TRENDING BARÇA

La sobreprotección a Hansi Flick

Hansi Flick y la vaca que tumba el cubo de leche

Flick, en un entrenamiento con el Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Flick, en un entrenamiento con el Barça en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. / FCBARCELONA

Albert Guasch

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Hansi Flick ha empezado a trabajar en el FC Barcelona con un sigilo insólito. No se ha escenificado la presentación todavía, así que lo poco que le hemos escuchado ha sido en los medios del club. Dos lugares comunes y a resguardo. Nada aún de cuáles van a ser sus principios en la etapa azulgrana. Una protección a su figura realmente inusual. Si Xavi hablaba demasiado, Flick, de momento, nada. 

El bullicio de la Eurocopa ha ayudado a distraer a la maquinaria mediática de este silencio. Pero con el colofón del torneo continental y la gira norteamericana a la vuelta de la esquina (la expedición vuela el 28 de julio), la presión para oír su voz se hará más audible. Es de suponer que el departamento de comunicación no tardará ya en abrir la función.

De momento, se hace lo posible para evitar que Flick sea siquiera fotografiado. Las pocas imágenes que se han visto del alemán han sido difundidas por el club. Como este pasado sábado, en que apareció al lado de su nuevo staff, en el cual solo ha incorporado a tres miembros (Toni Tapalovic, Marcus Sorg y Heiko Westermann). La nube de reporteros que suele hacer guardia en la Ciutat Esportiva con cámaras y móviles en ristre está captando por ahora poco material.

La sobreprotección es tan grande que incluso cuando sale de Sant Joan Despí después de sus dobles sesiones de entrenamientos lo hace escoltado por personal de seguridad del FC Barcelona. Le gusta ir a un hotel de la ciudad. Y hasta ahí le guía la vigilancia del club.

En la terraza del hotel en cuestión le vieron tomarse un refrigerio con el exfutbolista Thiago y charlar sobre su posible incorporación al cuerpo técnico, la cual no se ha producido por el momento.

La barrera del idioma

Pasa horas en este hotel, pese a que ha encontrado casa en Barcelona. Algunos de los que han hablado con él (en inglés, su español está aún en pañales) le describen como una persona de trato afable, bonachona. ¿Resistirá toda la presión y la toxicidad del Barça?, se preguntan.

Múnich y el Bayern no han sido nunca un convento de monjas. Ahí se lanzan también puñales. Desde fuera y, los más peligrosos, desde dentro. Como aquí. Viene curtido, pues. Y la barrera del idioma seguramente le ayude a aislarse del ruido un poco mejor que su antecesor.

El técnico ha buscado desde el principio la proximidad y la complicidad con sus jugadores y les envía a menudo mensajes, incluidos a los últimos en participar en la Eurocopa. Lamine Yamal reconoció la pasada semana en una entrevista a Gerard Romero en ‘Jijantes’ que ha ido recibiendo felicitaciones y deseos de suerte de parte del alemán. Es de suponer que tardarán en verse las caras: Lamine necesitará ahora unas buenas vacaciones.

De hecho, Flick se ha puesto en marcha con pocos jugadores de la primera plantilla y desconoce si le llegará algún fichaje. Por ahora, cero. Como siempre, dependerá de algún traspaso o alguna ‘hebel’, que es como se dice en alemán, según el Google Translator, la palabra palanca. Cabe esperar que nadie le dijera que esto del Barça iba a ser fácil.