La crónica del España-Irlanda del Norte: Pedri está de vuelta

Pedri está de vuelta. Llega justo a tiempo porque queda una semana para el debut en la Eurocopa ante Croacia. Ya no mira con miedo a su pierna derecha, esa en la que se le rasgaban los músculos hasta deprimirle. En Mallorca, y más allá de los dos goles (el primero un lejano y preciso disparo; el segundo, un delicado y sutil toque) quedó la imagen luminosa del Pedri de antes, oscurecida durante meses y meses por tanta y tanta lesión.

España se lo agradeció tras un mal inicio apoyado en el descaro que proporciona un ataque adolescente (esas bandas ocupadas por Lamine Yamal, dueño de la derecha, y Nico Williams, propietario de la izquierda, son una delicia para los ojos y para el fútbol) remontando el tanto inicial de Irlanda del Norte. Croacia aguarda el próximo sábado en Berlín y De la Fuente, más feliz que nunca, porque con ese par de niños y la mejor versión de Pedri se siente con energía para mirar a los ojos de cualquiera. 

Y eso que mal empezó España. Mal con el esqueleto titular que se supone en la Eurocopa. Pero a los 67 segundos ya estaba perdiendo el equipo de Luis de la Fuente, quien diseñó la estructura ofensiva con un centro del campo integrado por Rodri, Fabián Ruiz y Pedri para dar cobertura a Lamine Yamal, Morata y Nico Williams.

Desajuste defensivo inicial

Aunque todo arrancó de mala manera por una falta innecesaria nada más iniciarse el partido. Era una lejana falta que servida desde el flanco derecho castigó la endeblez de España, que puso la línea defensiva demasiado cercana de Unai Simón, permitiendo un soberbio cabezazo de Daniel Ballard, el gigantesco central del Sunderland aprovecharse de que le seguía el diminuto Nico Williams.

Ese gol irlandés trastocó al equipo de Luis de la Fuente, quien estaba con un tono gris y plano. Hasta que Pedri, ubicado como interior izquierdo, recibió un balón de Nacho, giró el azulgrana dejando como prólogo cuatro toques antes de soltar un derechazo liberador desde fuera del área. Un tiro imponente. Lejano, preciso, raso y ajustado para despertar a una apocada España.

El valor de los extremos

A partir de ahí, se vivió otro partido gracias a la paciencia que tuvo la selección en el 2-1, un tratado de calma con Nacho, de nuevo, en el origen de la jugada. Fue al balón a la izquierda donde apareció Cucurrella, pero terminó en la derecha, justo en el lugar más adecuado. En el delicado pie de Navas, quien entregó una golosina, llevaba lazo rojo y confeti esa pelota que cabeceó Morata.

En un santiamén, apenas seis minutos, dos valiosos goles. Valiosos no porque fuera para ganar un amistoso sino porque tenían un mensaje reinvidicativo cada uno de ellos. Por eso lo festejó a lo grande De la Fuente. En el 1-1, Pedri se olvidó de todas las lesiones que habían dañado, tanto física como emocionalmente, su pierna derecha. Ese derechazo le devolvió la calma a él. Y al seleccionador.

De la mano de Unai Simón al pie derecho de Pedri

Así se repitió en el 2-1 de Morata, un goleador que andaba peleado con el gol. Desde entonces, una fiesta completa porque Pedri no tenía suficiente con aquel derechazo por lo que acreditó su condición de interior con llegada tal y como quedó demostrado en el 3-1, un gol que nació, todo hay que decirlo, de la mano de Unai Simón.

El portero cedió la pelota a Fabián Ruiz, quien la hizo llegar a Cucurella, el antepenúltimo escalón para que acabara en la aceleración de Nico Williams, quien asistió a la noche perfecta para el centrocampista canario.

Irlanda del Norte ya había claudicado. Faltaba solo que Lamine Yamal dejara su sello de genialidad cuando asistió a Fabián Ruiz en el cuarto gol de una España imparable. Otro centrocampista llegando en el momento justo para una selección que se divirtió a lo grande con una reacción espectacular tras el tanto irlandés.

Todo lo bueno ocurrió en la primera mitad, aunque Lamine Yamal se empeñó en que la gente se divirtiera en Mallorca peleando un balón que no era suyo hasta robárselo a la defensa irlandesa y asistir a Oyárzabal en el 5-1 en una divertida noche en la que volvió Pedri. O, al menos, se acercó a lo que había sido. Y el estadio se puso en pie para despedir a los dos azulgranas.

La portada será para Pedri, pero Lamine Yamal, con dos goles y tres asistencias, ha participado en cinco tantos en sus siete partidos con España. Ese es el descomunal impacto de un adolescente, quien con 16 años es una de las estrellas de la selección.