Juegos Paralímpicos

Sergio Garrote: "Ser deportista con discapacidad no te hace menos; tienes que hacer el doble de esfuerzos para llegar a lo mismo"

Medallista de oro en Tokio, el ciclista aspira de nuevo al máximo en los Juegos Paralímpicos de París, donde participará en las pruebas de ruta y contrarreloj.

Sergio Garrote, en el CAR de Sant Cugat

Sergio Garrote, en el CAR de Sant Cugat / Marc Asensio

Jordi Grífol

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Las cuerdas vocales le pedían tregua a Sergio Garrote (Barcelona, 1977), emocionado y sin poder contener las lágrimas. Acababa de conseguir el oro en la contrarreloj de los Juegos Paralímpicos de Tokio. En 2001, un accidente laboral le provocó una lesión medular que le dejó en silla de ruedas. Se subió a una ‘handbike’ -bici de manos- y empezó a acumular medallas; más de 90 metales internacionales. Con la ambición intacta, buscará un nuevo oro en los Juegos Paralímpicos de París, que se inauguran este miércoles. Su turno llegará el 4 y 5 de septiembre. 

El gobierno español aprobó la equiparación económica en los premios olímpicos y paralímpicos. ¿Qué significa eso para usted?

Significa que esa igualdad y equidad en el mundo del deporte está llegando, era necesario. Discapacitado o no discapacitado, eres un deportista de alto nivel igual. Tener una discapacidad no te hace menos, a lo mejor hasta lo contrario, porque tienes que hacer el doble de esfuerzos para intentar llegar a lo mismo. La parte económica es importante, pero pondría en el mismo valor que lo que representas como atleta paralímpico debería ser igual que el olímpico. Queda muy bien decir que vamos a hacer una sociedad más igualitaria, pero hay que creérselo y trabajarlo.

Reivindica que usted es ciclista.

Soy ciclista, sin adjetivos. No me gusta calificarme como un ciclista con discapacidad o ciclista paralímpico, mi esfuerzo no merece menos ni tampoco más que el de cualquier otro ciclista en su disciplina o modalidad. El ciclismo es un ejemplo y da la oportunidad a todo el mundo a la práctica de ello, y el ciclismo paralímpico es una disciplina más.

Mi esfuerzo no merece menos ni tampoco más que el de cualquier otro ciclista en su disciplina o modalidad

¿Cómo le ha ayudado el deporte tras el accidente?

El deporte me ha ayudado en todos los aspectos de mi vida. Sobre todo me ha ubicado en el mundo, me ha ayudado a nivel comunicativo y a abrir diferentes puertas que antes se cerraban. También, claro, en la parte económica y en ser mejor persona, más empático, disciplinado y exigente conmigo mismo.

Se ha tenido que esforzar más que los demás.

Mi bicicleta es mucho más costosa que la de un ciclista profesional. Ser deportista con discapacidad, aunque deportista de alto nivel como cualquier otro, sí que requiere de un componente de mayor dificultad, en los esfuerzos económicos y en el esfuerzo que hace cualquier deportista en su continua renuncia a muchas cosas.

¿Qué es lo que hace que valga la pena?

Recibir el premio de la medalla. Eso hace que cuando mil y una veces se te ha planteado en la cabeza rendirte y bajar los brazos, no lo hagas y sigas hacia delante por muy difícil que se haya puesto una pendiente o el entrenamiento. 

Después de conseguir el oro en Tokio, afónico, decía que la medalla era el culmen a todo el trabajo.

El mundo olímpico y paralímpico nos ofrece esa visibilidad al mundo cada cuatro años, y la tienes que aprovechar al máximo. Trabajas día a día durante ese ciclo, hasta que llega el día definitivo. Haces tu trabajo y si sale bien te sientes como en la cima de la montaña, cuando te ves arriba es cuando dices lo conseguí, hice el mejor plan y la mejor estrategia para llegar hasta aquí.

Ha ganado muchísimo, pero también ha sufrido alguna derrota. ¿Cómo ha gestionado las derrotas?

Las carreras se ganan o se pierden, pero siempre se aprende. Tanto en la derrota como en la victoria. Y si mantienes eso como un pilar firme, ese aprendizaje que te da el perder lo utilizas para ser mejor en la próxima. Cuando ganas eres el que posee todo lo que los demás quieren conseguir, y eso te genera cierta incomodidad y genera movimiento para no mantenerse en la zona de confort. Más que ganar, lo difícil es mantenerse ahí.

¿Ganar le resulta incómodo? 

Sí, muy incómodo. Ganar se reduce al momento que pasas por la línea de meta, pero se esfuma rápidamente. Después empieza la cuenta atrás hasta la próxima carrera, donde pones en juego otra vez esa victoria y tienes que seguir planificando para que vuelva a salir bien. Eso es lo realmente difícil.

Sin la familia no hubiera sido capaz de conseguir gran parte de lo que consigo

Sus éxitos también son los de su familia.

Ellos son el 50%. Mi mujer [Marian] es un puntal que me soporta en los buenos y en los malos momentos. Sacrifica parte de su tiempo y de su vida para que yo continúe dando pedales. Valoro mucho cómo se mantiene en ese trabajo en la sombra, hay que darle un valor fundamental. Sin la familia no hubiera sido capaz de conseguir gran parte de lo que consigo. 

Sufrió problemas de salud mental.

En ocasiones, la mente te puede jugar una mala pasada. Los deportistas, cuando ponemos nuestro cuerpo a un 150% a nivel físico, también lo hacemos a nivel mental. E igual que cuidamos nuestro cuerpo tenemos que cuidar nuestra mente, y de la misma manera que se lesiona el cuerpo también se puede lesionar la mente. Tienes que ser consciente de ello para pedir ayuda en el momento en el que se requiere. En su momento pedí ayuda y estoy muy agradecido a todo el colectivo médico que ha trabajado junto a mí para devolverme mi esencia de deportista y la de ser humano.