Tenis

Sabalenka y Pegula se citan en la final del Abierto de EEUU

La bielorrusa, doble campeona en Australia y finalista en Nueva York el año pasado, se impone a Emma Navarro 6-3 y 7-6 (7-2)

La estadounidense remonta con garra frente a Karolina Muchova (1-6, 6-4 y 6-2) y alcanza su primera final de un grande

Pegula y Sabalenka se citan en la final.

Pegula y Sabalenka se citan en la final. / EFE

Idoya Noain

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Soñaban los organizadores del Abierto de Estados Unidos y los fans locales con una final femenina en Nueva York entre Emma Navarro, el último fenómeno del tenis femenino estadounidense, y Jessica Pegula, la veterana que a día de hoy es la jugadora nacional mejor calificada, virtualmente cuarta en la WTA. Aryna Sabalenka tenía otros planes y serán la bielorrusa y Pegula quienes este sábado luchen por el trofeo del último grande del año (y los 3,6 millones de dólares para la campeona) en la pista Arthur Ashe .

Sabalenka, actual número 2 del mundo y campeona en las dos últimas ediciones de Australia, era la que se encargaba de frenar la estrella de Navarro, que se ha disparado vertiginosamente. Lo hacía con un 6-3 y 7-6 (7-2), marcador final de un partido en el que volvió a desplegar la potencia y precisión que ha hecho sus señales de marca. Y eran el pasaporte perfecto para poner a la tenista de 26 años de vuelta en una final en la que ya estuvo el año pasado, cuando el título se le escapó ante Coco Gauff.

Sabalenka arriesga. Sabalenka gana. Tiene una derecha que en las primeras rondas de este Abierto estadounidense superaba en velocidad media (129 kilómetros por hora) la de Carlos Alcaraz, Jannik Sinner y Novak Djokovic. Pero en su partido ante Navarro también recordaba que es capaz de dejadas delicadas, de restos ganadores, de jugar no solo con la fuerza de su saque sino en la red. Y acumula experiencia: nueve semifinales en grandes ya.

Fue todo demasiado para una Navarro debutante en estas lides, y eso que la tenista de 23 años volvió a exhibir el tenis que le ha colocado ya entre las 10 mejores del mundo y a velocidad vertiginosa, porque hace solo dos años que entró en el circuito profesional. Es consistente, se mueve como los ángeles para cubrir toda la pista, es capaz de crear tiros y rezuma elegancia y siempre mantiene la cabeza fría y la compostura, sin abrir ninguna puerta a sus emociones. 

Cuando en el segundo set Sabalenka servía con 5-4 para llevarse el partido, Navarro fue capaz de romper. Cuando llegó el tie-break logró adelantarse con los dos primeros puntos. Fue, no obstante, insuficiente. Sabalenka, la final de nuevo al alcance, pisó el acelerador. Sin dar opciones se llevó los siete siguientes puntos, el set y el partido.Y en su cabeza estaba la idea que se repite cuando viene a Nueva York: “Venga, quizá esta vez, siempre pienso que un día seré capaz de tener en las manos ese bello trofeo”.

Pegula, al fin

Para alzarlo tendrá que confirmar su condición de favorita ante Pegula, que a los 30 años ha alcanzado por fin una final de Grand Slam tras lograr una remontada magnífica y, en sus palabras, “de locura”, ante Karolina Muchova en su semifinal. En la primera manga el vrituosismo de la checa, que descendió hasta el número 52 del mundo tras pasar 10 meses lejos de las pistas por una lesión de muñeca pero ha recobrado el tenis que el año pasado le llevó a la final de Roland Garros, fue arrollador.

Ante su juego versatil y creativo Pegula se mostraba plana, incapaz. "Me hizo parecer una principiante", explicaría luego sobre ese 1-6, "Casi me pongo a llorar porque era vergonzoso. Me estaba destrozando".

Tampoco empezó mucho mejor el segundo set y Muchova a punto estuvo de adelantar otra vez hasta el 3-0. Pero desaprovechó una oportunidad y Pegula ahí se transformó y emprendió el camino que le llevó hasta el 1-6, 6-4 y 6-2, la combinación que le abre las puertas a un "sueño" que ha acariciado desde pequeña.

Pegula, que nació en el estado de Nueva York, disputa la final en casa. Sabe que contará con el apoyo mayoritario del público, el mismo que el año pasado fue capaz descentrar a Sabalenka ante Gauff, meterse en su cabeza y perderse. Pero Pegula, que en sus cuartos se había deshecho de la número 1 del mundo, Iga Swiantek, sabe también que se mide a una rival fenomenal, Sabalenka, que le ha ganado en cinco de sus siete encuentros previos, la última vez hace solo unas semanas en dos sets en la final en Cincinnati.

“Espero venganza”, decía con una sonrisa sobre la pista la veterana neoyorquina, armada de confianza

Su clasificación para la final asegura que tanto en el cuadro femenino como en el masculino habrá un estadounidense compitiendo por el título, pues este viernes se miden Frances Tiafoe y Taylor Fritz. Y se ratifica el momento de orgullo y esperanza para el tenis de EEUU. Desde Wimbledon en 2009 no había en la final de un grande un hombre y una mujer de EEUU. Y en Nueva York no sucedía desde 2002.