Matt Damon: "Brat Pitt y George Clooney son auténticas estrellas, yo no"

El actor firma el guion y actúa en 'Tierra pometida'. Asegura que quiere envejecer como Clint Eastwood y que Obama le ha decepcionado

NANDO SALVÁ / Berlín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Me alegro de queMatt Damon hay logrado convertirse en una auténtica estrella, porque eso es lo que siempre ha querido ser. Es alguien deseable para Hollywood y sabe venderse de maravilla". Si quien hace esas afirmaciones esGus Van Sant, que conoce muy bien a Matt Damon (Massachusetts, 1970) porque lo ha dirigido en tres películas, habrá que creérselas. Sin embargo no parecen hacer justicia al tipo que nos recibe en un hotel berlinés vestido con camisa y vaqueros azules, con un corte de pelo perfectamente normal y que muestra una actitud educada, relajada y aparentemente alérgica a la pretensión.

"¿Quiere saber el secreto para permanecer humilde? Encuentra cada día un artículo sobre ti en Internet y léete un par de los comentarios de los lectores", bromea el actor. Quizá Van Sant esté equivocado después de todo y Damon no presta atención al estrellato. O tal vez Van Sant tiene razón y lo que pasa es que Damon sabe venderse de maravilla. Por cierto, hoy promociona'Tierra prometida', película que ha protagonizado y coescrito junto a John Krasinski ('The office').

"Mire, algunos actores son estrellas. Es imposible apartar la mirada de ellos cuando salen en la pantalla.Brad Pitt yGeorge Clooney son auténticas estrellas, yo no", asume el actor sin que en estas palabras asome señal alguna de lamento. “La gente me dice a menudo: `Mi hermano se parece a ti', porque soy un tipo normal", explica. No es extraño, pues, que algunos de sus mejores papeles -un suplantador de identidades en 'El talento de Mr. Ripley' (1999), un mentiroso compulsivo en '¡El soplón!' (2009), el espía amnésico Jason Bourne hayan jugado con su aspecto para frustrar las expectativas del público: cuando alguien con pinta de niño bueno resulta no ser tan bueno, la cosa promete. "En cuanto la gente empezó a colgarme esa etiqueta, mi carrera se puso más interesante. Porque me encanta poner esa imagen patas arriba".

El camino difícil

El camino difícilDamon no ha seguido el camino fácil. En lugar de aprovechar el éxito de la saga Bourne para encasillarse haciendo películas de acción a cambio de grandes sumas de dinero, lo ha usado para comprar la libertad necesaria para hacer papeles secundarios en películas menos comerciales y peor pagadas. "Ya sabe. No hay papeles pequeños, solo actores pequeños", suelta, e inmediatamente pide disculpas entre risas por el pomposo comentario.

Interpretó, por ejemplo, a un analista financiero en 'Syriana' (2005), drama sobre los trapos sucios de la industria del petróleo. E hizo de narrador de 'Inside job' (2010), el oscarizado documental sobre el origen de la actual crisis financiera. Para rodar '¡El soplón!' junto a Steven Soderbergh se puso encima 15 kilos, un estúpido bigote y una peluca casi tan imposible como la que, de nuevo a las órdenes de Soderbergh, luce en el biopic 'Behind the Candelabra', en el que da vida al amante secreto del pianista Liberace, papel que interpreta Michael Douglas, y que se presenta en el Festival de Cannes.

Perder atractivo físico no le preocupa. "Puede que esto que voy a decir suene ridículo, pero estoy ansioso por tener más años y un rostro lleno de arrugas como el de Clint Eastwood o Tommy Lee Jones. Esos tipos no necesitan más que arquear una ceja para ser expresivos. Por fortuna, últimamente las arrugas aparecen constantemente", suspira.

Con el tiempo, el actor ha ido dejando cada vez más clara su voluntad de participar en proyectos que tocan temas políticos y sociales espinosos, y de ello es buena muestra 'Tierra prometida'. En ella, Damon se enfrenta a una de las instituciones americanas más poderosas: la industria del gas y el petróleo.

Dirigida por Van Sant, es la historia de un representante de ese lobi enviado a una comunidad rural económicamente depauperada para persuadir a sus habitantes, talonario en mano, de que permitan en sus tierras el 'fracking', la técnica de fracturación hidráulica para la extracción subterránea de gas. Lo que en principio parece un trabajo fácil se irá complicando por las objeciones de la gente del pueblo y, en última instancia, por su propia crisis de conciencia. El 'fracking' ha revolucionado la industria energética pero entraña riesgos como la contaminación de los acuíferos. “De todas formas la película no habla tanto del impacto medioambiental como de la democracia y del derecho de una comunidad a decidir sobre sus tierras”.

Aprender de los grandes

Aprender de los grandes'Tierra prometida' iba a ser el debut como director de Damon, pero problemas de agenda le impidieron ponerse tras la cámara. “Ser director exige una dedicación exclusiva. Hay demasiadas decisiones que tomar a lo largo de un periodo de tiempo demasiado largo, y si no estás concentrado en tu trabajo al cien por cien, sin duda vas a fracasar", se justifica. Entonces, ¿por qué molestarse en dar el paso? "Cuanto más tiempo pasas siendo actor, más comprendes que, al final, el cine pertenece a los directores". Quizá por eso, a lo largo de dos décadas y más de 40 películas, Damon se ha encargado de arrimarse y, probablemente aprender de casi todos los grandes cineastas americanos vivos: Spielberg, Soderbergh, Eastwood, Redford, Scorsese, los Coen, De Niro y Van Sant. Y con varios ha repetido.

Y a pesar de tan imponente carrera, él goza de una tranquilidad que no pueden permitirse sus amigos Pitt y Clooney. "La idea que se tiene de mí es que soy un aburrido hombre casado, y eso es fantástico, porque me dejan en paz para que trabaje, tenga una verdadera vida privada y sea esposo y padre", explica.

Damon parece haber encontrado cierta comodidad haciendo lo que la mayoría de nosotros queremos creer que haríamos en caso de ser famosos: usar esa posición para ayudar. "Cuando tenía 15 o 16 años, solíamos viajar en plan mochilero con mi madre y mi hermano por lugares como México y Guatemala. Recuerdo ir en autobuses llenos de pollos. Siendo de Boston, nunca había visto la pobreza tan de cerca". Desde entonces, recuerda, se propuso usar parte del poder que lograra en el futuro para tratar de corregir lo que no funciona.

De ese propósito nació Water.org, una oenegé de la que es cofundador y cuyo objetivo es proveer al Tercer Mundo de medios para obtener agua limpia. "Cada año mueren tres millones y medio de personas a causa de enfermedades relacionadas con el agua, y eso resulta especialmente atroz considerando que actualmente sabemos cómo potabilizar el agua y hacerla llegar a la gente".

Damon sabe que el tipo de campañas humanitarias que funcionaban en el pasado ¿con fotos de niños hambrientos con la barriga hinchada, por ejemplo, ya no impactan. “La gente está más dispuesta a ser instruida sobre los peligros de las minas antipersona si se lo cuenta Angelina Jolie que si lo hace un sudanés con una sola pierna".

Defraudado con Obama

Defraudado con Obama

Damon se ha posicionado públicamente a nivel político. Hace un par de años copó titulares cuando criticó duramente el primer mandato de Obama, a pesar de ser demócrata y de haber apoyado al presidente en las elecciones de 2008. "A largo plazo, para el país habría sido mejor [que Obama] un presidente de un solo mandato que de verdad tuviera pelotas para hacer algo", dijo entonces. Y no ha cambiado. "No creo haber dicho nada que la gente no pensara".

A pesar de que volvió a votar a Obama el pasado noviembre, asegura tener muy poca fe en los representantes políticos, y muy pocas esperanzas de que 'Tierra prometida' tenga algún impacto en Washington. "Los políticos no obtienen beneficio alguno ocupándose de problemas a largo plazo, así que solo se preocupan por asuntos que puedan resolverse a corto plazo y así les aseguren la reelección. El problema es que son los otros asuntos, los que requieren mucho tiempo, los que van a determinar nuestro futuro" Y dado que con los políticos no puede contarse, opina, es la sociedad quien deberá plantar cara a esos asuntos, en primer lugar concienciando a las nuevas generaciones. "“Como padre, creo que la cuestión es hacer entender a mis hijas que el tipo de vida que llevan no tiene nada que ver con el que llevan la mayoría de los niños del mundo, y que deben usar ese privilegio de forma constructiva”.

Feliz padre de familia

Feliz padre de familia

En 2003, Damon se encontraba en Miami rodando la comedia 'Pegado a ti', en la que él y Greg Kinnear interpretaban a gemelos siameses. Allí conoció a Luciana Bozan, una camarera argentina y madre de Alexia, una niña de 6 años. Y el actor, en el pasado vinculado sentimentalmente a actrices como Minnie Driver, Claire Danes y Winona Ryder, dejó de buscar. Se casaron en 2005 y, desde entonces, han tenido tres hijas más: Isabella, Gia y Stella. Viven en Nueva York, y no en Los Ángeles junto al resto de la comunidad de actores. "Allí las niñas pueden pasear por las calles y les basta echar un vistazo a su alrededor para ver que el mundo esta compuesto de gente muy distinta de razas y contextos socioeconómicos muy diversos. En el futuro, tengo previsto llevarlas conmigo en alguno de los viajes que hago a países en vías de desarrollo".

Al final se trata simplemente de respetar las propias convicciones. Como el personaje que interpretó en 'Green zone' (2010), que busca sin descanso la verdad sobre las armas de destrucción masiva; o el que encarnó en 'Destino oculto' (2011), un senador idealista; o incluso Jason Bourne, la máquina de matar que lucha contra una conspiración gubernamental, la imagen que proyecta Damon está esculpida a golpe de sentido del deber, moral incorruptible y férreos principios.

Se mire como se mire es una estrella, sí, pero una estrella rara. ¿Qué otro actor habría renunciado a interpretar una cuarta entrega de la saga Bourne -y a un sueldo de 20 millones de dólares- porque temió que no tendría la calidad suficiente? Al final, recordemos, 'El legado de Bourne'(2012) fue protagonizada por Jeremy Renner, y no tuvo la calidad suficiente."Si juzgas tu éxito según el dinero que consiguen tus películas, cuando no lo proporcionen te vas a sentir un fracasado. Clint Eastwood me dijo algo una vez y desde entonces me he apropiado de ello: 'Hago cine para mí mismo. Soy como un guía turístico y el público viaja a bordo de mi autobús. Son libres de bajar de él cuando quieran, y aunque lo hagan volveré a invitarles en el próximo viaje. Pero el autobús es mío, y de nadie más”.