SOSTENIBILIDAD
Objetivo: que la producción de alimentos no se 'coma' la sostenibilidad del planeta
Producción insostenible, destrucción de ecosistemas, cambio climático… El planeta tiene las alarmas rojas encendidas. Mientras que un tercio de los alimentos a nivel mundial se desperdicia, más de 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, según la FAO. El futuro del sector alimentario pasa por producir más con menos.
Producción insostenible, cambio climático... El planeta tiene la alarma roja encendida. Mientras que un tercio de los alimentos se desperdicia, más de 815 millones de personas pasan hambre. El futuro del sector alimentario pasa por producir más con menos
Nora Benito
Redactora y Community Manager del suplemento 'activos'
Periodista motivada por temas sociales y sostenibles. Escribir para contarla.
Producción insostenible de alimentos, destrucción de ecosistemas, cambio climático… El planeta tiene las alarmas rojas encendidas. Mientras que un tercio de los alimentos a nivel mundial se desperdicia, más de 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, tal y como apuntan cifras de la FAO, lo que conlleva el 8% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esto supone un coste de aproximadamente 2,6 billones de dólares. El futuro del sector alimentario pasa por encontrar la fórmula para producir más con menos y hacerlo de forma sostenible, invirtiendo en prácticas agrícolas sostenibles.
Pero ¿qué entendemos por alimentación sostenible? Según el informe de AXA Investment Managers "Food production that doesn’t cost the Earth", se refiere al alimento que se produce con la intención de limitar su huella de carbono, la intensidad del agua y el uso de la tierra; protegiendo la calidad del suelo, la biodiversidad y evitando la deforestación.
Para paliar los efectos del cambio climático, el sector agrícola debe saber adaptarse: producir más con menos -de forma sostenible-, tomar conciencia del problema, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y usar tecnologías limpias. Estos instrumentos se alzan como herramientas para frenarlo. Por su parte, la ganadería contribuye a más emisiones de gases de efecto invernadero que todos los automóviles, camiones y aviones en el mundo, según datos de la ONU.
LOS CONSUMIDORES COMO PALANCA DE CAMBIO HACIA LA SOSTENIBILIDAD
La buena noticia es que el sector de la alimentación está cambiando a pasos agigantados: los consumidores están modificando sus hábitos de compra y las tendencias alimentarias varían en consonancia.
Según el estudio Our Meatless Future, de CBInsights, que trata sobre el porvenir del sector cárnico, en un futuro las proteínas no provendrán de las fuentes animales tradicionales. Es decir, consumiremos carne sin carne. Y todo gracias a los avances tecnológicos que crean productos cárnicos en laboratorios o los fabrican con alimentos de base vegetal.
Al mismo tiempo, cada vez más más consumidores optan por dietas veganas o vegetarianas para reducir su consumo de carne. En España, el vegetarianismo y veganismo son tendencias que cada vez ganan más adeptos: el 35% de la población afirma que evita la carne roja o está reduciendo su consumo. Además de esto, la producción de alimentos a base de plantas está creciendo, y se prevé que alcance los 5,2 mil millones de dólares para 2020.
Pero no solo las dietas están cambiando. También lo hace la conciencia de los consumidores: cada vez más miran el origen de los productos que se consumen y menos la apariencia de estos. Tal y como indica el informe de AXA, aproximadamente el 26% de los productos que no cumplen con los estándares de los supermercados se destruyen antes de llegar incluso a los estantes. A pesar de ello, el 81% de los consumidores encuestados en Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Alemania aseguran que comprarían frutas y verduras imperfectas.
Para vender este tipo de productos, también contribuye el auge de nuevas aplicaciones que ponen en contacto directo a los productores con los consumidores, sin intermediarios, con la posibilidades que esto brinda para reducir el desperdicio de este tipo de alimentos.
Nos encontramos en una situación urgente, pero se puede revertir el perjuicio sufrido. Se trata de una cuestión ética y medioambiental. En la actualidad, la adopción de la economía circular todavía se encuentra en sus inicios en nuestro país y las empresas españolas están regazadas en la implantación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero no es tarde. El planeta no debe rendirse.
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