HISTORIAS MÍNIMAS
Los algoritmos de la salud
Asho es firma decana en codificación de altas hospitalarias. Y ha diseñado softwares que optimizan la gestión de datos que el avance y precisión de la medicina han multiplicado
Cada vez que una persona es visitada en un servicio de urgencias o sale de alta en un hospital, lleva consigo un informe médico. Son datos que el centro guarda también bajo códigos que homogeneizan la información a nivel mundial. Permiten aportar al Big data sanitario social el máximo detalle de intervención en el paciente en el mínimo espacio, siguiendo los parámetros establecidos por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Esta se actualiza constantemente a medida que la medicina avanza en precisión y personalización, gracias a la tecnología e investigación. Por tanto, la codificación requiere cada vez más nuevas identificaciones de descripciones de tratamientos y operaciones.
Traducen las notas del médico a los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE)
De la traducción correcta de toda esa información de altas médicas son expertos en Asho. Es la empresa de Barcelona que desde hace un cuarto de siglo la realiza para hospitales públicos y privados, de manera externa. En su origen, se ocupó del archivo, gestión y digitalización de la información hospitalaria, pero pronto asumió el rol de codificadores de informes médicos. Traducen a ese código internacional todas las anotaciones del médico, desde el motivo de la consulta, la comorbilidad del paciente, hasta los procedimientos llevados a cabo en el ingreso o visita en servicios de urgencias, consultas externas, cualquier proceso ambulatorio, también en hospitales de día. Capturan el lenguaje natural en texto que el médico ha descrito –afortunadamente ya no a mano en la actualidad- y lo traducen a la nomenclatura oficial actual (CIE-10).
Gestión eficaz
La codificación de la información médica, además de facilitar la lectura del informe de cualquier paciente por toda la comunidad facultativa sin lugar a error, permite, gracias a la programación de algoritmos, automatizar la búsqueda, consulta y gestión. También del coste de las intervenciones a cada paciente. «La codificación clínica es al sistema sanitario, lo que la columna vertebral al cuerpo humano», compara la gerente de Asho, Ruth Cuscó. Esa columna la construye un equipo de 16 empleados en las oficinas de Asho en el Poblenou barcelonés, y 26 colaboradores, entre los que hay médicos, documentalistas y técnicos en documentación y enfermeras, todos expertos en referenciar datos.
Asho también realiza formación, asesora y audita en los propios hospitales. Y desde el 2010 diseñan softwares propios –hasta el momento han creado 3- que hacen mucho más sencillo el proceso de transcripción a códigos. “Con inteligencia artificial, los algoritmos se nutren de la historia, la información almacenada que engrosa todo el conocimiento de Asho en este ámbito”, destaca el director comercial de la compañía, Carlos Sevillano. La comercialización de los software supone ya el 20% de la facturación de Asho, que el pasado año alcanzó los 1.520.000 euros, 60% más respecto al 2017.
Ruth Cuscó y Carlos Sevillano
Directora gerente y director comercial de Asho
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