HISTORIAS MÍNIMAS
Diseño con I+D sostenible
Núria Vila crea soluciones ecológicas para promocionar la imagen de empresas concienciadas en ello. Investiga materiales orgánicos y reciclados para servir envases y envoltorios sin impacto medioambiental
La investigación y desarrollo (I+D) que tantos frutos lanza al mercado en manos de la tecnología, también es herramienta de sostenibilidad. Con I+D se concretan acciones de compromiso con el respeto del planeta. Y un buen ejemplo es la labor emprendida por la diseñadora gráfica Núria Vila (www.nuriavila.net).
Tal vez ya la inspiraran las ocupaciones de sus padres. Su padre, empresario electrónico en una firma hoy muy centrada en cloradores salinos más sostenibles. Su madre, comerciante de lanas y tejedora de jerséis. Y fue una exposición de carteles de Joan Brossa en el Museu de Granollers, su ciudad, cuando tenía 18 años, que la llevó a focalizar su formación en el diseño gráfico. Pero el trabajo de imagen corporativa y de productos para firmas de cualquier tipo le hacía sentir un desencaje interior. «No me creía lo que ayudaba a vender a determinados clientes. Y no podía vender lo que no me creía yo misma», dice.
Y tras una pausa haciendo un documental para una oenegé en El Salvador, con 25 años, aterrizó en Catalunya con el propósito de reenfocar sus ideas de diseño al terreno de la sostenibilidad. Capitalizó sus meses de paro para comprarse un equipo informático y empezar camino como profesional autónoma con el propósito de construir líneas de trabajo con contribución social, idearía envases, envoltorios y soportes para difundir la imagen de las empresas con componentes que no dejen huella ecológica.
"En el 80% del material que emplea aplica los criterios más sostenibles, con mínimo impacto"
Para ello, empezó a investigar materiales. «Me ponía retos a mí misma como si fuese un juego», recuerda. «Me propuse alargar lo máximo posible el ciclo de vida de un producto antes de que este termine en la basura», explica Vila. Y toda la economía circular que sus clientes ya practican, ella los incorpora como parte de su imagen corporativa.
La carta del restaurante L’Encant, en Granollers, hecha en papel piedra –elaborado a base de escombros y conglomerado–, o la tinta biodegradable de las letras de los paquetes de café –omnidegradables, se degradan solo entrar en contacto con una bacteria– de la cafetería SlowMov, hecha con el marro del propio café que sirve a los clientes in situ, son algunos ejemplos de los trabajos de diseño sostenible de Núria Vila. Residuos que sirven para vestir la propia imagen, tintas vegetales y materias primas orgánicas figuran en la tabla de experimentación y aplicación de la diseñadora.
Ética y ahorro
En el 80% de los materiales que emplea aplica los criterios más sostenibles, minimizando el impacto ambiental. «Estudio de dónde vienen los materiales y cómo serán transportados. Cuanto menos peso y menos volumen tenga, más sostenible será. Aplico el sentido común», argumenta.
Sus primeros clientes llegaron de su entorno más próximo, como el Consorci del Parc de l’Espai d’Interès Natural de Gallecs pero la creciente conciencia de las empresas sobre su margen de intervención en la reducción o aumento del impacto medioambienal directo o indirecto de sus negocios han contribuido al impulso creativamente ético de Vila. Su firma facturó el pasado año 50.000 euros y cuenta ya con una persona contratada a media jornada.
Núria Vila
Diseñadora gráfica con materiales sostenibles
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