Opinión | Apunte

Sergi Mas

Sergi Mas

Periodista

Cornellà necesita su primera noche histórica, por Sergi Mas

Braithwaite, en una jugada del partido ante el Sporting.

Braithwaite, en una jugada del partido ante el Sporting. / RCDE

Nuestro estadio, nuestra nueva casa, será muy nueva, pero en breve cumplirá 15 años. Y creo firmemente que este nuevo recinto de Cornellà-El Prat todavía no ha vivido una noche histórica. Sólo una. De aquellas que llegas a casa tarde, reventado, emocionado y sin voz. Y creo que puede ser este jueves. Ha de serlo. Nos quedará otra, pero la primera debe ser ahora. Claro que recordamos aquella clasificación a la UEFA de la mano de Rubi en el banquillo, pero era por la tarde. El matiz es diferente. 

Para que la noche sea épica implica tomar un Trankimazin antes de las ocho de la tarde, y empezar a sumar imponderables, como encajar un gol en los primeros minutos del partido, empatar y volver a encajar otro… Y darle la vuelta al marcador en el tiempo añadido. 

Porque tiras de memoria y recuerdas que Sarrià vivió muchas tardes históricas, que por desgracia y por el tiempo muchos no vivimos. Tardes, sí. Pero noches, pocas. Y si hablamos de épica, estoy obligado a recordar las eliminatorias europeas de la UEFA 86-87 que servidor vivió ya de forma profesional, in situ, micrófono verde de Cadena Catalana en mano y cuando nos dejaban estar junto a los banquillos.

Qué envidia siento ahora. Los gritos de mi entonces jefe, José Luis Fernández Abajo, me retumbaban en los auriculares y se hacía difícil articular palabra. Cada noche superaba la épica de la eliminatoria anterior: el aguacero del día del Borussia, el Milan y el Inter, los desconocidos del Vitkovice, el Brujas y la final ante el Bayer Leverkusen. Sarrià se quedó pequeño de la misma forma que cinco años antes vio cómo sus gradas estaban abarrotadas en los tres mejores partidos de la historia de todos los Mundiales entre Brasil, Argentina e Italia. Albergar esos partidos fue un golpe de suerte que nadie nos podrá rescatar. 

Nos falta una noche histórica, inolvidable, para recordar toda la vida y que permitan bautizarlas bajo el título de: "¿Te acuerdas la noche del Sporting?". Pues eso.