Andà p'allá, bobo

Sube el precio de todos: bueno para España; malo para el Barça

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ojo que no vaya a ser que el fútbol sea un deporte que juegan 11 contra 11 y siempre acaba ganando España. Ojo que no suceda que todos aquellos que no creyeron en esta selección, entre otras cosas porque parecía dirigida por un curita, cuya única virtud es tener el móvil de Dios, van a tener que pedir perdón, todos juntos, ante todas y cada una de las lecciones que estos monaguillos (algunos sí tienen edad de ayudar en misa) están impartiendo en los estadios alemanes, que parecen, sí, auténticas catedrales.

Son tan fantásticos, tan originales, tan suyos, tan especiales, tan españoles, tan chulitos, que llevaban todo el Europeo sin encajar un gol y van y se lo meten ellos. Son tan capaces que llevaban todo el campeonato marcando ellos el ritmo y liderando siempre el marcador, que se pidieron una remontada para, como me dijo ‘Pichi’ Alonso el otro día, “quiero ver cómo reacciona esta España, cuando deba remontar, cuando un partido se le ponga cuesta arriba”. Pues ahí la tienes, Ángel, respondió con más fútbol y más goles.

Nico Williams celebra su tercer gol con Lamine Yamal

Nico Williams celebra su tercer gol con Lamine Yamal / REUTERS/Wolfgang Rattay

Vale, sí, cierto, Georgia no era una piedra de toque como para lanzar las campanas al vuelo, pero, al parecer, tampoco lo era ¿verdad? Croacia, que había sido subcampeona del mundo, y cayó por goleada; o no lo era Italia, sí, Italia, que es la vigente campeona de Europa, y se debió llevar cinco. Ahora vienen los alemanes y en casa. Vale ¿y?, que se preocupen ellos. España sigue con sus 12 de 12, cosa que no ha hecho nadie.

Da gusto ver jugar a los titulares y a los suplentes españoles. Da gusto verles dominar el partido, marcar el ritmo e imponer que se juegue a lo que ellos quieren: posesión, verticalidad, ir ‘palante’ desde el minuto uno y que los demás se preocupen de esos dos cuchillos, llamados Nico Williams y Lamine Yamal, que, encima, se han hecho amigos, colegas, víboras. Toda la selección, toda, brilla a un nivel excelente y, sobre todo, con una verticalidad y ganas de ser los putos amos del partido que, aunque les pillen el truco, tienen tantas maneras de hacerte daño, de matarte, de ganarte, que irán probando trucos, cuya magia tardarán en descubrir los adversarios.

Fabian Ruiz celebra el gol que dio la ventaja 2-1

Fabian Ruiz celebra el gol que dio la ventaja 2-1 / RONALD WITTEK / EFE

Pero, de momento, esos dos estiletes de las bandas, Nico y Yamal, cuyo precio empieza a ser estratosférico (se han puesto más caros que Kylian Mbappé: bueno para España; malo para el Barça) son las dos maneras, los dos estilos, con los que abrir la lata del rival.

Uno porque, además de desborde, tiene un chut mortal y el azulgrana, porque tiene un guante en su pie izquierdo, casi, casi, a la altura del niño Leo o del pequeño Diego. Vaaaaale, no es para tanto, pero denme vida para verlo y nos reiremos juntos de la comparación.

El Barça tiene a Yamal y sabe que, cualquier día de estos, el pillo y oportunista Jorge Mendes, algo más que amigo de Joan Laporta, pedirá ya revisión de contrato, importándole poco que acabe de firmar uno.

Y el Barça quiere, dicen (bueno, en el Barça dicen tantas cosas), al pequeño de los Williams, pero, a partir de ahora, lo quiere medio mundo, sobre todo el medio mundo millonario, cosa que el Barça dejó de ser hace ya un puñado de años. Eso, por no hablar, también, también, de Dani Olmo, que acabará quitándole el sitio a Álvaro Morata en el equipo titular rojo y que también le hace tilin al Barça.

No deja de ser curioso y duro para los actuales mandatarios del Barça, que lo mejor que tienen proceda de la herencia del pasado: el bicampeón femenino europeo y Cubarsí, Gavi, Fermín y Yamal, que se los inventó Xavi Hernández, que acabó siendo expulsado del paraíso sin conferencia de prensa de despedida.

Dani Olmo celebrando con Mikel Merino y Nico Williams tras anotar el 4-1

Dani Olmo celebrando con Mikel Merino y Nico Williams tras anotar el 4-1 / ROBERT GHEMENT / EFE

Yamal se ha ido a la Eurocopa a aprobar la ESO y, mientras, juega a fútbol en el patio del ‘cole’, solo que aquí él no puede escoger a sus colegas, son sus colegas los que quieren jugar con él, porque saben que es el que les hace ganar.

Como dijo el sabio Oyarzabal el otro día “si quieres ser campeón, debes ganarlos a todos, no importa el orden de aparición”. Así que, que pase Alemania, con su reluciente, pulcro y blanco Kroos, que podría tener el honor de ser despedido del fútbol por esta impresionate ‘Roja’.

Ya les aseguro yo, que los alemanes están bastante más preocupados que nosotros. Ellos sí se la juegan. Y ya les aseguro yo que, cuando vieron el lado del cuadro donde caían, hubiesen cambiado de lado. Kroos, que sabe más de fútbol que nadie, ya les ha contado cómo es ‘La Roja’, que, insisto, está a punto de cambiar esa cantinela que asegura que “el fútbol es un deporte que juegan 11 contra 11 y siempre acaba ganando Alemania”. No sé yo.

Suscríbete para seguir leyendo