Los mercados de Laporta (21-24): 306 millones gastados, pero la 'palanca' es La Masia

Terminada la primera mini fase de la Liga, el Barça otea a sus rivales desde el sosiego que le proporciona el liderazgo en solitario tras un verano convulso. Un verano convulso, mitigado por la dirección de Hansi Flick al lograr 12 puntos de 12 posibles que han generado un oasis de tranquilidad, apaciguando lo que se intuía tras la frustración del club.

Lejos quedan los tiempos de opulencia, reducido ahora a un simple actor secundario en el mercado. Intentó el Barça muchas operaciones, pero solo pudo concretar dos (Dani Olmo y Pau Víctor), y ha cerrado el mercado de fichajes con menos incorporaciones en la segunda etapa de Joan Laporta como presidente. Y la palanca es ahora La Masia, convertida, una vez más, en la solución, tanto por necesidad (no había dinero) como por convicción (Flick cree en los jóvenes).

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Han sido, a la espera de las explicaciones que ofrezca el presidente este martes en el Auditori 1899 de un Camp Nou en obras, una ventana llena de deseos frustrados. Nico Williams se quedó en Bilbao, no hubo opción real ni fair play suficiente para traer a Luis Díaz –el delantero colombiano del Liverpool era el gran objetivo de Deco, el director de fútbol- ni recursos auténticos para traer un mediocentro puro o un lateral derecho.

Sin quejas de Flick

Hansi Flick, informado al minuto de esas operaciones que nunca se llegaron a realizar, ocultó su frustración. Ni una queja en público ha emitido sobre lo sucedido, apañándose con lo que le ha quedado al final de este singular mercado. Sin palanca alguna, el Barça solo ha tenido capacidad para invertir en Dani Olmo (55 millones), el verdadero fichaje, y Pau Víctor (2,5) y ha acogido a tres cedidos: Ansu Fati, que volvió del Brighton y Eric Garcia y Pablo Torre, del Girona.

El 'efecto Flick' despierta al Barça de inmediato

Un mercado de enormes expectativas al inicio cuando Laporta dijo que el club llegaría al 1/1 en el fair play (poder invertir según lo ingresado en la misma proporción), y dio a entender que tendría recursos para asumir operaciones como las de Nico Williams. Un mercado que concluye con un comunicado oficial del Barça negando que Deco, el director deportivo, esté meditando su futuro, teniendo en cuenta la escasa capacidad que ha tenido para actuar, tal y como había revelado el diario Sport.

Estaba maniatado el ejecutivo por las condiciones económicas. Tanto lo estaba que ha tenido que liberar, deprisa y corriendo, a los jugadores con el salario más alto del vestuario (Ilkay Gündogan al City; Clément Lenglet, al Atlético) para ajustar a una plantilla que se ha quedado con 22 fichas del primer equipo, sin alcanzar los objetivos marcados en la planificación deportiva.

No ha venido ese extremo zurdo que decía Laporta para equilibrar el ataque y crear otro foco de peligro junto a Lamine Yamal, el faro del equipo. Ni tampoco el mediocentro, rol que no existe con la especificidad de otros cursos. Ni siquiera el lateral derecho que proporcione descanso a Jules Koundé, un central reconvertido.

Olmo encaja al instante

Ha llegado, eso sí, Dani Olmo (más barato que Nico Williams), cuyo encaje en el Barça ha sido espectacular porque ha multiplicado con su presencia el talento de sus compañeros. Va mucho más allá de sus goles (suma dos tantos) o de la amenaza ofensiva que genera (ha estrellado tres balones en la madera en apenas 128 minutos de Liga) porque el juego, a su alrededor, fluye de otra manera. Con Olmo a su lado, Pedri está mucho más cerca de ser el Pedri que fue, mientras la pelota le llega en mejores condiciones al trío de arriba: Lamine Yamal-Lewandowski-Raphinha.

Es, por lo tanto, el fichaje estructural. Es el que cambia paisajes de partidos y tiene impactos decisivos (basta recordar su debut en Vallecas cuando apareció en la segunda mitad), mientras que la otra incorporación, la de Pau Víctor, el goleador del filial (20 tantos en 39 partidos), es más para completar plantilla mientras asume el inmenso salto de categoría que ha vivido: de Primera RFEF a Primera.

Luego, Deco, en su primer gran mercado como máximo responsable deportivo de la entidad, no ha podido traer lo que quería. Mateu Alemany y Jordi Cruyff sí tuvieron el dinero, a través de las ‘palancas’, y pudieron ofrecer a Xavi hasta ocho fichajes (22-23) y seis (23-24) por los dos que ha recibido Flick, que por necesidad y convicción se refugia en la cantera ante los enormes problemas económicos.

Son, en realidad, la base estructural (Lewandowski, Koundé y Raphinha) en la que se apoya el técnico alemán, quien ante los enormes problemas económicos se refugia en la cantera. Por necesidad y, al mismo tiempo, por convicción.

La Masia acude al rescate

Todos los huecos dejados en la incompleta planificación quedan ahora cubiertos por jóvenes talentos de La Masia. Los laterales suplentes (Héctor Fort en la derecha; Gerard Martín, en la izquierda) proceden del Estadi Johan Cruyff.

Y en el mediocentro, posición estrategia a la que no se halló relevo a Busquets pese a que se sabía de su marcha desde hace años, más de lo mismo: el lesionado Marc Bernal deja hueco a Marc Casadó.

Y si los centrales (Araujo y Christensen) están lesionados, la puerta se abre inmediatamente para Sergi Domínguez (19 años), mientras aguarda turno Andrés Cuenca (17). No es casualidad que Flick, técnico pragmático, que huye de las excusas, haya hecho debutar a cuatro niños de La Masia en las cuatro primeras jornadas de la Liga.

Cuatro partidos que han dotado de tranquilidad a Laporta, quien comparecerá en solitario este martes en el Auditori 1899 del Camp Nou. No es una cita solo para abordar el mercado de fichajes sino para explicar porque el club no ha cerrado el 1/1 que era imprescindible para no dejar a Deco con las manos atadas.