Andà p'alla, bobo

Pues sí, es verdad, Joan Laporta no admite preguntas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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Pues sí, definitivamente, Joan Laporta tiene miedo. Está asustado. No ve, ni de la risa, el final del túnel. Y menos la luz. Está a ciegas. Ya no es lo que era. Teme las preguntas, porque no tiene respuestas. Tal y como reconoce uno de mis cinco mejores amigos, el hombre al que todo el mundo vería como el mejor presidente para este necesitado, caótico, desnortado y perdido FCBarcelona, “estamos atravesando uno de los peores periodos en 124 años de historia del club”.

“Y no porque hayamos cerrado otra de las peores temporadas de siempre, es decir, una campaña sin títulos en fútbol ni baloncesto, a excepción de la maravillosa Champions de las chicas”, insiste este barcelonista único, “sino porque estamos metidos en el lodazal a nivel económico, nunca hubo tanto silencio cómplice, jamás se ocultaron las cifras, los contratos, las comisiones como en esta época y, sobre todo, nunca estuvimos tan mal gobernados, administrados y considerados a nivel de imagen y reputación como en estos momentos, donde lo que significaba el ‘mès que un club’ ha pasado a mejor vida”.

Sigue el vodevil

Es por ello que el presidente ha decidido dar la callada por respuesta. Aunque hable hoy, todo será silencio. Que lo sepan, la pantomima que, al parecer, han anunciado los voceros oficiales, que ni siquiera se han atrevido a decir lo que ocurrirá, es decir, que Laporta saldrá, en un ratito, en una entrevista grabada con Barça One, que, dicen, es la nueva Barça TV. No es una entrevista, es un discurso en plan ‘Aló Presidente’, en el que no se admiten preguntas y donde las pocas que se realizan se confeccionan a partir de las respuestas, que sí están redactadas.

Quienes esperen sacar agua clara del discurso (entrevista) de hoy de Laporta volverán a llevarse una gran decepción, que no será ni mayor ni menor que la que ha ido creciendo a lo largo de estos últimos meses, tanto en el vodevil del ‘se va’, ‘se queda’, ‘veremos’, ‘a día de hoy’, de Xavi Hernández o el ocultismo y silencio prefabricado, virtual, también sin comparecencias, en que se convirtió la clandestina presentación del entrenador del que dicen es uno de los clubs más grandes del mundo. Ya, sí, seguro.

Joan Laporta

Joan Laporta / JORDI COTRINA

Hay tanto oscurantismo en todo lo que está sucediendo (y pasará), que si el presidente del Barça contase la verdad, debería dejar el cargo y convocar elecciones. Bueno, más o menos, lo mismo que ocurrió después de las dos temporadas con doble 0 en fútbol y baloncesto, 2008 y 2020, que concluyeron con dos mociones de censura contra las presidencias de Joan Laporta, que salvó el sillón pero perdió en votación, mientras que la de Josep María Bartomeu ni se votó y concluyó en dimisión (casi) política.

Todo el mundo sabe, evidentemente, también Laporta y su ‘camarote’, que el mandato conquistado por las “ganas de volver a veros” no hubiese durado más de dos años si no se hubiesen derruido el Camp Nou. Con el Camp Nou en pie, el veredicto de los socios hubiese sido contundente: “Xavi, sí; Laporta, no”. O, peor aún, la presencia de decenas de miles de socios en el ‘Spotify Cap Roig’, como lo rebautizó el directivo Juli Guiu, hubiera facilitado la rápida recogida de firmas para una nueva moción de censura.

Preguntas sin respuesta

Prepárense para escuchar que todo va como una seda. Que ya se han empezado a corregir errores (¿reconocerá errores el presidente? ¡ni hablar!), que los grandes ejecutivos y directores de cada área se han puesto manos a la obra y que gente tan, tan, tan preparada como Deco, Enric Masip, Bojan Krkic y, por descontado, Rafa Yuste, Manana Giorgadze ‘la presidenta’, Ferran Olivé, el ‘señor de los dineros’ y, cómo no, el invisible Alejandro Echevarría, de quien los Hernández hablan ya maravillas, están preparando la revolución para que no se repita, nunca más, lo de esta temporada.

Ya saben: “Hay pocas personas que tengan todo el Barça en la cabeza. Una de ellas, soy yo”. Ni avales, ni préstamo (a no devolver) de ISL, ni cuenta mancomunada de los directivos, ni por qué Echevarría sigue mandando sin cargo, por qué se fueron 25 ejecutivos, qué hace un agente de futbolistas ejerciendo de Director Deportivo, cuáles y cuántas fueron las comisiones de los traspasos que prometieron serían públicas, dónde está y/o cuando aparecerán los 40 millones de euros de Libero, por qué el ‘compliance’, exsocio y amigo del presidente, no denunció las irregularidades que se estaban cometiendo…repito, será un ‘Aló Presidente’ eufórico, ensoñador, motivador, de emociones, sensiblero, para parar los golpes, pero muy poco clarificador.

El miedo y la impotencia se han instalado en ‘can Barça’ y no serán, no, los que lo han arrastrado por el lodazal quienes limpien su nombre, vuelvan a dar brillo a su imagen y le devuelvan la reputación perdida, enterrada. Ahí dentro, ya no hay en quien confiar.

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