Tras su lesión en los JJOO

Carolina Marín rompe su silencio: "Me encantaría retirarme en el europeo de Huelva en 2026"

Carolina Marín

Carolina Marín / Instagram

EFE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Me gustaría retirarme en una pista de bádminton". Carolina Marín (Huelva, 1993) lo tiene claro y lanza un potente mensaje en sus primeras declaraciones tras su grave lesión de rodilla, que le obligó a retirarse en las semifinales de los Juegos Olímpicos ante la china He.

La onubense ha concedido varias entrevistas para dejar claro que ese mal trago no era el punto final a su carrera. "Me daría mucha pena retirarme por una lesión y no ser yo misma quien decida cómo retirarme", asegura. Y ya tiene un nuevo reto, el europeo de 2026, que precisamente se celebra en Huelva. "Me gustaría retirarme" en esa competición, asegura.

Pregunta: Carolina, todo el mundo tiene ganas de verte. Lágrimas, lesión, operación y refugio en Huelva estas semanas. ¿Cómo estás?.

Respuesta: Hacía casi 18 años, desde que llevo en Madrid, que no pasaba más de una semana en mi casa, en Huelva con mi familia y mi gente. Obviamente, yo lo he notado, porque lo he echado mucho de menos. Yo soy una persona muy familiar que cada vez que he tenido unos días libres, me he bajado a casa a estar con mi familia, cerca de mi abuela, de mis sobrinos y de mis primas y tíos, y, obviamente, de mi mamá. Pero, sobre todo, lo nota mi familia que he pasado de tres días a estar en Huelva casi tres semanas.

Ha sido todo abrumador para mí porque he tenido mucho cariño en uno de los peores momentos de mi carrera deportiva, tanto físicamente, obviamente por la rodilla, pero sobre todo mentalmente. Toda mi familia y algunos amigos me han arropado, me han dado todo el cariño que ellos me transmiten y sobre todo me han devuelto la sonrisa que yo pensaba que me iba va a costar un poquito más sacarla.

P: Te enseño dos fotografías. Nos ponemos en el contexto de los Juegos Olímpicos. Dos formas distintas de cómo se puede llorar de alegría y llorar de felicidad. La primera foto es con tu entrenador, Fernando Rivas en Río 2016 celebrando el oro y otra foto idéntica, simétrica, llorando ahora de ...tristeza en París. ¿Has visto esas dos fotos en paralelo?

R: Las había visto y quería agradeceros por ofrecer este tipo de imágenes porque es muy significativa la historia. Todavía me emociono porque al final son momentos de alegría y momentos que un deportista no quiere tener en la vida como es una lesión. Cuando estás a tan solo 11 puntos de una final olímpica pues imagínate si te da rabia, sobre todo cuando ves que el partido lo tenía encaminado y sabía que ese partido no lo perdía.

Por eso mismo hay muchas veces que una es un poco cabezona porque yo sabía desde el primer momento que me había roto, porque escuché el crujido e hice el mismo salto y la misma caída que en 2019 cuando me lesioné también esta pierna. Yo sabía que me había roto el cruzado seguro y los dos meniscos no se sabe hasta que me hice la resonancia, pero en el momento en el que me caigo al suelo, escucho ese crujido y obviamente no apoyo la pierna porque sabía que me había roto y miro a Fernando y le digo 'me he roto', porque lo tenía muy claro desde el primer momento.

Es de los días que dices este partido lo gano y en 2019 en esa misma caída, me pasó lo mismo. Lo quise volver a intentar porque ya llevaba set y medio ganado y es de esos partidos que te encuentras tan bien contigo misma, tan concentrada y también estás viendo a la rival que ves que no tiene nada que hacer contra ti porque no sabe buscar una salida y lo quise intentar, pero por pura cabezonería, pero sabía que me había roto, que la rodilla no tenía ninguna estabilidad.

A veces yo creo que una se quiere creer heroína, pero ahí te das cuenta de que muchas veces no eres una heroína, sino que eres una persona y tienes también tus fragilidades y lo que sí que tuve claro por cómo soy yo como persona es que no me quería ir en una silla de ruedas porque me quería ir por mi propio pie. También te digo una cosa, he vuelto a ver las imágenes, me he vuelto a ver yéndome del pabellón y ya en casa tranquilamente yo a mí misma me he dicho ¡madre mía¡ esa persona que va ahí está un poco loca porque estás en caliente y lo piensas de aquella manera, pero luego, en frío en casa tumbada en el sofá ya con la pierna operada dices ¡uff¡.

La ovación del pabellón es un momento que nunca lo olvidaré al igual que obviamente pues nunca olvidaré en mi vida el momento en el que gané el oro en Río de Janeiro donde había miles de españoles, miles de indios y toda la ovación también del público, la celebración, el disfrutarlo con todo el público, eso también fue increíble.

Pregunta: Lógicamente, vivimos al día, al minuto. ¿Qué futuro te planteas? ¿Dibujas escenarios en tu mente cuando te vas a dormir por las noches?.

Respuesta: Algo hay pero lo primero es que vivo el día a día. Sí que es cierto que cuando una está así parada tienes más tiempo para pensar contigo misma, para reflexionar. Hay algunas ideas que tengo y la principal es que yo como persona y como deportista y por cómo soy no quiero que una lesión me retire me daría mucha pena. Entonces, te tengo que ser muy sincera, yo cuando salí a pie de ese pabellón, me fui directamente al vestuario donde me estaba esperando mi equipo e incluso mi madre, que también la pudieron llevar allí. Yo me eché a llorar a las piernas de Fernando y mis palabras fueron "no puedo más", no puedo más porque ya superé dos lesiones en cinco años, he superado la pérdida de mi padre y ahora una tercera lesión.

Era en plan de qué más me puede pasar en cinco años porque he superado cada obstáculo que la vida me ha puesto por delante pero si es cierto que allí estás en un momento caliente y me daba mucha pena. Ahí veía la retirada, pero luego en casa cuando ya estás más a gusto contigo misma tienes más tiempo y lo ves todo en frío, te paras a pensar en otro tipo de cosas. Por cómo soy, me daría mucha pena retirarme, que no sea yo la que me retire, sino que sea una lesión. Eso me daría mucha pena.

Me quiero retirar una pista de bádminton, pero también es cierto que no me marco ningún tiempo. No quiero tener ninguna prisa, como por ejemplo, he tenido las dos anteriores de volverlo antes posible, no. A día de hoy, si te soy sincera, ni quiero ni pienso en bádminton. Lo quiero dejar un poquito de lado, quiero vivir el día a día, quiero dedicarle el tiempo que la pierna necesite y también sobre todo quiero vivir otro tipo de cosas que al final el deporte no me ha dejado vivir como por ejemplo bajar más veces a Huelva, estar más cerca de mi familia, hacer otro tipo de cosas que a mí también me haga feliz y recuperar esa alegría que yo siempre he tenido y obviamente pues cuando yo esté físicamente preparada y sobre todo de aquí, mentalmente, que para mí es lo más importante, es cuando vuelva a coger una raqueta. Más o menos tengo alguna idea, pero yo te digo que no pienso en tiempo, sino quiero ir viviendo el día a día.

Pregunta: También hablas de salud mental, tan en boga en estos días y tan importante, y el paso al frente que dan todos los deportistas y la sociedad, en general. ¿Trabajas con tu psicólogo en casa?

Respuesta: Yo tengo mi psicóloga personal, llevo trabajando con ella desde 2018 y estamos muy en contacto. De hecho, estas tres semanas anteriores que yo he estado en Huelva hemos estado hablando una vez a la semana. Ella también me ha querido dar mi tiempo. Es cierto que necesitaba mucho cariño y pasar tiempo con mi familia. Ellos han sido los que me han ido sacando poco a poco sonrisas de mi cara y sobre todo, buenos momentos de bienestar conmigo misma, porque al final ha sido el peor momento de toda mi vida sin ninguna duda.

La lesión ha sido totalmente inesperada porque yo llegaba muy bien físicamente, la pierna el día de antes ni siquiera estaba cargada para llegar a las semifinales o sea que ha sido todo tan repentino que todavía no encuentro por qué me he lesionado, pero bueno eso ya lo dejo un poco apartado pero sí es cierto que a día de hoy sigo hablando con mi psicóloga en cuanto a ir día a día, ir viviendo, y sobre todo expresando emociones que tengo dentro de mí. Al final, ahora mismo paso mucho tiempo en casa y a veces me noto más sensible porque de momento yo soy una persona muy independiente y claro el tener ahora misma una dependencia porque tengo que estar en muletas o no puedo apoyar toda la pierna y necesito la ayuda de mi madre eso me cuesta mucho porque yo soy una persona muy independiente.