El drama del último playoff

El sufrimiento eterno del Espanyol, de 1990 a 2024: "El ascenso fue un alivio, una liberación enorme"

El equipo perico se vuelve jugar la vida en un playoff 34 años después del dramático éxito de Málaga

Cuatro exjugadores reviven para EL PERIÓDICO aquella experiencia y apuestan por un nuevo final feliz

Meléndez (izquierda), junto a Nino Lema, festejan junto a sus compañeros el ascenso de 1990 logrado en Málaga..

Meléndez (izquierda), junto a Nino Lema, festejan junto a sus compañeros el ascenso de 1990 logrado en Málaga.. / Archivo Fundació RCD Espanyol

Raúl Paniagua

Raúl Paniagua

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Han pasado 34 años, pero el tiempo parece detenido en el Espanyol. La vida sigue igual. Tormenta en la cúpula, una afición descontenta y un equipo que lucha a la desesperada por volver a Primera. Así es el ADN de los pericos, siempre dispuestos a sufrir. El conjunto blanquiazul disputará ante el Sporting la primera eliminatoria de los playoff de ascenso a Primera, una fórmula que ya superó con éxito en 1963 y en 1990, cuando tumbó al Málaga tras una agónica tanda de penaltis. 

El contexto, lógicamente, ha cambiado. El Espanyol cuenta con un propietario chino, algo impensable hace tres décadas, y cambió Sarrià por Cornellà, dos casas preciosas con miles de pericos. Pero la agonía continúa. Y el descontento social también. Nos trasladamos antes al pasado, al curso 1989-90. El Espanyol acababa de descender después de una promoción ante el Mallorca y se disponía a volver a Primera por la vía rápida, como ha hecho siempre. 

Sin Tommy Nkono

En Segunda había 20 equipos, dos subían y dos promocionaban contra dos rivales de Primera. Era un playoff distinto al actual y se subía con una única eliminatoria. Los pericos acabaron quintos, pero entraron en la promoción gracias a que el filial del Athletic fue tercero. El rival era el Málaga, que cayó en Sarrià con gol de Gabino (1-0). Todo se decidiría en La Rosaleda con 45.000 personas en las gradas, entre ellas solo un centenar de pericos.

Ese duelo ponía fin a una campaña durísima que empezó con Benito Joanet en el banquillo. Juanjo Díaz le sustituiría tras la jornada 17. Burgos y Betis subieron de forma directa y Pepe Mel, ahora entrenador, fue el pichichi. El Espanyol afrontó el playoff sin Tommy Nkono, que estaba disputando el Mundial de Italia con Camerún. Meléndez estuvo bajo palos. Lo demás es historia de la memoria colectiva perica, un episodio vintage que puede servir de referente para afrontar el reto mayúsculo que se avecina. 

"Fue un año muy largo. Por ser el Espanyol teníamos que subir directos y fácil, pero no fue así. Al final me pude ir tranquilo. Fue como decir: ‘ahí lo tenéis, devolvemos al equipo donde merece'"

Michel Pineda

— Exjugador del Espanyol

El "descojone" de Albesa

El Espanyol perdió también por la mínima en Andalucía y nada se movió en la prórroga. El éxtasis llegó en los penaltis, algo que tampoco se podrá repetir este año, pues en caso de igualdad al final del tiempo extra vence el mejor clasificado en la Liga. Albesa finiquitó el regreso a Primera después de 16 lanzamientos. "Fue un año muy largo. Lo primero que se me viene a la cabeza es ese penalti. Si había un jugador con esa frialdad, ese descojone y esa calma para caminar hacia el balón saludando a la afición ese era Albert, el chato", rememora Michel Pineda, el fantástico delantero francés, que vivió todo tipo de emociones en sus seis campañas como blanquiazul (1984-90).

El banquillo del Espanyol, con el héroe Albesa en segundo lugar por la izquierda, antes de la tanda decisiva de 1990.

El banquillo del Espanyol, con el héroe Albesa en segundo lugar por la izquierda, antes de la tanda decisiva de 1990. / Archivo Fundació RCD Espanyol

El exjugador ve muchos paralelismos entre aquella época y la actual. “Es verdad que yo viví también la UEFA, pero luego vinieron dos años muy duros. El ambiente era muy turbio. Por ser el Espanyol teníamos que subir directos y fácilmente, pero no fue así. Aquel ascenso fue un alivio, una liberación enorme. Ya me pude ir tranquilo. Fue como decir: ‘ahí lo tenéis, devolvemos al equipo donde estaba y merece”.

A sus 59 años, vive tranquilamente cerca de Cambrils y tiene claro su deseo para la nueva promoción. "El Espanyol tiene que estar en Primera sí o sí. En Gijón será una locura, en casa no podemos fallar. Que suban, se venda si se tiene que vender y se vuelva a hablar solo de fútbol". 

"Cada día había un lío, nunca estábamos tranquilos. Veo que no ha cambiado nada, es algo que se lleva en las raíces. El Espanyol es así"

Javier Zubillaga

— Exjugador del Espanyol

Recibimiento de madrugada

Desde San Sebastián atiende Javier Zubillaga, centrocampista en aquel equipo. "Fue una temporada cáotica. Baró lo dejó y entró Julio Pardo como presidente. Volvimos de Navidad y echaron a Joanet. Juanjo cogió el equipo y empezamos a escalar a partir de enero. Yo me rompí el menisco y estuve tres meses jugando como pude. Al final me operé, llegué a la promoción y subimos. Fue un júbilo total, aún recuerdo a la gente esperándonos de madrugada en Sarrià al volver de Málaga”.

El exfutbolista vasco no olvida la tanda final. "Yo tiraba los penaltis y fallé el primero. Le pegué tan fuerte que le hice daño con el balón en el tobillo a Jaro, su portero. Tuvieron que atenderlo unos minutos. Al menos, él falló luego y acabamos subiendo. No he pasado un peor trago en mi vida", recuerda Zubillaga, que lamenta la crispación continua de la entidad perica. "Yo venía de la calma de la Real y me encontré un club muy diferente. Cada día había un lío, nunca estábamos tranquilos. Veo que no ha cambiado nada, es algo que se lleva en las raíces. El Espanyol es así". 

"La clave es estar tranquilos, no precipitarse, tener una buena mentalidad y ser eficaces. Para eso tenemos a Braithwaite, que es el mejor delantero de la categoría"

José Aurelio Gay

— Exjugador del Espanyol

El 'factor Braithwaite'

El segundo lanzador de la tanda no erró. José Aurelio Gay alimentó las esperanzas de ascenso. "Fue dramático. Recuerdo a Juanito [el mítico exjugador del Madrid fallecido], que era director técnico del Málaga. Estaba nerviosísimo", apunta desde Madrid, donde reside tras su última experiencia como entrenador en Bolivia. "La clave es estar tranquilos, no precipitarse, tener una buena mentalidad y ser eficaces. Serán partidos cerrados y si hay tres oportunidades hay que meter al menos una. Para eso tenemos a Braithwaite, que es el mejor delantero de la categoría". 

Braithwaite celebra un gol contra el Cartagena, el domingo en Cornellà.

Braithwaite celebra un gol contra el Cartagena, el domingo en Cornellà. / RCDE

También acertó en la tanda final Xavi Escaich, actual director general del L’Hospitalet, que vive enfrascado en otro playoff contra el Badalona. "Yo estaba siendo titular y la semana del partido en Málaga me dijo Juanjo que era un día para expertos, que estaría en el banquillo. Entré en la segunda parte por Archibald, luego llegó la prórroga y la tanda. Entonces me vino el míster y me dijo: ‘Tú tiras el tercero’. Pensé: ‘joder, ¿no era un partido para hombres expertos? Lo lancé y entró. Fue increíble. Estuvimos a nada de no subir".

"Hoy en día la diferencia entre Primera y Segunda es aún mayor. Te lo juegas todo y cualquier error supone la muerte. Pero al final sube uno. Ojalá sea el Espanyol"

Xavi Escaich

— Exdelantero del Espanyol

El exdelantero, que también jugó en el Barça, confía en un nuevo final feliz, pero avisa de las dificultades. "Entonces había también un cierto desánimo en el ambiente, un punto negativo. Hoy en día la diferencia entre Primera y Segunda es aún mayor. Te lo juegas todo y cualquier error supone la muerte. Pero al final sube uno. Ojalá sea el Espanyol", concluye.