JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS

El día en que Chirac provocó al COI y perdió los Juegos de 1992 a manos de Barcelona

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Emilio Pérez de Rozas

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Como les contaba ayer es imposible observar los Juegos Olímpicos de París sin pensar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, entre otras cosas porque París perdió, en aquella ocasión (7 de octubre de 1986), frente a Barcelona.

La razón de aquel apoteósico triunfo pudo ser múltiple, sin duda, y, tal vez, por qué no reconocerlo, el hecho de que el catalán Juan Antonio Samaranch fuese el todopoderoso presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) jugó a favor de la capital catalana, por descontado.

Pero hubo un momento, según han relatado esta misma semana un par de miembros del comité organizador de Barcelona (COOB), que (casi) todo el mundo se creyó ganador en la ciudad de Antoni Gaudí.

Fue cuando, en una de las múltiples citas que se prodigaron meses antes de la votación definitiva, en Lausana, Jacques Chirac, entonces primer ministro francés y también alcalde de París, aseguró, en público y sin tapujos, que “no es París quien tiene que agradecerle al COI la concesión de los Juegos, sino el COI que debe agradecerle a París que se haya presentado”.

Menosprecio al COI

“Jamás debes minuvalorar a los miembros del COI, que se saben un auténtico Vaticano. Jamás debes decirles lo que deben o no deben hacer. Jamás debes considerarte ganador. Son ellos los que deciden a quién, cuándo y dónde. Yo creo que muchos miembros del COI decidieron aquella noche que París no ganaría”, señala uno de los miembros del COOB. Y así fue, Barcelona ganó de calle.

Hace exactamente un mes, en el Círculo del Liceo, se celebró un acto que giraba alrededor de Juan Antonio Samaranch Júnior, vicepresidente del COI, para conversar sobre los JJOO de París. Júnior, como le llaman muchos, reconoció que el áurea de Barcelona-92 seguía muy, muy, presente en el movimiento olímpico, no solo entre sus dirigentes sino, incluso, entre los propios atletas. El glamour olímpico que desprendió Barcelona-92 sigue impregnándolo todo en el mundo de los cinco aros.

La Torre Eiffel con los anillos olímpicos

La Torre Eiffel con los anillos olímpicos / EFE/MARTIN DIVISEK

Cuentan que París se asemeja estos días a la Pamplona de los San Fermines, cuyos habitantes, o muchos de ellos, huyen de la ciudad dos días antes del chupinazo. Como explicábamos ayer, la apuesta de París es, de inicio, totalmente distinta a la de Barcelona. La capital francesa se ha convertido, al menos hasta mañana, en una cárcel para 300.000 habitantes. Nada que ver por la Barcelona abierta de 1992.

Todo parece indicar que, a partir de mañana, los controles se suavizarán, pero nadie ha dicho que así sea. Da la sensación de que la organización, el ayuntamiento y el gobierno francés han transformado París en un gran teatro para realizar el mayor espectáculo de todos los tiempos, con los vecinos enfadados. Una reciente encuesta de Ifop aseguraba que el 36% de los franceses sentían indiferencia ante los JJOO; un 23%, inquietud y un 5%, cólera.

En busca del éxito

Todos los que han vivido, desde dentro, unos Juegos Olímpicos aseguran que la ceremonia inaugural es el 85% del éxito del evento. Si la ceremonia sale bien, si los golpes de efecto del espectáculo salen redondos, luego, simplemente, se celebran 50 campeonatos del mundo juntos, al mismo tiempo, y eso es fácil de organizar y controlar, aunque el reciente escándalo del Argentina-Marruecos de fútbol lo desmienta.

Preparaciones para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Paris

Preparaciones para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Paris / EFE/YOAN VALAT

Y París ha jugado muy fuerte en su ceremonia de hoy a lo largo de seis kilómetros del río Sena. Hay quien piensa en Hollywood, en diez Super Bowl juntas. El riesgo es enorme y el despliegue de seguridad impresionante, lo nunca visto, con 40.000 policías y soldados. Vecinos, comerciantes, hoteleros, turistas, visitantes están deseando que se acabe la inauguración para empezar a disfrutar de los auténticos JJOO y, sobre todo, de París. El récord de venta de entradas ya se ha cumplido, vendiéndose, de momento, 8,7 de los 10 millones de entradas que se han puesto a la venta.

Son muchos los que piensan que, pese a todo, es seguro que el entusiasmo se apoderará de los parisinos en cuanto empiece, mañana, la competición y arranque el reparto de medallas, teniendo en cuenta que Francia siempre ha poseído una delegación muy, muy, fuerte en todas las especialidades y más, ahora, siendo el país anfitrión.