Operación salida

El zambombazo que dio ayer la prima de riesgo pilló al Gobierno de vacaciones y a José Luis Rodríguez Zapatero con un pie en el Parque Nacional de Doñana. El jefe del Ejecutivo retrasó -solo por unas horas- su viaje a Andalucía para seguir la evolución de este indicador económico y la del interés del bono español a 10 años, que llegó al 6,4%. Es una cifra peligrosa porque Portugal, Grecia e Irlanda tuvieron que ser rescatados cuando alcanzaron el 7% debido a la dificultad para poder financiarse.

Pese a estas circunstancias, el Ejecutivo decidió asumir un perfil bajo y -a diferencia de lo que hizo el Gobierno de Italia, que también sufrió el alza de la prima de riesgo- no convocó ninguna reunión de urgencia con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, o con los principales representantes de las organizaciones económicas de España.

Según fuentes gubernamentales, Zapatero partió hacia Doñana a última hora de la tarde aunque no descarta volver esta semana a Madrid para mantener reuniones de trabajo. El presidente tenía previsto reincorporarse a su tarea en la Moncloa sobre el 17 de agosto, puesto que el 19 se celebrará el primer Consejo de Ministros tras las vacaciones.

Las medidas del Eurogrupo

Durante todo el día de ayer, según informó el Gobierno en un comunicado, el jefe del Ejecutivo mantuvo «una intensa agenda de conversaciones con numerosos dirigentes políticos nacionales e internacionales». Entre los extranjeros, solo se supo de la conversación con José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, al que Zapatero pidió que agilice las medidas acordadas en el Eurogrupo del día 21 para evitar las turbulencias financieras.

El Ejecutivo español considera básico que los diferentes países de la zona euro «den respuestas conjuntas y unitarias», un punto de vista que también comparten «los expertos» de los gobiernos de Alemania, Francia e Italia, según apuntó la Moncloa en la nota. El equipo de Salgado -cuyo paradero ayer se desconocía- estuvo en contacto con los equipos económicos de esos tres países y también con Zapatero.

A juicio de las autoridades españolas, la zozobra actual se debe a que, a la crisis de la zona euro, se ha sumado la crítica situación de la economía estadounidense y sus pésimas previsiones de crecimiento

Fuentes gubernamentales descartaron que la escalada de la prima de riesgo tenga algo que ver con la incertidumbre que ha podido generar el anuncio del adelanto electoral. «El Gobierno está absolutamente operativo hasta el 20 de noviembre», aseguraron esas fuentes, que añadieron que Bruselas ha subrayado que España no necesita aprobar nuevas reformas.

En su ronda de llamadas, Zapatero contactó con el líder del PP, Mariano Rajoy; el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba; con portavoces parlamentarios y otros dirigentes políticos, a los que expresó su «preocupación» por la situación de la economía mundial.

Esteban González Pons, portavoz del PP, aseguró que, en estas circunstancias, su partido «se pone de parte del Gobierno», aunque su aparente buen tono desapareció al momento. «Los 400 puntos significan miles y miles de puestos de trabajo que se van a perder», afirmó. Otros dirigentes conservadores se quejaron de que el 20-N es demasiado tarde para celebrar las generales y Antonio Basagoiti, líder del partido en el País Vasco, dio un paso más y pidió que Zapatero se plantee adelantarlas aún más.