Opinión | Apunte

Lluís Carrasco

Lluís Carrasco

Publicista

Cuando el fútbol es un chollo, por Lluís Carrasco

El portero Unai Simón, ante un cartel de la selección española para la Eurocopa.

El portero Unai Simón, ante un cartel de la selección española para la Eurocopa. / Lluís Gené / Afp

De siempre, se ha oído la cancioncilla de que no hay que mezclar política y deporte, pero también de siempre, quien suele proferir dicha altisonante sentencia, suele ser quien ostenta el poder. No nos engañemos, el deporte tiene y contiene connotaciones políticas, y eso no es ni bueno ni malo, simplemente "es". Ya en los inicios olímpicos, allá por el 776 AC, los pueblos del antiguo imperio griego se encontraban cada cuatro años para dirimir poderes y competir, y no lo hacían para saber qué atleta era el mejor, sino para decidir en la lucha qué pueblo era el "más fuerte…".

Mucho ha llovido desde entonces, pero una cosa se ha mostrado inalterable al tiempo: el orgullo nacional y por lo tanto político que emana de la propia competición y que no disimulan sus vencedores, ondeando símbolos políticos con ufana y lógica satisfacción y vanidad.

Y aquí tenemos la Eurocopa, y un servidor que no se siente social e íntimamente representado por ninguna selección pero que se tiene por una persona absolutamente respetuosa con las diferentes sensibilidades nacionales, devora, día sí día también, todos los partidos que es capaz de seguir. Por proximidad social, apegos, amigos y presencia de jugadores azulgrana, observo con simpatía la andadura de la selección española deseando lógicamente que a los míos les vaya bien, y los míos son los que abrigan en su pecho un corazón azulgrana. Y debo confesarles que, con la Eurocopa en este caso, pero al igual que con el Mundial o con la Copa América, esto de ver futbol de quilates sin la angustia, la pasión y a veces el pánico de no cosechar la victoria, es una experiencia tan inaudita como gratificante y una forma pausada y analítica de ver este deporte que tanto me llena y tanto ocupa hoy mi vida profesional… ¡Un chollo, vamos!

Pues sí, por una vez puedo soltar sin hipocresía eso de… "¡Que gane el mejor!".

Y si el mejor es España, espero brindarlo con muchos de ustedes compartiendo su felicidad, que, a la hora de celebrar, no deben haber manías ni agonías…

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