Messi defiende la corona de Argentina en la Copa América

En Estados Unidos, el país del mundo donde sucede todo, se vive el inicio de la Copa América, título que ostenta la Argentina de Messi, logrado en Maracaná, el templo de Brasil. Arranca un torneo, que será transmitido por TV-3 de forma íntegra, con 16 selecciones (10 de la CONMEBOL y seis de la CONCAFAF) divididas en cuatro grupos que se extenderán por 14 ciudades del país que acogerá el próximo Mundial de fútbol en 2026.

Aunque todo nace y acaba en la figura de Leo Messi, quien desde su llegada al Inter Miami ha transformado el 'soccer'. Por eso, la Copa América se convierte en otro escaparate para que el exazulgrana siga demostrando a los 37 años que su fútbol no tiene fecha de caducidad.

Fue hace tres años cuando derrotó a la ‘seleçao’ el punto de partida para su apasionado, y ahora sí, verdadero amor albiceleste. Entonces, dio la vuelta olímpica al sagrado hogar de Brasil en la antesala de lo que sería después coserse la estrella de campeón del mundo en Doha. Alcanzada la eternidad con su triunfo en la final sobre Francia, Messi vive aliviado.

La obra de Scaloni

Coincide esta cita entre las mejores selecciones de Sudamérica, con la novedad de la invitación a Canadá, rival de Argentina en el partido inaugural, con la Eurocopa. Esa cohabitación en el calendario ha provocado un cruce de declaraciones entre las estrellas (Mbappé y Messi lo abanderaron) sobre la dificultad.

El viejo pulso entre Europa y Sudamérica que se libra a distancia. No solo en los estadios sino también en las salas de prensa. 32 selecciones en Alemania; 16 en Estados Unidos.

Y Argentina, con Scaloni, el entrenador que no tiene ideología ajena –no es ‘menottista’ ni tampoco ‘bilardista’- se prepara para defender el galardón que abrió la puerta del museo de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino). Sirve, además, como test para Messi y Di María, los últimos mohicanos de una generación que de perdedora que era (solo tenían el oro olímpico de Pekín-2008) se pensó que jamás ganarían.

Brasil vive en la confusión

Han ganado Copa América y Mundial y en Estados Unidos ambos delanteros se probarán para constatar si están en condiciones de jugar dentro de dos años en la defensa de la estrella que llevan cosida al corazón. Argentina sabe lo que tiene. Y a lo que juega. Y con quién juega. Brasil, la otra gran candidata, lleva años, en cambio, sin saber lo que quiere ser.

Sabe lo que fue. Pero hace tiempo que perdió la brújula quedándose en el camino sin Neymar, desaparecido de la elite por sus problemas físicos y su voluntario exilio a la riqueza que le entrega Arabia Saudí. Se entregan las llaves de la ‘seleçao’ a Dorival Junior, un seleccionador acosado por la urgencia de dotar de credibilidad a un equipo desacreditado que vivirá del regate y el descaro de Vinicius, arropado por Rodrygo, quedando siempre la irreverente luz de Savinho, la sensación que estalló en Montilivi.

A la espera de saber, además, el papel de Raphinha, quien sorprendió con su anuncio de que estuvo a punto de dejar el fútbol, mientras emerge la juvenil figura de Endrick, el talento por quien el Madrid ha invertido una fortuna para traerlo lo antes posible a Europa. Vitor Roque, la apuesta invernal azulgrana, no figura en la lista definitiva y tendrá que ver la Copa América por televisión.

La locura de Bielsa con Uruguay

Ese torneo que estimula, aún más si cabe, el sentido de pertenencia del fútbol a su gente, donde hay locuras como la de Bielsa con Uruguay que generan expectativas irrefrenables. Digno de estudio que un país tan pequeño (apenas tres millones y medio de habitantes) sea tan inacabable en la producción de futbolistas con calidad y, sobre todo, carácter.

Retirado ya Cavani, viviendo los últimos días de Luis Suárez, siempre hay algo que le coloca como favorito. Jugaron sin complejos y ganaron a Argentina en la Bombonera (0-2). Igual hicieron antes con Brasil en el Estadio Centenario de Montevideo (2-0).

O sea, palabras mayores para un grupo de jugadores que siguen, y casi de forma fanática, las órdenes de Bielsa. Es un nuevo Uruguay, pero, a la vez, un viejo Uruguay donde cambian las piezas -Valverde (Madrid), Araujo (Barça), Ugarte (PSG), Darwin Núñez (Liverpool), Betancur (Tottenham)-, pero la esencia se mantiene indestructible.

Al tiempo que se produce una sustancial modificación de su idea táctica. Pasa con Bielsa de jugar a 40 metros de su portería a hacerlo, y sin miedo alguno, a 70 metros. Y en el camino Bielsa ha encontrado un guardameta fiable en la figura de Sergio Rochet, quien suple al histórico Muslera.

Hay 16 países y una estrella que acapara todas las miradas. Messi no solo defiende la corona de la Copa América, sino que también se está probando para ver si llega al Mundial dentro de dos años. Y, de nuevo, en Estados Unidos, su nueva casa.