Jessica Castelló, primera campeona del Ultimate Padel: "El pádel todavía no ha llegado ni al 50% de su potencial"

¿Cómo empezó en el pádel?

Como la mayoría, antes jugaba al tenis. Mi padre desde pequeñita me animó a darle a la raqueta. Aunque cada vez hay más niños y niñas que empiezan directamente con la pala, todavía lo más habitual es empezar por el tenis. 

¿Por qué cambió?

Competía a nivel nacional, jugué algún ITF hasta los 18 años, pero me saturé. Vi que mi carrera en el tenis no iba a llegar a nada más y decidí dejarlo. Entonces conocí el pádel. Empecé con amigos, jugando por hobby, pero me enganché y volví a competir. En 2016, con 19 años, entré en el circuito valenciano y ahí despegué. 

¿En qué punto de su carrera se encuentra?

Espero que me queden muchos años todavía (ríe). Llevo solo seis y presiento que es el inicio de una etapa que durará mucho más. Me encanta mi trabajo y sé que el pádel formará parte de mi vida siempre, incluso cuando deje de ser profesional. 

¿Cómo es usted como jugadora?

Creo que soy una jugadora agresiva, táctica y sorprendente. Los partidos que más disfruto siempre son las rondas finales, cuando te juegas algo y la presión aumenta. Juego en el revés y es mi posición natural porque se acopla 100% a mi estilo de juego. Me gusta mucho subir a la red y probar jugadas diferentes.

En estos últimos años, el pádel ha vivido un crecimiento exponencial, tanto a nivel mediático como en número de practicantes. ¿Cómo lo ha vivido desde dentro?

El pádel todavía no ha llegado ni al 50% de su potencial, pero va por buen camino. Es un deporte que hace afición. Engancha a mucha gente y puede atraer a mucho público. Cuando empecé, la mayoría de competiciones eran en España, pero en cambio, en los últimos años se ha internacionalizado muchísimo. Hemos vivido un cambio brutal sobre todo a nivel de visibilidad, pero todavía queda mucho por ver.

El Ultimate Padel Tour es una de las competiciones más equitativas en cuanto a género. Los premios y el reconocimiento son iguales en las categorías masculinas y femeninas. ¿Qué le parece?

El año pasado jugamos cuatro o cinco torneos, pero este año ha sido el primero que las chicas estarán presentes al 100% en todo el circuito de UPT y en plenas condiciones de igualdad. Ahora tenemos mucha más visibilidad, estamos yendo a competir al extranjero, tenemos las mismas oportunidades… Es algo muy positivo para las jugadoras y el deporte en general porque al final si entrenamos lo mismo que los hombres, el reconocimiento también debería ser igual. El pádel necesitaba ser referente en aspectos como este. 

¿Cree que este modelo puede extenderse a otras competiciones?

Sí, por supuesto. El pádel ahora mismo es un buen espejo en el que mirarse para otros deportes quizás más minoritarios que todavía no hayan desarrollado su estrategia en materia de igualdad. 

Es igualmente el primer año que UPT se ha desligado del World Padel Tour (WPT). ¿Cómo ha afectado esto a los jugadores?

Al final WPT ha sido el circuito referente en los últimos 10 años, sí que tenía una entidad propia y estaba totalmente asentado, pero Premier ha apostado mucho y se está viendo por ejemplo con los países a los que están llegando las competiciones, la cantidad económica que se está destinando al desarrollo de torneos, etc. Todavía está en proceso de crecimiento y queda mucho por mejorar, pero es una buena noticia que lo esté haciendo así. Nos beneficia mucho a los jugadores porque nos está dando mucha visibilidad. 

¿Ha repercutido esa visibilidad a nivel de espónsors?

A diferencia de otros deportes, en el pádel hay mucha ayuda de patrocinadores. La principal base económica de los jugadores proviene de las ayudas externas de marcas que nos apoyan y no tanto del juego.

¿Qué le falta al pádel para ser deporte olímpico?

Estamos en ello, pero para que sea deporte olímpico necesitamos que se conozca en otras zonas del mundo, que se practique, que haya más clubs y, que cada vez llegue a más gente. Es cierto que es un camino largo y estamos muy al principio, pero dentro de un par de ediciones ojalá podamos serlo ya.