APUNTE

Talibanes del ADN, por Lluís Carrasco

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el día de la presentación de Barça Vision, en junio del año pasado.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el día de la presentación de Barça Vision, en junio del año pasado. / Alejandro García

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Momento interesante e ilusionante el que nos toca vivir. Parece que el F. C. Barcelona, consciente de la absoluta urgencia en la que estamos instalados tras un año sin tocar un triste metal, entra en el Rien ne vas plus definitivo en esta caprichosa ruleta de conseguir un Barça ganador.

Nico Williams como realidad inminente, Merino como necesidad y Dani Olmo como húmedo deseo, se plantean hoy como factibles cuando hace dos días no podíamos ni sabíamos cómo encarar con dignidad una imprescindible operación renove.

De una cosa no tengo duda: Si ven a Laporta excitado y el río suena (que lo hace), no me pregunten más, pero a alba del bocinazo final, nos sorprenderá de nuevo.

Y en esta situación de máxima expectación por descubrir qué planteará el más diferente de cuantos técnicos ha tenido el Barça este siglo, se ha activado de nuevo (si es que en algún momento no lo ha estado) el debate del modelo a ejecutar. 

Ya saben que un servidor ni es, ni quiere ser esclavo de tiempos pasados, y mucho menos de nuestra propia historia. Soy persona de vivir en presente, de trazar en inmediato y de proyectar en posible. Tal vez a alguno le moleste, que me consta, pero me tranquiliza oír tanto al jefe como al nuevo míster hablando una y otra vez de ganar. Me serena saber que la victoria vuelve a estar en la diana de cuanto se está trabajando, y la entelequia del juego bonito, su dogma de fe y su enfermizo ADN, queda de momento en compás de espera. No. Yo a lo que aspiro es que mi Barça juegue bien, muy bien… Llevamos demasiados años flagelándonos con patéticas derrotas en la búsqueda de un santo grial estilístico que no descifrábamos como implantar.

¿Qué creo que garantizará el nuevo curso bajo esta nueva doctrina de trabajo y sacrificio? Competitividad: Fútbol en mayúsculas para volver a ganar. No nos engañemos, para ganar hay que hacerlo bien, y a eso aspira toda la entidad, jugar bien y ganar. Y tiempo habrá para entrar en el discutible universo de hacerlo, además, bonito para algunos.