Perspectiva diferente

Ibiza por mar, tierra y aire

La isla más famosa del Mediterráneo puede explorarse de otra manera, ya sea con moto de agua o globo aerostático, para huir de la masificación y encontrar nuevas vistas

Atardecer en Punta Galera, en Sant Antoni de Portmany

Atardecer en Punta Galera, en Sant Antoni de Portmany / Unsplash

Alba Sánchez

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Si proponemos, en este artículo, redescubrir parte de los 571'6 kilómetros cuadrados de una isla como Ibiza, puede hacer levantar las cejas a más de un escéptico. Sin embargo, quizá la propuesta parece más plausible si lo que cambiamos es la perspectiva: una exploración por agua, tierra y aire, en este orden, dejando el cuarto elemento, el fuego, a la elección del lector. 

Para mirar Ibiza desde un prisma diferente al de la isla de la fiesta y el lujo, empezaremos por navegar sus turquesas aguas orientales. El imán que atrajo a los primeros 31.000 turistas en los años 60. 

Yatch Watersports Ibiza, en el puerto de Santa Eulària des Riu, ofrece todo tipo de experiencias acuáticas (‘foils’, ‘scubajet’, ‘seabob’, ‘schiller’, bicicletas de agua, ‘flyboard’...). La que mejor se adapta a todos los niveles de intrepidez (y que no requiere carné) es la de alquilar un ‘jet ski’ para el tour de los delfines. Son dos horas maravillosas, acompañadas de un monitor, que permiten ver el perfil de la isla desde el agua. Quizá hasta que no se hace esto, uno no es consciente del vergel de la isla ni, quizá, de la galaxia de islotes que tiene, como En Caragoler, Illa Rodona, Illa de Santa Eulàlia, Sa Galera, Illa des Canar...

La joya de la corona del tour es llegar a Tagomago, una isla con forma de ballena, apacible y solitaria, por tratarse de una concesión privada. El chapuzón ahí es especialmente recomendable por sus aguas limpias, turquesas y sin rastro de medusas.

En el viaje de vuelta, no faltan las curiosidades explicadas por los monitores como que, en una cala, hay un restaurante, antigua morada de pescadores, donde solo sirven un plato y tiene una lista de espera tan larga que negaron el turno al Rey de España cuando pidió colarse. Quién sabe.

Nuevo concepto hotelero

Para reponer fuerzas, el Hotel Aguas de Ibiza recrea su propio paraíso en el paraíso. Se trata de un concepto nuevo del sector hotelero: 145 habitaciones de lujo, con diseño mediterráneo, un increíble SPA para dedicarle no menos de dos horas, con tecnología puntera y sostenible. Todo ello coronado por el restaurante peruano Maymanta, capitaneado por Omar Malpartida, discípulo de Quique Da Costa y chef jovencísimo que, en este caso, huye de las fusiones para centrarse en la comida tradicional de su tierra.

Vista desde la piscina del hotel Aguas de Ibiza.

Vista desde la piscina del hotel Aguas de Ibiza. / AI

Y ya que hablamos de tierra, vamos a cruzar esta para probar las raíce sde su gastronomía. Cambiamos el este por el oeste y llegamos, por carretera, hasta una de las casas más emblemáticas de la isla: Villa Mercedes, frente al pantalán del puerto de Sant Antoni. Se construyó en 1901 y cuenta la leyenda que su propietaria se enamoró de un marinero. Hoy sirve platos mediterráneos con alguna sorpresa: como una empanada de carne con caviar o un original gazpacho de sandía con tomate y salsa pesto. Los platos fuertes son la carne y el pescado. Suelen pasar por los fogones de un josper que le da un aroma irresistible al local.

El último paseo que os proponemos es subir a las nubes de Ibiza. Ibiza en Globo sale desde el centro de la isla, en San Rafael y permite ascender durante 3 horas, con copa de cava incluida, para comprobar, que la isla con más fama de fiestera, es también un remanso de paz.