Los cambios en un servicio esencial
La cuota fija de la luz sube hasta el 70% en un año
Una auténtica subida. La cuota fija del recibo de la luz, que se paga se utilice o no la electricidad, ha registrado una subida de alrededor del 70% en el último año. Esta acumulación de incrementos que comenzó en agosto pasado incluye el que el Ministerio de Industria incorporó el fin de semana pasado en la orden que establecía las tarifas reguladas de la luz durante el primer trimestre de este ejercicio.
Aunque esta recomposición de la factura se ha compatibilizado con un recorte del precio del kilovatio consumido (la parte variable), este no compensa siempre el aumento de la parte fija. Esta pasará a suponer ya casi una cuarta parte de lo que se paga en un recibo medio, mientras que un año atrás significaba en torno al 15%, según se desprende del informe emitido por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre las nuevas tarifas reguladas.
Un ejemplo concreto facilita la comprensión. El término fijo de potencia de la factura de una familia de cuatro miembros con 6,6 kilovatios contratados (kW) ascendía un año atrás a unos 26 euros -la suma de dos recibos, ya que hasta junio se facturaba cada mes-. El mismo concepto se elevó en la última factura hasta 36,75 euros y, en la próxima, superará los 41 euros, tras el último incremento.
«Ahora es importantísimo adecuar la potencia contratada al uso», afirma José María García Casanovas, portavoz de energía del Col·legi d'Enginyers Industrials de Catalunya. En opinión de este experto, «el punto de corte se sitúa entre las tres o cuatro horas de uso de la potencia contratada. Si no se alcanza ese nivel, hay potencia ociosa y se paga más. Si se supera, la factura puede resultar más barata.
Otro ejemplo concreto para facilitar la comprensión: Si se tienen 6,6 kilovatios contratados y se emplean más de 24 kW al día, en términos generales, la factura no sube. Si se sitúa por debajo, la tarifa será más cara.
Según la CNMC, el impacto de la medida es desigual. De hecho, para los usuarios más comunes, los de la tarifa 2.0A, que son más de 22 millones, el precio medio puede subir hasta el 20% si tienen «una baja utilización de la potencia». En cambio, si son intensivos en su uso pueden registrar rebajas de hasta el 15%.
Facua-Consumidores en Acción asegura que la subida del término de potencia en febrero es del 17,9%, mientras que el precio del kW consumido baja el 6,9%. Según los análisis de esta organización, la factura se ha encarecido un 35,1% en los últimos cinco años para el usuario medio. Con las tarifas fijadas en el primer semestre del 2009, el recibo representaba 57,29 euros mensuales (impuestos indirectos incluidos) y hoy asciende a 77,38 euros. En 10 años, la subida ha sido del 75,4%; con los tarifas vigentes durante todo el 2004, el usuario medio abonaba 44,11 euros.
Según el representante del
Col·legi d'Enginyers Industrials, el Ministerio de Industria tiene razón al afirmar que las tarifas reguladas suben menos para los usuarios domésticos. De hecho, el incremento medio para las familias se sitúa entre el 1% y el 2%, mientras que para las empresas está entre el 2% y el 2,5%. Los primeros suponen en torno a la cuarta parte de la facturación, mientras que los segundos son el 75%.
Fuentes del sector afirman que el cambio en el peso de la parte fija del recibo «tiene un impacto neutro en los ingresos totales, ya que para algunos usuarios supondrá una subida del recibo mientras que para otros será una bajada». Lo cierto, agregan, es que la tendencia será a que la parte fija del recibo crezca más. Lo recomendó el regulador. De hecho, con los peajes de acceso, que incluyen desde la retribución a la distribución o el transporte hasta las primas a las energías renovables, se cubren coste fijos. «Si hay costes fijos lo lógico es que haya ingresos fijos para financiarlos», destacan. En cualquier caso, campañas como
www.bajatelapotencia.org, avalada por organizaciones ecologistas y de consumidores, adquieren mayor relevancia tras la última subida de la parte fija del recibo.
El secretario de organización del PSOE, Óscar López, consideró ayer que estas medidas son «un hecho muy grave» e «injusto» que no hace sino incrementar la pobreza energética que está creciendo en el país como consecuencia de la crisis.
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