% de los trabajadores, y en el recorte de empleo del 2018, para el 98%. El proceso tras el ajuste del 2019 sigue todavía en marcha y el porcentaje asciende por el momento al 73%.