Ghosn se fugó de Japón metido en una caja y aprovechando un éscaner roto

Nuevos detalles han salido a la luz sobre la polémica y misteriosa fuga del ex presidente de Nissan-Renault Carlos Ghosn hasta Beirut (Líbano). El ex magnate del motor, cual Houdini del siglo XXI, consiguió burlar a la justicia japonesa y llegar hasta Líbano metido en una caja para instrumentos y aprovechando un fallo en el dispositivo de seguridad del aeropuerto de Osaka (Japón). El WallStreet Journal ha publicado este lunes nuevos entresijos de la peliculera huida de este magnate del motor con triple nacionalidad. Peliculera hasta el punto que el propio Ghosn está sondeando el mercado del audiovisual para intentar colocar la historia y embolsarse unos 'royalties' por el camino. El productor de Hollywood John Lesher, con un Oscar en su palmarés por Birdman, le rechazó la trama. 

El lugar idóneo que encontraron sus cómplices para sacar al ex presidente de Nissan-Renault de Japón fue el aeropuerto de Osaka. Una pista de salida mucho más tranquila y menos transitada que otras como las del aeropuerto internacional de Narita Jasiko, el principal punto de entrada y salida de viajeros de la gran conurbación de Tokio.  

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Carlos Ghosn y sus socios de escapismo eligieron el aeropuerto de Osaka y, dentro de este, una ruta concreta. La fuga comenzó, presuntamente, con una fiesta en la residencia de Ghosn en Tokyo, a la que asistió un equipo de músicos con el objetivo de amenizar la velada. Y el fugado consiguió evadir a las autoridades niponas escondiéndose en una de las caja en las que los músicos transportaban sus instrumentos musicales de gran tamaño. 

Ghosn fue sacado de su residencia de Tokyo y transportado hasta el aeropuerto de Osaka, una distancia de casi 500 kilómetros. Allí logró sortear los controles de seguridad ya que pasó por una estación con el escáner de materiales pesados averiado. Ese detector que eligieron los cómplices de Ghosn fue uno y no otro debido a que esa brecha en la seguridad de aeropuerto la tenían detectada desde hace meses atrás. 

Asimismo, The Wall Street Journal apuntó que Carlos Ghosn recurrió al servicio de empresas de seguridad privada norteamericanas y, en concreto, a un «experto en las fugas clandestinas» y bastante conocido en su sector llamado Michael Taylor, quien también es un ex militar de las fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos. Por otro lado, Ghosn ha intentado en todo momento desvincular a su familia de la huida y ha asegurado hasta ahora que solo él es el responsable de su huida de la justicia japonesa.

El magnate franco-brasileño-libanés se encontraba antes de su fuga en Tokio, bajo vigilancia y con restricciones en el contacto con su familia, aunque con libertad para salir de su casa. Las autoridades niponas, tras conocerse la escapada, aumentaron la seguridad y las medidas migratorias, tal como aseguró el ministro de Justicia de Japón, Masako Mori.

7 detenidos (de momento)

La fuga de Ghosn de Japón tardó pocas horas en cobrarse las primeras detenciones. La justicia de Turquía detuvo al día siguiente de la huida a siete presuntos cómplices y actualmente cinco de ellos están en prisión preventiva. Aparentemente, el multimillonario prófugo voló primero desde la ciudad nipona de Osaka al aeropuerto Atatürk, y desde allí al Líbano. Los arrestados son cuatro pilotos, de los que dos habían estado de servicio en los aviones empleados para el delito, y un director de una empresa de carga privada.

Quién no será detenido, de momento, es el propio Ghosn, ya que Líbano carece de acuerdo de extradición con Japón y las autoridades libanesas declararon tras hacerse pública su fuga que el magnate no había incumplido, a su entender, ley alguna con su entrada al país. Carlos Ghosn está reorganizando su defensa jurídica desde Beirut (Líbano) y mañana está previsto que de una rueda de prensa en la que presuntamente aclarará los motivos de su huida y avanzará sus próximos pasos.