El Andorra de Piqué, sin público, descendido y sin techo donde jugar

La pista de tartán, en la margen izquierda del río Valira, une Andorra la Vella con Santa Coloma. Allí se citan ‘runners’ y caminantes que los sábados y los domingos driblan a los aficionados al fútbol que siguen desde la valla los partidos masculinos y femeninos de la liga andorrana que se disputan en los campos de la Borda Mateu. 

Al lado, en dirección a España, crecen las plantas de tabaco, en un gran descampado que hace muchos años también acogía un camping. Allí tenía que colocarse al menos una piedra en forma de símbolo que indicase que se iban a empezar las obras para acoger el futuro estadio del FC Andorra, descendido el domingo pasado a la Primera RFEF, la antigua Segunda B, tras una temporada nefasta que distó mucho de la espectacularidad, del toque de balón y hasta de los goles que el ejercicio pasado ofreció el equipo que entonces entrenaba Eder Sarabia.

Se acaba el sueño de Piqué: desciende el Andorra

La promesa del estadio

La construcción de un estadio, primero en Encamp, a 10 minutos en autobús del centro de la principal ciudad del país, y luego en la misma capital andorrana, era una promesa de Gerard Piqué, propietario del FC Andorra a través de su empresa Kosmos, el mismo que echó las campanas al vuelo cuando se presentó en el país andorrano a finales de 2018 como magnate del club de fútbol abriendo el sueño no sólo de jugar en Primera División, sino de acoger partidos de la Champions.

Ni hay estadio, ni nada de nada. “Como mucho se han visto cuatro maquetas, pero nada más”, aseguran personas que conocen el día a día del equipo de fútbol; un club que no ha calado entre los aficionados andorranos con la media de entrada más pobre de Segunda División. Muchos partidos se han celebrado con las gradas vacías y menos de 2.000 personas siguiendo el fútbol y siempre superados, en calor y asistencia, por los encuentros del Morabanc Andorra, el equipo de baloncesto que ha tratado de lucirse en la Liga Endesa. “A veces ha habido hasta 4.000 aficionados al básquet y hasta en ocho ocasiones esta temporada hubo que colgar el letrero de que no había entradas. El Estadi Nacional no se llenó, siquiera, con la visita del Espanyol”, explican las mismas fuentes.

La competencia del rugby

Así que el futuro del Andorra en Primera Federación es muy triste con el proyecto por definir de un magno estadio que debía acoger comercios, bares y restaurantes, al estilo del Bernabéu o el futuro Camp Nou. El VPC Andorra de rugby (de gran calado entre los aficionados locales al deporte y con jugadores andorranos), recién ascendido a la División de Honor B española, competirá en el Estadi Nacional y hasta diciembre deberán buscar dónde jugar porque en agosto se instala la hierba artificial. Desde hace meses se sabía que el conjunto del balón ovalado tenía prioridad a la hora de usar las instalaciones. A partir de entonces, si las obras acaban a tiempo, podrán emigrar al nuevo recinto con hierba natural que la federación andorrana está acabando de construir en Encamp con un aforo inicial para 4.000 personas.

A jugar en el extranjero

El problema, además, se agrava para el Andorra puesto que en todo el país no hay instalaciones de hierba natural donde puedan disputar los partidos como locales. Por lo tanto, el Andorra se deberá exiliar como local y buscar un escenario provisional para actuar en tierras catalanas lo que todavía restará más afición a animarlos y conducirlos hacia la victoria.

Andorra, además, no es un país exclusivamente futbolero. Predominan y se cuidan más muchos otros deportes, aparte del baloncesto que se podría considerar como la disciplina reina del Principat y como va a ocurrir a partir de ahora con el rugby. No ha habido ningún drama por el descenso y tampoco se han celebrado grandes debates ni la prensa local ha hecho un despliegue exagerado en papel o textos online para analizar y llorar por el equipo. Se premian a otros deportes, como el esquí o el ciclismo, que son la columna vertebral en los ingresos derivados del turismo en invierno o en verano.

El episodio de la Segunda División empezó y acabó en Oviedo. En agosto de 2022 debutaron ganando en el Carlos Tartiere donde certificaron el descenso, que no era ninguna sorpresa, tras perder por 3-0 la semana pasada.

El sueño que no pudo cumplir Sarabia

El equipo soñador de Sarabia se esfumó esta temporada cuando perdió a los tres pilares: Mika Mármol se fue a la defensa del Las Palmas, Marc Agüado (hijo del famoso Xavi Agüado) regresó al centro del campo del Zaragoza, que también fichó al turco y exgoleador del Andorra Sinan Bakis, que se está pasando el curso lesionado.

Así que no hubo goles y Sarabia acabó en marzo destituido por Piqué tal como le había pasado antes al exazulgrana Gabri y a Nacho Castro. Ferran Costa trató de inyectar esta primavera una dosis de ilusión como un técnico de sólo 29 años y gran proyección, pero el equipo acabó naufragando, con un futuro incierto, sin apoyo popular y buscando un techo donde jugar.