Sigan intentándolo

Estamos en Primera División. Le pese a quien le pese y le duela a quien le duela. Son muchos quienes se apuntan a una absurda moda al creer que hacer mofa del Espanyol en sus cuentas en redes sociales sumarán 50 seguidores. Pero no pasa nada. Sigan intentándolo.

Sigan burlándose del RCD Espanyol: muestren su prepotente risa y saliven cómo el gigante cuando machaca al enano. Suelen ser los mismos que prescriben desde la solidaridad para con los pequeños, los mismos que desde su tono chulesco parece que nos den permiso a los pericos para que existamos o ganemos ocho partidos, pero no más, porque molestamos.

Un caso idéntico al que ha sufrido el Girona esta temporada: en principio mucha simpatía, pero cuando los de Míchel han demostrado jugar al fútbol se ha sustituido el encanto y la gracieta por el desapego, hasta llegar al desprecio. Es así.

Existen también quienes, instituciones catalanas incluidas, no soportan nuestro nombre, el de una entidad de casi 124 años de vida fundada por estudiantes catalanes. Creen que tras su insistente bilis se producirá tal revolución que sucumbirá a sus críticas y nos acabemos llamando Real Club Deportiu de Barcelona. Jajaja. Sigan intentándolo.

Mediáticamente, en medios generalistas, privados o públicos, existimos poco. Se escribe del Espanyol de forma regular en El Periódico que tiene usted en sus manos y muy poco más. Suerte de algunas iniciativas privadas en prensa, radio y digitales. En otros lares del país este desapego resulta tan impensable como insultante. Pero no pasa nada. El club y su gente pervive.

Claro, somos los de la gorra reversible y filial oficial del Real Madrid. Tan solo una miopía mental anima a algunos seguir escribiendo tal teoría, pese a que con estadísticas en la mano, hemos obtenido más puntos ante el Madrid que contra el Barça. No pasa nada, sigan escribiendo.

Y si usted se ha sentido aludido en este artículo, usted es uno de ellos. No pasa nada. Real Club Deportiu Espanyol de Barcelona. Desde 1900. Siga intentándolo.