LAS CLAVES TÁCTICAS

El España-Georgia en tres flashes: pasividad, latigazo de Rodri y el poder de los extremos

España vuela con Lamine Yamal, golea a Georgia y se cita en cuartos con Alemania

Rodri y Fabián Ruiz dan jaque mate a la Georgia de Sagnol

Lamine Yamal lanza una falta desde fuera del área junto a Nico Williams en la victoria sobre Georgia.

Lamine Yamal lanza una falta desde fuera del área junto a Nico Williams en la victoria sobre Georgia. / @SEFutbol

Marcos López

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Reaccionó España para golear a Georgia (4-1) y citarse con Alemania en los cuartos de final de la Eurocopa. Y lo hizo desde un ejercicio de paciencia y, sobre todo, juego por las bandas. En la primera parte, estuvo la España de Luis de la Fuente inclinada a la izquierda con el regate irreverante de Nico Williams.

En la segunda viró hacia la banda derecha para que Lamine Yamal exhibiera un catálogo infinito de recursos técnicos. Pero ganó la selección con los goles de sus centrocampistas: Rodri desde fuera del área y Fabián Ruiz llegando como un viejo delantero centro, sostenida, en todo momento por ese par de endemoniados extremos.

Kvaratskhelia celebra el 0-1 de Georgia con Kababadze y Chakvetade a la selección española.

Kvaratskhelia celebra el 0-1 de Georgia con Kababadze y Chakvetade a la selección española. / @EURO2024

Actitud contemplativa y desgracia en el 0-1

El gol de Georgia tuvo un aire trágico. Como cualquier gol que recibe España. Además era el primero que encajaba en la Eurocopa. Y, en realidad, no se lo marcó el rival sino fue el cuerpo de Le Normand, quien en un gesto extraño para un central, se hizo un lío enviando la pelota a la red de un desconcertado Unai Simón.

El problema no estuvo únicamente en el final de esa desgraciada jugada sino en su origen donde ni Carvajal, ni Rodri, ni tampoco Laporte tuvieron la energía defensiva para evitar la tragedia. Coincidieron todos en una actitud contemplativa que permitió que la pelota transitara de lado a lado hasta llegar al flanco derecho donde cabalgaba Otar Kakabadze, quien centró al área del meta vasco. Había hasta cinco defensas españoles pendientes de la única amenaza de Kvaratskhelia, quien ni necesitó tocar la pelota para adelantar a Georgia. Ese trabajo se lo hizo Le Normand.

Rodri conecta el zurdazo desde fuera del área que supuso el 1-1 de España contra Georgia.

Rodri conecta el zurdazo desde fuera del área que supuso el 1-1 de España contra Georgia. / @SEFutbol

Un zurdazo de Rodri abrió el camino

Ese gol en propia puerta de España le llevó a un territorio desconocido. Nunca había estado en esta Eurocopa por detrás del marcador. Tampoco había recibido ningún tanto. Eso le llevó a un impacto emocional del que le costó recuperarse. Pero lo hizo a través del balón. No tenía la pelota con aire burocrático sino con intención como se demostró en el tanto del empate. Tuvo paciencia para mover el balón de lado a lado.

De la derecha a la izquierda teniendo Nico Williams la pausa necesaria para detectar la silueta de Rodri en la frontal del área. Y al disparo 16 de la primera mitad (m. 39) llegó la recompensa con ese ajustado zurdazo de Rodri, un medio centro que ha añadido gol a su sabiduría futbolística. Goles que valen un tesoro, Si no que se lo pregunten al City al que dio la Champions que tanto ansiaba.

Nico asiste y marca; Lamine Yamal asiste

No es lo que juegan sino también lo que amenazan. Hubo un tiempo en que era la España de los centrocampistas. Ahora, ya no. Ahora es la España de los extremos. Tipo joven es Nico Williams. Tiene 21 años. El otro es un adolescente porque Lamine Yamal está a punto de cumplir los 17. Ambos son los motores de una España vertical, venenosa y, sobre todo, inmensamente profunda. El 1-1 nació de una asistencia de Nico a Rodri.

El 2-1 pertenece a la creatividad de Lamine quien puso la pelota en la cabeza de Fabián Ruiz. Y el 3-1, cansados ellos de asistir a los demás, se lo inventó el extremo del Athletic quien cabalgó a campo abierto tras un gran pase del centrocampista del Paris SG. Corrió y pensó. Corrió y regateó. Corrió y paró antes de soltar un derechazo imponente para demostrar que España vive feliz con un par de chicos atrevidos y llenos de talento. En el 4-1, obra de Dani Olmo, fue el único en el que no hubo intervención directa de los extremos.

Con Nico y Lamine puede España hasta mirar a los ojos de Alemania.