Andà p'allá, bobo

Mientras el Real Madrid presenta a Mbappé, el Barça esconde a Yamal

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Es posible, muy posible, que la gente piense que la caída del FCBarcelona a (casi) las catacumbas de la clasificación de la UEFA, al aparecer en el puesto 18 de la lista VIP que lidera el Manchester City, el Real Madrid y el Bayern de Munich (el Villarreal es 7º y el Atlético, 17º), sea, simplemente, porque lleva, de sus tres últimas temporadas, dos en blanco, con cero títulos.

Yo no creo que sea solo por eso. La situación del Barça actual demuestra, como ya han empezado defender muchas voces, que no hay nadie al mando. El Barça se dirige, se gobierna, como una mercería familiar, sin profesionales de prestigio en las distintas áreas de una empresa de casi 1.000 millones de euros y, sobre todo, con la sensación de que los que están al volante únicamente piensan en sobrevivir, en que no les muevan la silla y en sus intereses personales y familiares, que son muchos.

Cientos de ejemplos

Los ejemplos que demuestran que el Barça no tiene capitán aunque su presidente, Joan Laporta, insista en que “tiene el club en su cabeza”, aparecen día a día. Lo que ha ocurrido hoy, por ejemplo, es una prueba más de que nadie, absolutamente nadie, está pensando en el club, en su imagen, prestigio, relevancia, reconocimiento, reputación.

Justo pocas horas después de que España mostrase todo su poderío futbolístico, el Real Madrid, eterno rival del Barça, y su presidente Florentino Pérez, amigo de Laporta, vivieron uno de los días más felices de su historia, que es algo más corta que la del Barça, que, la próxima temporada, cumplirá 125 años.

La manera, el estilo, la parafernalia, el despliegue con el que el Real Madrid presentó al francés Kylian Mbappé contrasta con el silencio, pasotismo, aburrimiento, desconcierto, desconocimiento mostrado por el Barça en el arranque de la nueva temporada, repleta de incertidumbre, no solo en el aspecto económico donde todavía se espera un milagro después de ocultar, silenciar y esconder cómo se han cerrado las cuentas, si es que se han cerrado.

El francés Kylian Mbappé besa el escudo del Real Madrid en su presentación como nuevo jugador del club.

El francés Kylian Mbappé besa el escudo del Real Madrid en su presentación como nuevo jugador del club. / EFE

Mientras el Real Madrid enseña a la nueva joya de la corona a nivel planetario, el Barça esconde al técnico alemán Hansi Flick. Y, peor aún, a Lamine Yamal, que empieza a ser más Adidas que Barça. Cómo es posible que a nadie, ni siquiera a alguno de los multiples asesores que tiene Laporta (no sé, el señor que ideó la lona, por ejemplo; Enric Masip, tal vez, quién sabe; o todo el equipo, múltiple y muy bien pagado, de Comunicación), se les ocurriese contrarrestar el despliegue blanco con otro azulgrana.

Yamal, una bendición

Es muy posible, eso no lo niega nadie, que el Real Madrid haya contratado, por fin, al mejor futbolista del momento. Vale, perfecto. Pero todo el mundo sabe, hasta la Eurocopa se ha dado cuenta, que el Barça posee al muchacho del futuro, al niño de oro, a Lamine Yamal, que no solo ha ganado el premio al joven más valioso de la Eurocopa y, por tanto, del Viejo Continente, sino, también, también, a uno de los 11 futbolistas escogidos en el equipo ideal de ese campeonato.

No estoy hablando de contraprogramar nada. ¡Ni hablar! Una presentación del tamaño de la que ha organizado Florentino Pérez con Kylian Mbappé es imposible de neutralizar, de tapar, de disimular, de disfrazar, de contraprogramar. Estoy hablando de dar valor a lo mucho y bueno que tiene el Barça. Por qué no se le ha ocurrido a nadie del Barça organizar, hoy mismo, una fiesta, una ceremonia, un acto, una felicitación, un ‘bienvenido campeón’ a Lamine Yamal.

Lamine Yamal recibe el trofeo a mejor jugador joven de la Eurocopa 2024.

Lamine Yamal recibe el trofeo a mejor jugador joven de la Eurocopa 2024. / Frank Augstein / AP

Yamal ha llegado a Barcelona con el trofeo al mejor joven de la Eurocopa y el áurea de jugador del futuro (y presente, claro), que nunca, jamás, había tenido jugar alguno a esa edad, con ese fútbol y desparpajo. Y Yamal es puro producto de La Masia. Tanto hubiese costado recibirlo como se merece, arroparlo, por ejemplo, con Gavi, Pedri, Fermín, Cubarsí (aunque esté de vacaciones), Iniesta, que ha vuelto a aparecer, Bojan e, incluso, sí, sí, por qué no, el mismísimo Xavi Hiernández, que fue el Johan Cruyff de Yamal al darle la oportunidad de su vida, que el niño supo aprovechar a las mil maravillas.

Tanto hubiera costado celebrar una pequeña fiesta, una felicitación, una bienvenida, sin la majestuosidad de la del Santiago Bernabéu, para que el mundo supiese que el ‘bambino de oro’ es azulgrana, es de la casa, es fruto del ‘mès que un club’ y acaba de proclamarse flamante campeón de Europa.

El problema, por eso ese lamentable 18º puesto en la clasificación UEFA, es que en el Barça solo piensan en ellos. Me refiero, al presidente y sus directivos. Y al cuñadísimo, claro.

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