Perfiles de empleo y de pario

Erte del 50%, gastos del 100%

Gonzalo: "Habrá que tirar de los pocos ahorros que quedan hasta que esto pase"

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zentauroepp53314111 valencia economia200504151443 / MIguel Lorenzo

Nacho Herrero

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Gonzalo tiene 41 años, oficialmente lleva trabajando desde que tenía veinte aunque antes lo hizo como camarero y desde hace uno trabaja en una fábrica y almacén de pinturas en un pueblo de la provincia de Valencia, al que este lunes se ha reincorporado con un erte del 50%.

Prepara pedidos en palés o los recibe, depende del caso y del día. La declaración del estado de alarma le pilló de baja tras haberse tenido que operar de tres hernias a finales de enero y, paradójicamente, eso le ha permitido 'sobrevivir' este mes y medio porque su sueldo iba a cuenta de la mutua

La intervención da para 90 días de baja pero ya se encuentra bien y no está el tema para apurar. Como en el resto del sector, en su empresa tuvieron que plantear un erte para parte de la plantilla y esta semana algunos de sus compañeros aún no habían cobrado la parte del Estado.

El repunte de actividad de los últimos días y el que se prevé a partir de ahora ha hecho que la empresa recupere la mitad de las horas de aquellos que estaban sin trabajar. Sin la posibilidad de horas extra y otros complementos, calcula que sus ingresos pueden pasar de unos 1400 a unos 900 euros, entre lo que le pagará la empresa y (cuando llegue) el paro. 

“Eso es un agujero para mí y para cualquiera”, explica. En su caso hay dos hijos que co-mantener. Así que descontado los gastos de desplazamiento a la fábrica (unos 40 euros a la semana), da para lo que da. Es decir, pagar la hipoteca, los recibos y poco más. Para otros gastos tan fijos como inevitables “habrá que tirar de los pocos ahorros que quedan hasta que esto pase”. Por eso, además del momento actual le preocupa el horizonte temporal “y la verdad es que pinta mal para todo el mundo”, apunta. “Es una faena”, sentencia. Después de unos años de cierto sosiego otra vez vienen curvas.

Por si fuera poco la reorganización del trabajo ha obligado a la empresa a un único turno de 11 a 20 horas que complica al máximo la conciliación familiar las dos semanas al mes que podrá trabajar. Otro problema añadido y no pequeño precisamente.