Asturias

Oviedo, una capital deliciosa

Llega el verano y la ciudad, designada como Capital Española de la Gastronomía 2024, se perfila como un destino ideal para una escapada perfecta, aunando la gastronomía asturiana y su rico patrimonio cultural

Oviedo rural paisaje

Oviedo rural paisaje

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Hace 140 años, Leopoldo Alas Clarín publicaba La Regenta, una novela en la que retrataba Oviedo como Vetusta y su sociedad decimonónica. Poco han cambiado la belleza de sus calles y sus rincones más coquetos, pero la capital asturiana cada vez brilla más como destino emergente. Ciudad llena de atractivos, entre ellos un clima agradable que en verano conquista a los amigos de las temperaturas templadas y las noches con chaqueta.

La pasión por el buen comer de los asturianos y la suerte de tener a mano producto de calidad, son dos de los secretos de una oferta culinaria excelente, que late por todos los rincones de Oviedo. Y que está alcance de todos gracias a la maestría de unos hosteleros volcados en la celebración de Oviedo Capital Española de la Gastronomía 2024.

Carbayones.

Carbayones. / cedida

Carbayones

Por este gentilicio no oficial se conoce a los ovetenses y es un título que todos los restaurantes y productores lucen con el orgullo habitual que define el carácter de los hospitalarios asturianos. Siempre encantados de recibir a visitantes amigos de exprimir lo mejor de una tierra alegre y dulce como los carbayones, sus pasteles más representativos, cuyos creadores, los confiteros de Camilo de Blas, llevan elaborando cien años. Y que comparten fama y popularidad con las ya internacionales moscovitas de Rialto, dos auténticos templos para los llambiones (golosos en asturiano). 

El respeto por la tradición late con fuerza en la agenda cultural de una ciudad que también presume por ser el Origen del Camino de Santiago. Para entender este capítulo de la historia de la vieja Ovetao (nombre medieval) debemos viajar al siglo IX y al reinado de Alfonso II el Casto, quien caminó desde su palacio hasta Santiago para comprobar con sus propios ojos que los restos hallados en un apartado rincón del Galicia eran los del Apóstol Santiago. Una ruta conocida hoy como el Camino Primitivo. 

El primer peregrino

Es también sabido por todos que a los asturianos les gusta la fiesta. Y es justo en verano cuando celebran una especial para rememorar este hecho histórico, convirtiéndose en una de las citas más importantes de la temporada estival: El Primer Peregrino, que este año alcanza su cuarta edición. Cuatro días (11 al 14 de julio) en los que Oviedo viaja a la Edad Media y sus calles se llenan de recreaciones históricas, música tradicional de gaitas y tambores, talleres, juegos, visitas guiadas... y que gira en torno a una potente representación teatral, en la el actor Ramón Langa se pone en la piel del Casto y escenifica el azaroso viaje del rey asturiano hasta Compostela. Y que culmina con la Despedida del Rey, acompañado de su comitiva real.

La celebración del Primer Peregrino también tiene su propia propuesta gastronómica, durante esa semana, los restaurantes de Oviedo ofrecen en sus menús los Tortos del Camino. Receta tradicional elaborada con harina de maíz frita y cubierta de picadillo o huevos y que se ha recuperado para conquistar los mejores manteles.

Cachopo y sidra Oviedo

Cachopo y sidra, Oviedo. / cedida

Fabada y sidra

Si el buen comer es la motivación principal del viaje, hay que seguir ruta y degustar otras especialidades imprescindibles en una escapada gastronómica a Oviedo. Fabada o pote asturiano, cachopos, fritos de pixín (rape), callos o, como no, la variadísima oferta de quesos asturianos (cinco de ellos denominación de origen protegida).

Y como no ¡sidra! La bebida asturiana por excelencia y alrededor de la cual hay una cultura ancestral que brilla como candidata a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Que nadie se vaya sin tomarse unos cuantos culines en la calle Gascona, también llamada el bulevar de la sidra, donde se podrán degustar las mejores propuestas con DOP de los llagares (bodegas donde se elabora la sidra) escanciada manualmente y a demanda. Eso sí, ¡ojo que sube!

Vistas desde el interior de los arcos del antiguo palacio de Santa María del Naranco, de estilo prerrománico.

Vistas desde el interior de los arcos del antiguo palacio de Santa María del Naranco, de estilo prerrománico. / cedida

Prerrománico del Naranco

Para bajar las más que abundantes raciones, nada mejor que un paseo por el monte Naranco que preside la ciudad, donde además se pueden visitar los monumentos más representativos del prerrománico: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, también protegidos por la Unesco. O relajarse jugando al golf en el campo municipal de 18 hoyos de Las Caldas, donde también se encuentra un balneario con aguas termales. 

Y si alguien se siente en plena forma puede probar a subir los 184 escalones que llevan a lo alto de la única torre de la catedral del Salvador y hacerse la foto más instagrameable de la ciudad posando en los esculturales ventanales con vistas a los montes cercanos. Una foto perfecta para un “hasta pronto”, porque Oviedo conquista y una vez que la descubres, vuelves, eso seguro.