Recaudación con entrada y salida
Agustí Sala
Redactor jefe de Economía
Además de El Periódico, trabajé de 1989 a 1990 en La Economía 16, como responsable de Economía en el Diari de Barcelona, de 1989 a 1990; en la sección de Economía de TVE Catalunya de 1987 a 1989, en Antena 3 de Radio, de 1985 a 1987 y en el Diari Menorca, de 1983 a 1985 y Radio 80-Menorca. Además la licenciatura en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona (1992-1986), tengo un posgrado en dirección general (PDG) 2011-2012y un curso de Márketing Digital y Redes Sociales por la EAE Business School
AGUSTÍ SALA / BARCELONA
Los expertos consideran que disposiciones como anticipar pagos del impuesto de sociedades "alteraron la base de los pagos fraccionados de forma artificial" en los ejercicios en los que estuvo en vigor (2014 y 2015).
En esencia el objetivo era llenar las arcas públicas durante el ejercicio, pero a riesgo de que fuera solo una patada hacia delante. En resumen: por una puerta entran recursos y por la otra salen una vez se liquida el impuesto.
Y ha resultado así como se ha visto con la caída de la recaudación a principios del presente ejercicio. El hecho es que como estos pagos se calculan con respecto al resultado contable, en muchos casos al liquidarse el impuesto al año siguiente, las empresas tienen derecho a devolución.
¿Por qué? Porque el resultado contable, fruto de la diferencia entre los ingresos y los gastos de la actividad de cada compañía, cuenta con muchas posibilidades de deducción y ventajas tributarias en el impuesto de sociedades que rebajan mucho la suma (cuota) que hay que pagar al final.
COMO EL IRPF
Es por ello que muchas empresas pueden haber pagado por adelantado una suma muy superior a la que resulta de la liquidación final. Algo parecido sucede con el impuesto de la renta (IRPF), aunque las personas físicas tienen muchas menos posibilidades de reducir su carga tributaria final que las personas jurídicas o sociedades.
La única forma de que este sistema no sea más que una simulación o pasar la pelota de un ejercicio a otro es mantenerlo en el tiempo, como ha decidido el Gobierno en funciones hasta que el déficit público se sitúe en el 3% del producto interior bruto (PIB). Otra vía sería una reforma que acercara el resultado contable a la base sujeta a gravamen, lo cual es complicado sin que exista un gobierno constituido.
En todo caso, si no es así, el año en el que deja de aplicarse la fórmula de pagos fraccionados sobre el resultado contable se notan unos efectos como los de las primeras declaraciones trimestrales en el 2016.
En lo que va de año esta fórmula de pagos anticipados ya ha desaparecido y esa es la causa principal del hundimiento de la recaudación del impuesto, que ha caído el 32% en los ocho primeros meses del año (la caída llegó al 85% en julio). Y de ahí que el Gobierno en funciones haya decidido recuperar el sistema con un tipo aún más elevado.
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