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Pedales contra la discriminación: 774 kilómetros en bicicleta por la inclusión de personas con discapacidad intelectual

A través del ciclismo, Tressis y la Fundación A la par, derriban barreras por la inclusión social de las personas con discapacidad intelectual

Carrera ciclista solidaria Kilómetro Cero

Carrera ciclista solidaria Kilómetro Cero / equipo TressisALAPAR

Begoña González

Begoña González

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Han cumplido con éxito retos que para muchos no están al alcance. Han cruzado los Pirineos en bicicleta, han pedaleado de Madrid a Tarifa y han unido las capitales de España y Portugal a pedales. Sus gestas han dejado patente que la discapacidad intelectual no tiene por qué frenar a las personas y que el esfuerzo es, con discapacidad o no, la clave del éxito. A través del deporte, Tressis y la Fundación A la par derriban barreras por la inclusión. 

Desde 2017, cuando nació la iniciativa, se han llevado a cabo varios retos. En el primero, el equipo formado por cuatro empleados de Tressis, cuatro deportistas con discapacidad y cuatro profesionales de la bicicleta participaron en la ‘Powerade non-stop Madrid Lisboa’. El éxito de la iniciativa llevó al proyecto a crecer en 2018 y se amplió el equipo a 29 ciclistas que participaron en la Pilgrim Race, una carrera que sale desde Madrid para acabar, tras siete etapas, en Santiago de Compostela siguiendo el Camino de Invierno de Santiago. Cada vez más empleados de Tressis y miembros de la Fundación querían tomar parte de estas aventuras y el pasado año, con un equipo aún mayor, atravesaron los Pirineos de Roses a Hondarribia. 

Más de 60 personas

La última de sus aventuras, "Kilómetro Cero Madrid-Tarifa", se cumplió a principios de este verano, y para que fuera posible, más de 40 personas recorrieron en bicicleta un total de 774 kilómetros en cuatro etapas en las que cada relevo pedaleó como mínimo 120 kilómetros. Pero el equipo, que entre corredores, voluntarios y cuerpo técnico forman 64 personas, llevaba trabajando en ello meses. “Somos un equipo mixto formado por empleados y amigos de Tressis y personas con discapacidad intelectual de la Fundación A la Par, que pedaleamos con el objetivo de demostrar que si cuentan con el apoyo necesario las personas con discapacidad intelectual pueden hacer exactamente lo mismo que el resto", afirma José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. 

El empresario ha participado en varios retos de los que ha organizado su empresa junto a la fundación, y afirma que la experiencia es siempre “enriquecedora, llena de esfuerzo e ilusión”. “La discapacidad intelectual no es obstáculo para lograr retos imposibles”, afirma a este diario. Además de deportistas, en este tipo de retos también colaboran voluntarios como Juanjo, miembro también de la fundación. “Me hace sentir orgulloso saber que hago posible que los ciclistas consigan llegar al destino. Les preparamos comida, les damos agua y les ayudamos en lo que haga falta. Me gusta ayudar”, afirma el voluntario. 

Carrera ciclista solidaria

Carrera ciclista solidaria / Equipo TressisALAPAR

Toda esta aventura empezó cuando un año, en lugar de emplear parte de las ganancias en ofrecer regalos a los clientes, Tressis decidió donar ese dinero a la fundación. “No basta con donar el dinero, queríamos formar parte del cambio y de ahí, junto con Marcos Herrero, el director deportivo de A la par, dimos con esta forma de colaborar”, explica Maté. “El deporte es un escaparate muy poderoso que nos permite demostrar que cambiar la concepción de estas personas en la sociedad es posible. La discapacidad intelectual no es un impedimento para la práctica deportiva, y en muchas ocasiones además es beneficiosa para muchos de ellos”, afirma Marcos Herrero.

Derribando barreras

Es el caso por ejemplo de Juan Alberto Montero, ciclista del equipo TressisALAPAR con discapacidad intelectual que en junio completó el reto ‘Kilómetro Cero’. “Llevo unas cinco ediciones pedaleando y me animé tras ver el primero de los retos. Me llamaba la atención y me gustó saber que ir en bicicleta puede ayudar a visibilizar a gente como yo y demostrar que podemos hacer lo mismo con un poco de esfuerzo”, afirma el ciclista. “Me siento orgulloso de haber ayudado a que otros se animen también a probarlo”, añade. 

Además, según afirman desde la fundación, este tipo de retos forman parte también del programa educativo del centro y contribuyen a que las personas con discapacidad sean cada vez más autónomas. “Me ha ayudado a aprender muchas cosas y a darme cuenta de que tengo mucha más capacidad de la que creía para superar todos los retos que me pongan. No es que no me viera capaz, pero me daba respeto como a cualquier persona con o sin discapacidad”, afirma Juan Aberto. 

Durante el año, Juan Alberto y los demás ciclistas preparan las carreras y retos y entrenan con regularidad. “No es fácil, todo el año lo pasamos preparándonos para que luego esto salga adelante. A veces salimos en equipo, a veces solos”, afirma el ciclista. José Miguel apunta que, además, desde que se inició la colaboración muchos han tejido relaciones de amistad. “Algunos a veces comen juntos, otros salen en bicicleta… pero lo que está claro es que hemos conseguido perder también ese miedo a lo diferente que en un primer momento nos hubiera podido impedir entablar una relación. Yo me siento orgulloso de poder estar devolviendo a la sociedad algo de todo lo bueno que me da”, asegura el consejero delegado de la financiera. 

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