MUNDIAL DE MOTOGP

Acosta pide explicaciones a KTM de por qué no funciona su moto

El 'tiburón de Mazarrón' se reunió, en Austria, durante varios días con los responsables del proyecto de MotoGP de la fábrica austriaca, antes de irse de vacaciones, exigiendo soluciones inmediatas.

Pedro Acosta, reflexiona en su boxe de Assen, Países Bajos.

Pedro Acosta, reflexiona en su boxe de Assen, Países Bajos. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Emilio Pérez de Rozas

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El murciano Pedro Acosta, de 20 años, bicampeón del mundo de Moto3 y Moto2, sigue dispuesto a comerse el mundo, es decir, a convertirse en uno de los grandes de MotoGP. Su debut en el Mundial de este año dio a entender a todo el mundo, no a él, que siempre fue muy prudente sobre ese extremo, que podía convertirse en el ganador más joven de la historia, arrebatándole el trono al mismísimo Marc Márquez, que lo logró en 2013.

Han pasado nueve carreras y el ‘tiburón de Mazarrón’ mantiene la misma sonrisa del primer día, pese a que todavía no ha ganado. Sabe que lo logrará, sabe que, más pronto que tarde, se meterá entre los cinco primeros siempre y peleará, siempre, por la victoria. No solo está en sus genes, en su corazón, tiene el triunfo en sus manos y lo ha demostrado, sobradamente, allí donde ha corrido. Pero Acosta es un tipo duro, muy duro, que sabe muy bien lo que quiere y cómo lo quiere. Y acaba de demostrarlo empleando buena parte de sus vacaciones en acudir a la fábrica de KTM, en Mattighofen (Austria), para, no solo informarse, sino también para decirle a todo el mundo que debe ponerse las pilas.

Viaje fructífero

“El motivo de mi visita a la fábrica de KTM fue múltiple”, ha explicado Acosta, hoy, en Silverstone (Inglaterra). “Primero quería vivir aquel ambiente, conocer a todo el mundo, observar lo que se hace y cómo se hace, y salir de dudas. Quería saber el por qué del bajón de los últimos grandes premios. Pero, sobre todo, quería saber si la culpa era mía o de la moto, del proyecto, lo que fuese”.

Acosta, que ocupa, de momento, la sexta posición del Mundial de pilotos, a 112 puntos del líder ‘Pecco’ Bagnaia y se ha concedido un 4,5 sobre 10 en esta primera parte de campeonato, asegura que “lo que no quiero es correr con limitaciones, pues, si solo puedo ser séptimo, pues séptimo, pero dejar el gran premio con la sensación de que lo he sado todo en la pista y, si no ha sido suficiente, pues no ha sido suficiente, pero saber que no es cosa mía”.

"Fui a la fábrica de KTM, en Austria, porque quería saber si la culpa era mía o era del proyecto, de la moto, del camino que estamos tomando. Soy de los que piensa que es mejor pedir perdón, que pedir permiso"

Pedro Acosta

— Piloto oficial de KTM en el equipo Tech3

El ‘tiburón’ se sinceró tremendamente en Silverstone. “Era un momento para saber qué ocurría, pues, en Montmeló, me sentí estupendo con la moto; en Mugello, bueno, no sé qué decir; en Assen, fue un desastre y en Sachsenring, salvamos el fin de semana el último día, pero tenía qué saber qué había pasado, qué cambios habíamos hecho, no sé, necesitaba decirles todo lo que pensaba”.

Y Acosta, cuenta que llegó a Mattighofen y pidió quien mandaba allí. “Me senté con ellos, les dije todo lo que pensaba, les dije esto, esto y esto, y me quedé a gusto, es decir, muy reconfortado porque les dije todo lo que pensaba. Yo soy de los que piensa que mejor pedir perdón, que pedir permiso”.

Pedro Acosta, en la pista.

Pedro Acosta, en la pista. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Y, al parecer, todos en el departamento de competición de KTM, una fábrica que ha ganado en cuantas categorías ha competido a nivel mundial, entendieron las explicaciones de Acosta y le dieron una momentánea solución: colocarían un miembro especial, un representante a nivel técnico de gran nivel, en su equipo, el Tech3, que será, a partir de Inglaterra, es decir, de este fin de semana, quien reciba sus explicaciones al instante, nada más bajarse de la moto.

Con el mejor tono que ha sido capaz, que ha sido mucho, con enorme tacto, Acosta dijo que la situación personal, de Pit Beirer, jefe supremo técnico del proyecto MotoGP de KTM, que se mueve en silla de ruedas, no le permite llegar a su boxe en el momento justo en que se producen las conversaciones o él se baja de la moto. “Y es perfectamente entendible, Pit tiene mucho trabajo que hacer y, por tanto, entiendo que delegue en alguien de su confianza. Estoy convencido de que, a partir del GP de Austria, van a cambiar mucho las cosas y veremos los resultados de esta reunión, que para mí fue muy fructífera”.

"LLegué a Mattighofen, pregunté quién mandaba allí, nos sentamos y le solté todo lo que pensaba. Creo que hacía falta una charla así. Y creo que me entendieron, pues pronto vendrán los resultados. Estoy convencido de que, en Austria, veremos como ha cambiado todo"

Acosta, cómo no, siempre sincero, reconoció que, posiblemente, esta situación también ha sido debida a que él solo ha trabajado, durante tres años, con el equipo de Aki Ajo y, por tanto, siempre con la misma gente. “No tengo, como los otros pilotos de MotoGP, referencias de cómo funcionan otras fábricas, escuderias y departamentos de competición y, por tanto, ese viaje a Austria ha sido muy importante para hacerme a la idea de lo que nos traemos entre manos todos”.

Mucho despiste

El ‘tiburón’ insistió en que esas reuniones han sido positivas y permitirán, seguro, que el proyecto gane enteros y sea aún mejor. “Si la fábrica, la moto, el equipo no dan el nivel, no dan para ganar, pues no dan para ganar, seguiremos peleando para estar lo más arriba posible, lo antes posible. Pero, insisto, yo necesitaba conocer aquello por dentro y, sobre todo, quedarme tranquilo cada vez que acabo un GP”.

El bicampeón murciano explicó que los responsables de MotoGP en KTM se han dado cuenta de que hay que dar uno o dos pasos más y por eso, según contó, han incorporado, de nuevo, a técnicos que ya estaban en el inicio del proyecto y que habían ganado carreras en otras especialidades. “Si he de ser sincero, en las dos últimas carreras estábamos un poco mareados todos. No sé, tal vez mis palabras, mis comentarios, mis apuntes no llegaban donde debía llegar, tal vez. A menudo, no todo se resuelta con una carrera universitaria o con el ordenador. A veces, hay que sentarse con una hoja limpia sobre la mesa y un bolígrafo y empezar a comentar y anotar. Y eso es, creo, lo que hemos hecho”.