Campeón olímpico en Tokio

Un glorioso Tom Pidcock se cuelga otra vez el oro en el ciclismo de montaña

El británico luchó por el oro con el francés Victor Koretzky en una última vuelta para enmarcar. Una avería en el inicio de la carrera privó a David Valero de pelear por las medallas y sólo pudo acabar décimo.

Tom Pidcock celebra la victoria como campeón olímpico.

Tom Pidcock celebra la victoria como campeón olímpico. / UCI

Sergi López-Egea

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Es uno de los superhombres ciclistas y el único junto al ausente Mathieu van der Poel que es capaz de correr a la vez en carretera, en montaña y en ciclocrós. Tom Pidcock fue glorioso este lunes; una actuación fuera de serie que lo debe impulsar a convertirse en una de las estrellas ciclistas de estos Juegos de París. El británico se colgó la medalla de oro en la prueba del Cross Country -algo más de una hora por un circuito que intercala subidas con bajadas técnicas-, la única modalidad del ciclismo de montaña que es olímpica y tal como había hecho hace tres años en Tokio se convirtió en el campeón, pero bajo una lucha titánica por escuchar el himno de su país con el francés Victor Koretzky.

La última de las ocho vueltas al circuito de Élancourt, a unos 40 kilómetros de París, fue una joya para ver repetida una y otra vez; una pelea exagerada por la medalla de oro. Koretzky adelantaba a Pidcock en la parte más dura del circuito donde, a priori, el británico era superior. Pero en la bajada, entre troncos y piedras, Pidcock remontaba y volvía a situarse primero antes de una última reacción del francés. Ambos ciclistas llegaron pegados al descenso final, entre árboles, sin casi posibilidad de adelantar. Las bicis chocan entre sí. Pidcock mantiene el tipo y Koretzky tiene que sacar el pie de la cala del pedal; uno o dos segundos de pérdida. Fue apenas un suspiro, pero suficiente espacio de tiempo para que Pidcock se regalase una medalla de oro un día antes de cumplir 25 años.

La actuación del británico fue una joya. En la tercera vuelta ya se puso al frente de la carrera de ‘mountain bike’, siempre con Koretzky pegado a su rueda. Era un duelo donde dominaba igual la fuerza que la técnica, mientras la tija telescópica de las bicis bajaba en los descensos y se ponía a la medida del corredor en las subidas.

El duelo final

Sin embargo, Pidcock pinchó y tuvo que cambiar la rueda delantera. El británico tenía que volver a empezar, a remontar, porque Koretzky, animado por el público francés que quería repetir el oro logrado el domingo por Pauline Ferrand-Prévot, se fue en solitario hacia el título olímpico. No lo pilló el británico hasta la penúltima vuelta, junto al sudafricano Alan Hatherly, al final bronce, para vivir a partir de entonces una confrontación épica por el oro.

David Valero no tuvo la suerte de cara porque una avería en la segunda vuelta lo privó de iniciar la remontada con la que soñaba para volver a conseguir una medalla -fue bronce en Tokio- y sólo pudo acabar en la décima posición. Jofre Cullell terminó el 22º.

Pidcock fue el ciclista que asombró en el Tour de 2022 con una bajada fuera de serie por el Galibier antes de ganar en Alpe d’Huez y el que se convirtió en campeón del mundo de ciclocrós en 2022 al aprovechar las ausencias de Van der Poel y Wout van Aert. Residente en Canillo (Andorra) es el actual campeón del mundo de ciclismo de montaña. El sábado aspira también a pelear por las medallas en la prueba olímpica del ciclismo en ruta. Sin más; un fuera de serie del deporte de las dos ruedas al margen del grosor de las ruedas y el terreno por el que rueda la bicicleta.