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Marypaz se asoma otra vez al abismo: la firma nacida en Sevilla y que marcó a una generación lucha contra su cierre

La esperanza está puesta ahora en la posible compra de 16 de sus 51 tiendas por parte de un inversor interesado, la mitad de ellas en Andalucía, a las que se podrían sumar otras seis, a la espera de la decisión del juez concursal

Marypaz

Marypaz / REDACCIÓN

Clara Campos

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Decir Marypaz es remontarse a una época en la que las calles de Sevilla no había -como ahora- una amplia oferta de zapaterías asequibles. Era la firma que más triunfaba entre las jóvenes de los noventa, en unos años en los que tener varios pares de zapatos de distintos estilos y diseños en el armario no estaba al alcance de todo el mundo.

Marypaz acercó la variedad de calzado a precios low cost a una generación de sevillanos y sevillanas, un modelo que desplegó con éxito más allá de la capital hispalense. Primero en Andalucía y luego por todo el territorio nacional fueron floreciendo tiendas de esta firma y creciendo el número de empleados. También contó con establecimientos en otros países como Portugal, Francia, República Dominicana o Arabia Saudí.

Desde hace ocho años, rozando el medio siglo de historia, los vaivenes han marcado el devenir de la empresa que abriera el empresario sevillano Ángel Aguaded en 1972 -la primera tienda que abrió este expolicía fue en Marqués de Pickman, en el barrio de Ciudad Jardín- y que actualmente solo opera en el mercado nacional. La firma lleva el nombre de la primera hija del matrimonio entre Ángel Aguaded y Encarnación Santos de la Torre, Marypaz, que falleció de manera repentina un año después de su inauguración.

En 1987, llegó la segunda generación familiar, cuando Juan Aguaded ocupó la presidencia y su hermano Carlos se convirtió en consejero delegado. La hija de Juan Aguaded y su mujer Silvia Ortiz de la Tabla, Silvia Aguaded, fue considerada años más tarde como la heredera de la firma y saltó al papel couché como empresaria, modelo, actriz, influencer y hasta novia de un nieto del dictador Franco. Los Aguaded se han mantenido vinculados a la firma hasta los últimos tiempos.

Ocho años de incertidumbre

El temor es que siga la estela de otra firma de Sevilla que acabó echando el cierre en 2016, Pilar Burgos, que llegó a tener 15 tiendas en España, además de ocho en México y una en Portugal. La persiana se cerró definitivamente en los cuatro establecimientos que permanecían abiertos en Sevilla por la jubilación de la empresaria que daba nombre a la firma.

Un año, 2016, que tampoco fue para el recuerdo para Marypaz. En abril de ese año entró en preconcurso de acreedores, en un momento en el que tenía más de 1.200 trabajadores repartidos por las 400 tiendas de España. Desde hacía varios meses mostraba problemas de liquidez.

Esa situación se resolvió a finales de 2016, tras firmar un acuerdo con sus acreedores y la entrada del fondo Black Toro Capital (BTC) que le permitió afianzar y potenciar el desarrollo del negocio nacional e internacional. Pero las nubes negras volvieron a aparecer en 2019, cuando dicho fondo se acogió a un concurso de acreedores y entró en proceso de liquidación.

Fue el momento en el que entró en la firma Crocea Mors, que se hizo con Indushoes, matriz de Marypaz, cuando tenía 125 tiendas y a los 700 empleados, unas cifras muy alejadas del momento de esplendor de la empresa de calzado nacida en Sevilla. Estos números han vuelto, desde entonces, a descender de manera considerable.

Asomados al abismo por tercera vez

Ahora, los trabajadores se vuelven a encontrar frente al abismo. La situación económica y financiera de la empresa -con un agujero de más de 20 millones de deuda- ha hecho que la empresa vuelva a entrar en liquidación y que haya presentado un ERE para toda la plantilla, compuesta por 267 personas. Todo ello después de que la negociación con un posible inversor no fructificara y tuviese que solicitar un concurso de acreedores.

"La situación actual es bastante crítica", asegura José Antonio Frejo, el secretario de acción sindical de la Federación de Servicios de CCOO de Andalucía, que se sienta a su vez en la mesa de negociación y que afirma que la empresa alega que no ha podido levantar cabeza tras la pandemia y "por el genocidio de Gaza, que ha afectado al abastecimiento desde China".

En estos momentos, explica, se viven dos operaciones en paralelo que pueden afectar al futuro de la plantilla: por un lado, el concurso de acreedores y el ERE que se encuentra en estos momentos en fase de consultas y, por otro, una oferta que hay sobre la mesa del juez concursal -el asunto está en el Juzgado Mercantil de Sevilla- de una empresa interesada en comprar 16 tiendas -a las que se podrían sumar otras seis que están en estudio- de las 51 actuales en España -incluida la web-, lo que afectaría a unas 90 personas que se subrogarían, por lo que no serían despedidas.

Situación en Andalucía

122 es el número de afectados por el ERE de Marypaz en Andalucía en las 22 tiendas que posee en la comunidad, lo que supone el 43% del total de sus establecimientos. Dentro de las tiendas que la nueva empresa quiere comprar -a través de una oferta de parte de la unidad productiva- y, por tanto, salvarse, ocho son andaluzas, mientras que de las seis que están en estudiocuatro también están ubicadas en la comunidad.

"Esperamos que su señoría tome la decisión sobre este tema cuanto antes, para que así podamos saber en qué condiciones queda la plantilla", añade Frejo, que explica que el comité de empresa ha hecho también alegaciones a esa oferta por la afectación que tiene en la plantilla, "aunque es el juez el que tiene que decidir".

Propuesta del administrador concursal

Además, asegura que, por ahora, el administrador concursal ha ofrecido 20 días por año con un máximo de 12 meses. "Si entrara la inyección económica por parte de la empresa interesada, esperamos que el administrador tenga más sensibilidad respecto a la plantilla que se quedaría sin empleo", añade. La próxima reunión prevista es el 20 de agosto, el próximo martes, donde el comité de empresa verá a qué se enfrenta.

Entre los trabajadores afectados, una mayoría de personas jóvenes, pero también empleados que están vinculados a la firma desde hace "15 o 20 años". "Nosotros no vamos a mantener una actitud pasiva hasta principios de septiembre cuando se cumpla la fase de consultasvamos a poner toda la carne en el asador", concluye.