Andà p'allá, bobo

Buscando la manera de volver a engañar a LaLiga para poder fichar

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Hoy, jueves, se celebra la última junta directiva de la temporada en ‘can Barça’, aunque las importantes, ya se sabe, son las reuniones paralelas entre Joan Laporta y su ‘camarote’ en el despacho oval del presidente. Esas son las buenas, las que valen. La de hoy, la del supuesto fin de curso, será, tal vez, parecida a aquella en la que la mayoría de directivos le dijeron a Laporta que debía aceptar la dimisión (o despedir) a Xavi Hernández y ya saben ustedes cómo acabó aquello.

Es decir, que la junta de hoy será, más o menos, entretenida, tal vez porque se contarán los unos a los otros dónde van a pasar sus vacaciones, pero me temo que no servirá para nada. Tal vez algún sensato dirigente se atreverá a preguntarle al presidente, cómo van a cuadrar la cuentas. No creo que se atreva a preguntárselo a Rafa Yuste, ni siquiera al tesorero Ferran Olivé, que, por cierto, es médico y cirujano, pero no sé si sabe mucho de economía. Es seguro que Laporta le dirá lo que nos dice a todos: “No te preocupes, el único que tiene el club en la cabeza soy yo; lo arreglaremos, todo va viento en popa”.

¿Qué se sabe de Nike?

Y ahí estamos. Parece ser que, aunque no tenga mucho que ver (o sí, pues dependería de la compañía auditora, que ya ha dejado de ser una de las Big Four: PwC, Deloitte, EY y KPMG), los 100 millones de premio, de bonus, de adelanto de la renovación con Nike, no cuentan o no van a entrar este mes.

Y es que, contrariamente a lo que pregona Laporta, quien tiene la sartén por el mango en este caso es la firma norteamericana. Uno, porque Laporta los ha maltratado públicamente, tratándolos de marca menor (¡a la Coca-Cola de la vestimenta deportiva!), menospreciándolos, amenazándoles con romper el contra, que dura hasta el 2028, y diciéndoles que no les necesita porque fabricará su propia ropa. De broma. De chiste.

Sigo. Dos, porque Nike ganó un juicio en España y el Barça no puede, de ninguna manera y por ningún motivo, romper el contrato en vigor. Tres, que es lo más significativo y lo que está haciendo que Nike aproveche la ocasión para, sí, adelantar 100 millones, pero sacarle los ojos al Barça, que no a Laporta, ni a Yuste, ni a Olivé, en los próximos 15 años. Y, cuatro, si el Barça tiene prisa por conseguir un adelanto y disfrazarlo de palanca y triunfo, que se espere.

Víctor Font y Joan Laporta, en el Camp Nou.

Víctor Font y Joan Laporta, en el Camp Nou. / JAVI FERRANDIZ

Por cierto, con todo este vodevil, sí, similar al me voy, me quedo, me despiden, me renuevan, 'a lo Xavi Hernández', Laporta lo que ha conseguido, de momento, es cabrear sobremanera a Puma, la otra gran firma de ropa deportiva, que se siente utilizada por el ‘mès que un club’ para elevar el precio que debe pagar Nike por el nuevo contrato.

Así que el último ruido, los últimos rumores, las últimas chapuzas, las últimas maniobras vestidas de palancas, para maquillar los números, parecen ser que van desde renegociar el contrato con Spotify, darles más años (más futuro vendido) y que adelante más dinero; vender, ¡ya!, algún futbolista caro, no a Marc Guiu; meter a algunos proveedores importantes en Barça Studios y, sobre todo, buscar alguna fórmula que no sea tan tramposa como Libero para convencer a Javier Tebas, presidente de LaLiga, para que les deje fichar.

Tebas y la Ligue 1

Y es aquí donde, de nuevo, volvemos a la maniobra última, desesperada, de solos en la madrugada. Buscar dinero, algo de dinero, para volver a engañar a Tebas, que, según cuentan, está encantado de dejarse engañar (antes sin saberlo y, ahora, mirando hacia otro lado), para facilitarle al Barça la posibilidad de que fiche y evitar así que LaLiga se convierta en la Ligue 1 francesa, en la que el PSG, es decir, el Real Madrid de Kylian Mbappé, se pasee del minuto uno al último segundo de campeonato.

Está acabando el mes de junio y el Barça no abre la boca sobre cómo están sus cuentas. Bueno, sí, al igual que con las obras del Espai Barça, cuentan que todo va de maravilla y a su ritmo. De los trabajadores contratados en condiciones infrahumanas no dicen nada. Miren si estará mal el asunto que el amigo de Laporta, el economista Xavier Sala-i-Martín, catedrático de Columbia ¡ojito! y experto en competitividad, finanzas, desarrollo y crecimiento ¡casi nada!, que solía aparecer en defensa del Barça y su amigo, ni está ni se le espera. ¡Miau! Será que sabe los números y no se atreve a defenderlos.

Esperando a Font

Y hoy, es decir, este jueves, Víctor Font, ‘el candidato’, vuelve a escena. Es posible, quien sabe, que sepa mucho más que nosotros. Es posible, tal vez, que nos enseñe algunos de los conejos que Laporta-Yuste-Olivé-Echevarria-Masip-Manana guardan en sus chisteras. Es seguro que avisará de que les quieren engañar, de nuevo. Al ‘socí’, al que no se le debe engañar, pues aún sigue siendo el dueño.

Es posible, no lo creo, sería muy fuerte, que Font se presente con información privilegiada, fruto de la comida que mantuvo, el pasado 11 de marzo, con Eduard Romeu, (aún) vicepresidente económico de Laporta, en el restaurante Petit Comité, de Carles Gaig, justo un día antes de presentar su dimisión.

Sé que es imposible, lo sé, pero esto cada vez tiene peor pinta.

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