JUEGOS OLÍMPICOS PARÍS 2024

París 2024 allana el camino para que una mujer presida pronto el COI

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Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Cuando yo era joven, es decir, hace más de 50 años, ahorraba para comprarme una revista francesa que se llamaba ‘Salut les Copains’, donde salían cantantes y grupos musicales de todo tipo. Era la bomba. Lo último. Y costaba una pasta. Pero si no leías ‘Salut les Copains’, no eras nadie.

Anoche, en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París, tuve la sensación de que estaba sentado en mi sofá pasando páginas y páginas de ‘Salut les Copains’. Si algo ha conseguido Francia, ni siquiera París y, luego, contaré por qué, es convertir los JJOO en el mejor anuncio de un país, de un Estado.

Los Juegos Olímpicos han dejado de ser una cita deportiva para convertirse en el mayor negocio de la historia y Francia acaba de convertirlos en el mejor anuncio de todo un país. En la capital francesa, el deporte ha pasado a un segundo plata, desde la ceremonia inaugural, repleta de museos, edificios e historia de Francia, hasta la clausura, que parecía el mayor festival de música jamás televisado. Por eso, tal vez, se desteñían las medallas, porque era (casi) lo de menos.

Viva la 'grandeur'

Les decía, vuelvo al tema, que hasta que llegó la tercera edición de París, como llega la tercera edición de Los Ángeles (1932, 1984 y 2028), el COI concedía la organización de los JJOO a una ciudad, no a un país. El/la protagonista era, siempre, insisto, hasta que llegó París y la ‘grandeur’ francesa, el alcalde o la alcaldesa de esa ciudad. Nada de todo eso ha ocurrido en París 2024, que solo ha exhibido, mostrado y dado protagonismo a Ana María Hidalgo en el relevo entre ciudades de anoche y, eso sí, para pedirle que se bañase en el Sena y demostrar que estaba limpio cuando, luego, se demostró que no era del todo cierto.

Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Paris 2024

Ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 / MOHD RASFAN

París 2024 ha sido Francia y Emmanuel Macros, el presidente de la República. París 2024 ha sido el mejor anuncio de Francia, de la misma manera que Los Ángeles 2028 será el mayor anuncio del ‘business’ olímpico, del ‘show’ (su presentación de anoche fue como el festival de Eurovisión), un espectáculo a la altura de Hollywood, por eso anoche apareció Tom Cruise, porque no hay misión imposible para quien decide transformar el mayor evento deportivo en el mayor negocio.

A Francia (y al mundo olímpico) le importó poco que la piscina no fuese reglamentaria, que las medallas se destiñeran, que la comida de la Villa Olímpica fuese mediocre o que algunos deportistas durmiesen en los parques. Tal vez por eso el alemán Thomas Bach, que dejará la presidencia del COI el próximo año, no se atrevió a decir que han sido los mejores Juegos de la historia, como sí se atrevió Juan Antonio Samaranch al cerrar los de Barcelona-92.

A Bach, un señor muy, muy, listo, que decide dejar el COI en un momento en que la cosa se está poniendo fea o, como poco, lleva camino de acabar de mala manera, casi sin deporte o sin reconocimiento a los deportistas, se le ocurrió una fórmula realmente original, chisposa, graciosa, moderna, para despedir unos Juegos “Senacionales”. De las aguas peligrosas no dijo nada, no.

Thomas Bach, que el año que viene dejará la presidencia del COI, no se atrevió a decir que los Juegos de París han sido los mejores de la historia. No podía, así que encontró una fórmula divertida para definirlos: "Senacionales". De las aguas del río, no habló.

Ana María Hidalgo dio el relevo olímpico a Karen Bass, la alcaldesa demócrata de Los Ángeles, aunque la bandera olímpica se la entregó Bach, también en un gesto de despedida muy olímpico. A partir de ese instante, con Cruise lanzado en su misión imposible (paseo en moto por las calles de París –sin casco--, avión militar y bajada en paracaídas, incluidos), los Juegos dejaron de ser Juegos y los chicos de moda de la canción, del ‘show business’, aparecieron en escena.

Ese es el COI, el olimpismo, los Juegos que deja Bach, que algo habrá tenido que ver en este especial declive, que para muchos, perdón, para todos, puede formar parte de los tiempos modernos. A “los Juegos de una nueva era”, como los denominó Bach en su despedida, a los Juegos de la paridad de género y la sostenibilidad, le sustituirán los Juegos de Hollywood y ya saben cómo se las gasta Hollywood.

Sorpresa para Sir Coe

Pero los terceros Juegos en Los Ángeles (anda que no hay ciudades en el mundo para que Hollywood viva sus terceros JJOO, al igual que lo ha hecho París o antes lo hizo Londrés: 1908, 1948 y 2012), les corresponderá un nuevo presidente del COI. Y es ahí, sépanlo, donde el movimiento olímpico va a dar el salto definitivo, convirtiendo en presidente del COI a una mujer.

Tom Cruise con la bandera olímpica en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Paris 2024

Tom Cruise con la bandera olímpica en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 / Dita Alangkara

Tras la despedida de Bach (muchos miembros del COI estaban convencidos hace algunas semanas que el alemán seguiría, aunque fuese cambiando la ley olímpica), son muchos, demasiados, los que colocan al campeonísimo británico de los 1.500 metros, Sir Sebastian Coe, de 67 años, oro en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984 y presidente de la Internacional de Atletismo, como claro favorito para sustituir a Bach.

Pero Coe sabe que le ha surgido una piedra en el zapato. El COI ya está listo (“hace falta gente nueva, diferente, para liderar el movimiento olímpico”, dijo Bach cuando anunció, la semana pasada, que no se presentaría a la reelección) para que una mujer presida la institución. Y esa mujer, apunten su nombre, es Kristy Conventry, de 40 años, ministra de Juventud, Deportes, Artes y Recreación del Gobierno de Zumbabue. Conventry fue, que lo sepan, una nadadora fabulosa, capaz de ganar siete medallas (dos de ellas de oro) en los JJOO de Atenas 2004 y Pekin 2008. Conventry también es vicepresidenta de la Asociación Internacional de Surf.