Andà p'allá, bobo

"Venga, chavales, vamos a meterles un meneo a estos ingleses"

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Uno de los asistentes, componente habitual del cuadro técnico de Pep Guardiola y, posteriormente, del desaparecido Tito Vilanova, cuando, en charla desenfadada, hablaba con familiares y amigos de toda la vida sobre lo (demasiado) jóvenes que eran los canteranos de La Masía que ascendían al equipo grande, les contaba siempre el mismo argumento: “Esos chavales, cuando saltan al campo con el Barça, llevan en sus cuerpos y en sus cabezas, mil partidos comprometidos, mil encuentros a vida o muerte, mil duelos con el rival de toda la vida, de su edad, de su ciudad, de su país y hasta del mundo”.

Y añadía: “Deberías de haber visto a Xavi Hernández, con nada, con 17 años, diciéndoles a sus compañeros en el túnel de vestuario, pocos encuentros después de debutar, en agosto de 1998, ‘venga, chavales, vamos a meterles un meneo a esta gente’. Esa frase, ese deseo, esa seguridad, esa determinación la llevaba repitiendo Xavi en todas las categorías por las que pasó fuese benjamines, alevines, infantiles y juveniles. Porque en todas tuvo decenas y decenas de partidos a ‘cara de perro’, que tenía que ganar, sí o sí, porque es el Barça y con esa camiseta no se puede perder”.

Con gran desparpajo

Pensaba en todo esto porque no estamos hablando solo de la última camada de La Masía (Ansu Fati, Cubarsí, Fermín, Gavi, Fort, Guiu, Balde….), no, no, estamos hablando de un montón de jóvenes que han convertido a la selección española de fútbol en el sueño de cualquier país y, sobre todo, en materia prima maravillosa y robusta para poder conquistar títulos, sea o no esta Eurocopa, en los próximos años.

Cuando Xavi decidió hacerlos debutar a todos, públicamente, en sus conferencias de prensa, expresaba su sorpresa por el desparpajo que esos niños, esos jóvenes, mostraban sobre el campo. ¡Mentira! Él sabía, mejor que nadie, por experiencia propia, que si alguien no le iba a fallar eran esos cachorros, acostumbrados a la presión, al tener que ganar y a la sensación de que solo les sirve la victoria.

Lamal

Lamal / RFEF

“Esos niños no se asustan”, me sigue explicando el que fuese ayudante de Pep y Tito. “Tú fichas a alguien de fuera, de idéntica calidad o superior, lo haces debutar en el Camp Nou y, al primer rum-rum que detecta en las gradas, se viene abajo. Éstos, no, estos han jugado mil veces contra el Real Madrid, contra el Espanyol, en todas las edades y en todas las competiciones. LaLiga Promises, el torneo Nacional de Villarreal, la MICFootball, cualquiera de esos torneos internacionales, eran para ellos la final de la Champions”.

El desparpajo, el atrevimiento, esa manera de jugar que parece que estén en el recreo del cole que tienen Nico Williams y/o Lamine Yamal, forma parte de su formación. Cierto, se les presiona demasiado, demasiado jóvenes, niños, se les obliga a ganar siempre, pero eso forma parte de su aprendizaje y, sobre todo, de su fortalecimiento físico, mental y deportivo para que, cuando lleguen a la cima, no se asusten.

“Si mi equipo es mi equipo, si mi equipo juega como sabe, si mi equipo juega como ha jugado hasta ahora, que se preocupen los otros, yo estoy tranquilo”

Johan Cruyff

— Entrenador holandés del FCBarcelona

No es solo Barça-Madrid, Espanyol-Barça, es Sevilla-Betis, Madrid-Atlético, Athletic-Real Sociedad, Deportivo-Celta…”Peor aún, esos chicos, en sus clubs, en las canteras de sus clubs, pasan una criba cada año para saber si seguirán o no en la escuela, para saber si les escogen o no, para dar el salto a la siguiente categoría o no. Son exámenes durísimos, no solo físicos o deportivos, también mentales, donde deben estar preparados a imponerse a compañeros que son tan buenos o más que ellos. Y, si no son seleccionados, irse a otro club y demostrar que son buenos.

El inglés Phil Foden durante el partido de semifinales entre Holanda e Inglaterra

El inglés Phil Foden durante el partido de semifinales entre Holanda e Inglaterra / AP

Y esa carrera de obstáculos también la comparten, muchos de ellos, en las distintas categorías con la selección. La fuerza de ‘La Roja’ de Luis de la Fuentes se fundamenta, dicen, en que muchos se conocen desde Sub-17, desde Sub-19, donde, incluso, tuvieron al propio seleccionador de entrenador. Es posible, sí, que eso les permita entender la competitividad, la rivalidad, el deseo y las ganas de ganar de una manera distinta a los demás.

No sería, pues, extraño que, antes de saltar mañana al campo, alguien, quien sabe igual Yamal, Nico o Fermín les grite a sus compañeros en el túnel: “Venga, vamos a meterles un meneo a estos ingleses, que se creen que han inventado el fútbol”.

Algo está muy claro: España sale favorita, clara favorita para ganar. Lo han ganado todo, todo. Y los ingleses, lo saben. Saben que pueden perder. Ya lo decía Johan Cruyff: “Si mi equipo es mi equipo, si mi equipo juega como sabe, si mi equipo juega como ha jugado hasta ahora, que se preocupen los otros, yo estoy tranquilo”.

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