45 MINUTOS IMPACTANTES

El 'huracán Olmo': retrato de un debut "inimaginable" con el Barça

Olmo cambia el destino del Barça en Vallecas (1-2)

Olmo, tras su gran debut ante el Rayo: "Ha sido inmejorable"

Dani Olmo celebra su gol en Vallecas, el decisivo 1-2 que permitió al Barça ganar al Rayo.

Dani Olmo celebra su gol en Vallecas, el decisivo 1-2 que permitió al Barça ganar al Rayo. / Afp

Marcos López

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"Nos ha hecho mucho daño y ha sido diferencial". A Iñigo Pérez, el joven entrenador del Rayo Vallecano, se le notaba el impacto que provocó la entrada en el descanso de Dani Olmo. Suplió a un apagado y triste Ferran Torres y desencadenó un ‘huracán futbolístico’ en Vallecas provocando, como él mismo reconoció luego, "un debut inimaginable".

Va mucho más incluso de su influencia en el marcador –anotó con la izquierda, y sin ser zurdo, el decisivo 1-2 tras una excelente asistencia de Lamine Yamal- resultó más determinante su aparición en la segunda mitad porque provocó un efecto multiplicador ya que transformó el alicaído paisaje del Barça.

La mutación

Mutó a un equipo adormilado y plano en un equipo vibrante, alegre y, sobre todo, extremadamente dinámico. En el descanso, molesto como estaba Flick por el juego de su Barça, tomó una decisión táctica que ayudó a entender, y aún con más claridad, tan súbita reconversión.

Puso a Olmo por detrás de Lewandowski, dominando todo el frente de ataque, teniendo por delante a dos extremos: Lamine Yamal seguía en la derecha mientras Raphinha, media punta en la primera, se erigía en el extremo zurdo de la segunda ocupando la deshabitada casa que había dejado un irrelevante Ferran Torres.

Dani Olmo celebra con Lamine Yamal y Pau Cubarsí, entre otros compañeros, su decisivo gol al Rayo en Vallecas.

Dani Olmo celebra con Lamine Yamal y Pau Cubarsí, entre otros compañeros, su decisivo gol al Rayo en Vallecas. / Afp

"El cambio de Raphinha por fuera y el de Dani Olmo nos hace daño", confesó el entrenador del Rayo. "Olmo gana duelos, va al espacio, puede disparar y hace gol", añadió Íñigo Pérez, a quien se le caía, además, su equipo físicamente incapaz como fue de mirarle a los ojos al vigoroso grupo de Flick.

"El cambio de Raphinha por fuera y el de Dani Olmo nos hace daño. Olmo gana duelos, va al espacio, puede disparar y hace gol"

Iñigo Pérez

— Técnico del Rayo Vallecano

Tal cual sucedió. Ni más ni menos. El Barça inicial era un grupo insípido, donde los jugadores se desvanecían. Apenas siete remates y solo dos a puerta, curiosamente uno de Iñigo Martínez, a la salida de un córner, y otro de Lamine Yamal. Ambos con idéntico resultados: paradas cómodas de Dani Cárdenas.

El ‘huracán Olmo’ se llevó por delante al Rayo. Y a Vallecas. En la segunda mitad, el Barça dobló su capacidad ofensiva: 15 remates, tres de ellos a puerta: el golazo de Dani Olmo –no es zurdo, pero marcó con la izquierda firmando un preciso y ajustado tiro (m. 82) -, el derechazo previo de Dani Olmo escupido por el larguero (m. 58) y otro bloqueado por la defensa rayista (m. 79).

Era otro equipo. Eran los mismos jugadores, pero todos multiplicaron su mejor nivel porque Lamine aprovechó el ‘efecto DO’, al igual que Pedri (apagado al inicio; decisivo, luego) o Raphinha, que percutía por la izquierda equilibrando el ataque. "Marcó la diferencia en la segunda parte", confesó un aliviado Flick.

"Es un espectáculo de jugador"

Aliviado porque dio, y de inmediato, con la tecla para tejer las conexiones necesarias para desmontar al Rayo. “Es un espectáculo de jugador, nos ha hecho mucho daño”, confesó Camello, el delantero rayista, heróe de la España olímpica, a DAZN.

Y hasta Flick, acostumbrado a manejar grandes jugadores a lo largo de su carrera como técnico del Bayern Múnich o seleccionador alemán, quedó asombrado por ese “inimaginable” debut del fichaje estrella del Barça, consumido por los nervios al ver desde fuera las dos primeras jornadas.

"Dani sabe marcar cuando está frente a la portería. No es normal siendo un centrocampista, pero es muy bueno en eso”, reconoció el técnico del Barça.

Dani Olmo celebra su gol en Vallecas, el decisivo 1-2 que permitió al Barça ganar al Rayo.

Dani Olmo celebra su gol en Vallecas, el decisivo 1-2 que permitió al Barça ganar al Rayo. / Afp

Con Olmo, el fútbol fluyó de forma natural. Y la espera terminó de forma feliz tras quedarse en Barcelona porque no pudo viajar a Mestalla por no estar inscrito en LaLiga. Y bajó desde la grada de Montjuïc, irritado como estaba por esa traba legal, al césped de Vallecas para erigirse en la bandera del Barça.

"Llevaba muchos días ansiando esto, es el debut soñado. Al fin, he debutado con el Barça, eso es el comienzo. No ha sido fácil esta espera, se me ha hecho larga", contó luego recordando que "Lamine me encontró muy bien y he intentando orientarme hacia la izquierda para tener más espacio". Así fue.

Celebración de la NBA

Con su cuerpo y un delicado toque con la zurda amansó la pelota. Amansó y apaciguó para disponer de tiempo y espacio para ajustar su curvado disparo, que tenía, además, un par de intrahistorias ocultas. "Conocía muy bien al Dani Cárdenas, el portero del Rayo, que es de Terrassa, es amigo mío", recordó Dani Olmo.

Después, vino la segunda. Una curiosa celebración a la que se debe acostumbrar ya el aficionado del Barça. Se tocó primero su brazo izquierdo y luego exhibió su ya tradicional celebración. “Hay un jugador que me gusta mucho de la NBA que hace esta celebración cuando consigue canastas importantes. ¿Quién es? Es el Damian Lillard. Le he cogido prestado este gesto”, sentenció Olmo en alusión al jugador de los Milwaukee Bucks de la NBA.