OLIMPISMO

La 'JOstalgie' se apodera de París tras los Juegos Olímpicos

Durante 17 días, París ha sido esa ciudad que los franceses tanto anhelaban: seguridad, limpieza y orden.

Macron muestra una medalla en Paris.

Macron muestra una medalla en Paris. / Europa Press/Contacto/Paul Kitagaki, Jr.

París

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Como la mayoría de sus ciudadanos que huyeron de la capital, París también se tomó unas vacaciones. Dejó de lado su pesimismo, su malestar y su crisis política para crear una burbuja olímpica casi perfecta. Tras varias semanas de fiesta, deporte y comunidad, llega la resaca que puede ser olímpica y que para muchos ya tiene un nombre: La “JOstalgie”, o la nostalgia que dejan estos Juegos Olímpicos de París. 

Este lunes, 2000 deportistas dejaban la ciudad de la luz, también los miles de turistas que han disfrutado de cada competición y de cada monumento vestido para la ocasión. La policía, junto a esos agentes extranjeros que llegaron para dar apoyo a las fuerzas de seguridad francesas, regresan a sus hogares, al igual que los gendarmes que vinieron desde otras partes de Francia para poner orden. Y lo consiguieron. 

Imagen de archivo de la Torre Eiffel durante los JJOO de París

Imagen de archivo de la Torre Eiffel durante los JJOO de París / Europa Press/Contacto/Paul Kitagaki, Jr.

Durante 17 días, París ha sido esa ciudad que los franceses tanto anhelaban: seguridad, limpieza y orden. A pesar de las dudas iniciales por los problemas políticos y sociales que arrastra la capital, y ante el tímido espíritu olímpico que tardó en despertar, la ciudad de la luz ha hecho brillar a estos Juegos Olímpicos. 

La seguridad, desafío para Francia

Para las autoridades francesas, estos Juegos eran el comodín perfecto para demostrar que París es una ciudad segura, aunque las cifras digan lo contrario. Es por eso que ante unos Juegos Olímpicos históricos, en los que la capital se ha convertido en un gran estadio al aire libre, era necesario un dispositivo de seguridad inédito. 

Más de 45.000 agentes nacionales e internacionales velaron por la seguridad de la ceremonia de apertura y los días posteriores de competiciones. Este lunes, el presidente Emmanuel Macron confirmaba que en la sombra, las autoridades han neutralizado “centenares de acciones peligrosas” durante los Juegos Olímpicos, evitando “una tragedia”. 

Río Sena en París.

Río Sena en París. / Michael Kappeler/dpa

Un éxito que, ahora en esta resaca emocional, genera preguntas: ¿París heredará esta seguridad olímpica o simplemente fue un sueño momentáneo? 

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, quiso disipar las dudas días antes de finalizar las competiciones, y confirmó que el dispositivo de seguridad se mantendrá de forma permanente en las zonas más sensibles de la capital, como el barrio de Saint Denis, una vez pasados los Juegos Olímpicos. “Se trata de una hazaña sin precedentes en nuestra historia en términos de seguridad, una demostración de fuerza”, afirmó este lunes Emmanuel Macron.

Lo que el Sena no es

Uno de los legados que querían dejar estos Juegos Olímpicos era devolver el río Sena a sus ciudadanos, tras más de 100 años de prohibición del baño. Sin embargo, la hazaña de limpiar el Sena se ha llevado demasiado protagonismo. 

Las dudas sobre si estaría listo y las posteriores bajas por gastroenteritis de los deportistas olímpicos que habían nadado en sus aguas, han opacado las competiciones de triatlón y nado. A pesar de que estos Juegos han regalado una imagen histórica que no se veía desde hacía un siglo, la duda sobre si los parisinos podrán bañarse en el río más famoso de Francia en 2025 sigue en el aire. 

Además, los inconvenientes surgidos durante las pruebas olímpicas mantienen las dudas sobre si la inversión de 1.400 millones de euros para hacer del Sena un río apto para el baño ha merecido la pena. Aunque, para las organizaciones ecologistas la cuestión no se centra en devolver el Sena a los ciudadanos para su disfrute, sino liberar el río de los tóxicos, y hacer de París una ciudad ecoresponsable. 

Precisamente, la ecoresponsabilidad ha sido uno de los objetivos que se habían marcado las autoridades francesas y que han cumplido, dejando un importante legado sobre cómo organizar unos Juegos modernos, sin la necesidad de megaconstrucciones. 

La verdadera cara de Francia

Los Juegos Olímpicos mostraron "la verdadera cara de Francia", afirmó el presidente francés, mientras comentaba el balance de estos Juegos Olímpicos, y de eso no hay duda. Una ceremonia de apertura muy afrancesada, que no consiguió emocionar a todos, y una organización con sus contratiempos, que demostraron la verdadera esencia de París. Una ciudad perfectamente imperfecta. Con sus imponentes monumentos y sus impresionantes avenidas, pero con esas imperfecciones que la hacen única. 

Lo mismo con sus Juegos Olímpicos que, a pesar de todo, dejan un importante legado e iluminan el camino a la ciudad de Los Ángeles, sede de los próximos Juegos Olímpicos de 2028. Ya lo decía, el escritor James Joyce que “París es un lugar en el que las cosas que ocurren nunca se hubieran producido en ningún otro lugar”. 

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