Que alguien le explique a Flick qué es el entorno antes de que se ponga a llorar

Es muy, muy, impactante pasar de la presentación del monstruo francés Kylian Mbappé a la del técnico alemán Hansi Flick. Es muy, muy, impactante pasar del inmenso y majestuoso Santiago Bernabéu a la sala de prensa del Barça. Es muy, muy, impactante oir a Mbappé decir “espero estar a la altura de la grandeza de este club” y escuchar al nuevo ‘mister’ azulgrana que él no tiene ni idea de qué es el entorno.

Ahora ya se puede decir, sin posibilidad alguna de equivocarnos: mejor hubiese sido que se hubieran ahorrado esta presentación. Mejor hubiese sido que Flick, que no tiene ni idea, ni la más remota idea, de donde está, hubiese seguido entrenando a sus chicos, hubiera viajado a EEUU, feliz, y, de regreso, haber afrontado su primera conferencia de prensa ya más enterado de todo.

Es más, ha estado sensacional Santi Giménez, el día de su santo, al decirle a Alex Santos, cada vez más desconsiderado con los periodistas, que “ojalá asistamos, sí, a más conferencias de prensa y que sean más jugosas que ésta”.

Fichaje presidencial

En serio, Flick no ha tenido que defenderse de nada ni de nadie, como era natural, pues lleva poco aquí. Pero de lo que sí nos hemos dado cuenta es de que es un auténtico marciano (no sé si en el buen sentido de la palabra, es decir, que ha caído con paracaídas en el Barça), que no sabe nada de nada y que hará lo que pueda con lo que le den. Eso, también ha quedado claro: sumisión absoluta a Laporta, que es quien decide, y palabrería con Deco, que esperará órdenes del ‘camarote’.

Laporta ha hablado de que Deco y Bojan se lo recomendaron “tras entrevistarse con Hansi”, pero, olvídense, Flick es un fichaje del presidente, por eso el alemán miraba al jefe cada vez que respondía una pregunta.

Laporta, de nuevo, protagonista del festín, ha vuelto a asegurar, sin dar un solo dato, un solo acuerdo, una sola cifra, que la salud económica del Barça es inmejorable. Pueden fichar a Nico Williams, hoy mismo, pero esperarán un ratito.

Y acabo. El viaje que el presidente le ha vuelto a meter, sin motivo alguno, a Xavi Hernández, ha sido de los que sirven para que Xavi lo borre de su móvil. No se puede decir, entre risitas, no tuvimos más remedio, “el club está por encima de todo y de todos” y, luego, afirmar, varias veces, que Flick llega “para renovar energías, aportar frescura pues está aquí por su disciplina, experiencia y seriedad”. Es decir, lo que no aportaba, al parecer, Xavi.

Cuando digo que Flick no sabe donde está (y no lo digo porque no le hayan explicado aún qué es el entorno), lo digo por dos frases que no han salido en esta soporífera conferencia de prensa, pero que las dijo (y repitió) en los medios oficiales.

Una, “el Real Madrid solo son dos partidos al año”. Por favor, que alguien le diga a este señor qué significa perder esos dos partidos 3-0 y 1-4. Y, dos, “a veces pienso que nos falta un jugador que pueda ganar los partidos”. ¿En serio? ¿Qué pide, que le fichen a Haaland?

Este hombre tiene mucha, mucha, suerte: de momento, no entiende nada. Mejor para él.